Carta abierta al teniente Segura
He leído en su blog que había un Oficial, yo era el único porque a usted no se le puede contar, que “reía las gracias” de sus subordinados cuando éstos se referían a usted, extremo que no sé de donde se lo ha sacado dado que prácticamente, a excepción de jugar al ajedrez, no tenía más contacto con ustedes que a la hora de las comidas. Sí es cierto que me reía de usted y me sigo riendo con el comentario de su blog de que yo estoy próximo a la Fundación Franco. La subordinación, de la que usted carece, y a la que uno se somete voluntariamente con el ingreso en los Ejércitos, es para usted una humillación continúa debido a su soberbia por no aceptarla de buen grado, lo que se paga, al no aceptarla, con un sentimiento continuo de indignidad.
“La virtud de la obediencia, escribió García Morente, será facilmente practicada por el español, cuando el jefe a quien deba obedecer no tenga en su persona cualidades reales, individuales, que lo impongan naturalmente como Jefe. El español se somete con gusto y entusiasmo a otro yo real, en quien perciba fuerza, energía, poder de mando, dureza y superioridad de carácter. No se inclina ante la autoridad puramente metafísica de un concepto”.
Fuera de esto, todas las consideraciones que hace usted de las infinitas limitaciones de su ilustración, de sus desconocimientos extraprofesionales o de sus maneras, son pecado de soberbia; tratar de evitarlo sería un saludable ejercicio de perfeccionamiento espiritual, no muy difícil para otros si se piensa que nadie está seguro de no tener que mandar un día en condiciones parecidas, teniendo subordinados más cultos o más ágiles mental o físicamente, pues no tengo ninguna duda que en alguna ocasión, en su caso en la generalidad dados los comentarios injuriosos a los que nos sometió, son fruto de la observancia de los defectos de nuestros superiores que sólo debe servir para enseñar a rehuirlos y evitarlos, no a utilizarlos como tema de murmuración.
Lo mejor, pues que puedo recomendarle, si es usted soldado, lo que pongo en duda, es a abstenerse de toda crítica negativa; donde no haya que alabar, lo mejor es callarse.
Todo usted rezuma, por el contrario, como una sorda, interminable murmuración, que le ha servido de apoyo y de pretendida justificación a su disgusto del oficio, sobre el que hace recaer, a vuelta de no pocos circunloquios, la nota de servil; el servicio militar, le apunto, lejos de sujetar a los hombres al yugo de la voluntad ajena, los deja independientes y libres para que obren fuera del ámbito profesional sin intervención ninguna de sus superiores. Vallecillo, que comentó arduamente las RROO de Carlos III, recuerda que a quien le preguntaba cuál sería el medio para que un reino se mantuviese en orden y quietud, había contestado: “Que los ciudadanos obedezcan a sus superiores y éstos a las leyes”. Usted se sirve de ambos para justificar su odio al ejército y a sus Mandos, pretendiendo convertirse en el guardián y salvador de una tropa que jamás le entenderá porque son buenos profesionales, y, si no lo fueran, lo que no parecen ser es cobardes, como usted pretende demostrar aduciendo una defensa de sus subordinados que en nada les favorece.
*Teniente coronel de Infantería.
El teniente Segura es una nenaza llorona que deshonra el uniforme que lleva, darle mas vueltas al asunto es marear la perdiz.
Me gustaria haberlo visto pasando la prueba de “el trato del prisionero”, seguro que se habria cagado y meado en los calzoncillos.
http://www.defensa.com/index.php?option=com_content&view=article&id=12813:defensa-aclara-las-causas-del-arresto-del-teniente-luis-gonzalo-segura-&catid=54:espana&Itemid=162 Exceptuando el enlace de éste comentario, por el propio, al buscar información al respecto, aparecen curiosamente todo tipo de enlaces de diversos portales con una supuesta identidad ideológica y política habitual en la forma de tratar la información. Es indudable, así lo percibo, el avance y los esfuerzos del mundo castrense por garantizar las leyes y el uso garantista de su reglamento interno dentro de un marco democrático actual. Pero es que salvando lo mencionado, por mí comentario, el ejército no es una institución democrática, y que su personal se debe a unas características exclusivas que están bajo el… Leer más »
Crispín: Ya hemos hablado en otras ocasiones. Lo único que puedo decirle es lo mismo que al Sr. Area con el que coincido, pues yo también soy militar: en la milicia se entra por vocación y el que no la tiene, va listo. “Aquí, en fin, la cortesía, el buen trato, la verdad, la firmeza, la lealtad, el honor, la bizarría, el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la obediencia, fama, honor y vida son caudal de pobres soldados; que en buena o mala fortuna, la milicia no es más que una religión de hombres honrados”.… Leer más »
Amigo Area: Sin haber leido el blog (ni falta que me hace) de esa persona de la que hablas, te digo que tus comentarios son acertados. Se nota que tú si que vienes de la AGM, y que al defender la milicia (con sus defectos,que los tiene y más ahora), defiendes lo básico de cualquier militar que se enorgullezca de serlo (es mi caso y creo el tuyo, aunque no te conozco). Al que no le guste la milicia que se vaya, que aquí no se obliga a estar a nadie. Recuerdo lo de Calderón: la milicia es una religión… Leer más »