Tomando un café una tarde no hace mucho, escuché, sin querer, una conversación sobre comentarios políticos, en la que los tres participantes comentaban la honradez de un determinado partido a raíz de la ristra de corrupciones que inundan nuestro espectro político. Hizo retrotraerme a la diversidad desgraciada que sufrimos en España desde hace bastantes años, o mejor decenios, desde que comenzó la democracia en España, de las actividades económicas de nuestros partidos políticos, organizaciones de diversa índole, particulares y su desviación a manos, o mejor a sus bolsillos, de algunos o de casi todos sus dirigentes y cabecillas, por no decir todos.

Usando el dinero de todos los contribuyentes disfrazado unas veces de tonterías; otras cosas sin importancia; en otras regalo; presente; pago complementario; ayuda; donativo; anticipo; gasto extra; imprevisto; gasto de representación; otras paga; otras rehabilitación, pero nunca le vi con su propio nombre; pero lo que sí recuerdo bien es haberle visto llamar herencia; ganancia; barato; compromiso; patrimonio; sobrante; diferencia; reconocimiento y nada; y le he conocido entre notarios que les llaman derechos y entre confesores, limosna. Perdí la cuenta de la cantidad de los nombres y apellidos con los que lo había conocido. Y esto es lo que dice Quevedo sobre el cohecho pero ¿Qué diría sobre los fondos desviados a paraísos fiscales y no fiscales? ¿Y sobre la apropiación indebida de caudales? ¿Y sobre el uso fraudulento en comidas, juergas, compras en inversiones poco claras y demás actividades “recreativas”? ¿Y sobre los engaños y mentiras a los mismos afiliados del partido político que un día sale en los medios de comunicación y al siguiente también por robo o similar? ¿Y que todos los partidos políticos de los que disfrutamos, en un 99%, hacen más o menos lo mismo? ¿Qué pensaría el genial poeta y escritor? ¿Cuál sería su opinión sobre la retahíla de frases altisonantes que dicen los imputados, que son una minoría, en comparación con los que tenía que haber, como Pensé que… Creí que… Ha sido una mala interpretación… No me acuerdo… No tengo constancia… y así hasta el infinito. Pues en mi modesta opinión creo que diría que estamos apañados y que no se puede luchar contra lo que no se tiene: honradez.

Para potenciarla y evitar que en España haya tanto ladrón, hay que tener fundamentos sólidos y conciencia de que el dinero público – Instituciones (incluidas las más altas), Organismos Públicos, Hacienda, los mismos partidos políticos, Organizaciones, etc. – es para utilidad pública y no para otros menesteres casi siempre disfrazado de lagarterana.

¿Pero no existe ningún partido político del que no se oiga hablar todos los días que no haya robado o utilizado mal sus dineros, o como ahora se dice “de una forma irregular”? En cualquier caso, hay que tener en cuenta, que los delitos monetarios, efectuados desde el máximo poder hasta el más bajo, por lo menos en España, no vienen de ahora. No hay más que echar un vistazo al conjunto de estafadores que hemos tenido desde el tiempo de los visigodos. Robar dinero público, venga de donde venga, es inherente al ser humano, pero es que en España se ha traspasado con creces la llamada “línea roja” una y otra vez sin que nadie ponga coto a estos desmanes. Señores políticos y dirigentes del gobierno ¿Hasta cuándo va a durar esto? ¿Hasta el año que viene? ¿Hasta el año 3.000?

Y no es excusa decir que en otros países también hay falta de honradez, eso no tiene nada que ver ¿Qué nos importa si en Mongolia o en Zimbawe roban? Es su problema y no el nuestro. El nuestro es enseñar a nuestros hijos que hay que ser decentes, honrados y no apropiarse de lo que es de los demás y esto lo dijo el Creador: No robarás. ¡Tomen note políticos y dirigentes! : No robarás y no dice ni mucho ni poco, dice escuetamente: No robarás. Punto.

¿Qué le vamos a decir a nuestros descendientes cuando se enteren que Mengano ha robado esto, Zutano ha ocultado aquello y no cumple con sus obligaciones fiscales y Perengano dice sistemáticamente que ese dinero que le han dado instancias superiores “lo ha perdido en bolsa” o Dios sabe dónde, cuando se enteren. No sé qué decirle a mis hijos y encima se me cae la cara de vergüenza ¿Pero qué clase de políticos y dirigentes tenemos? Me pregunto, mejor dicho, los españolitos de a pie nos preguntamos ¿Es que alguno se salva de la quema? Porque da la impresión que ninguno.

Está por ver, si existe actualmente algún partido político u organización gubernamental o no gubernamental que en mayor o menor medida no se haga, de una manera u otra, de un dinero que no es suyo o lo emplee de forma inadecuada. Y eso que sepamos de los digamos más conocidos. Y los partidos, que pocos son, por ahora, que no han robado es porque no han tenido ocasión todavía ya que no ha llegado “su agosto” o “su ahora”, que lo mismo da que da lo mismo.

Pienso que ninguno se salva. Repito y que quede bien claro: Ninguno. Ojalá hubiera una Inquisición actualizada que en vez de quemar o ahorcar a los herejes como en siglos anteriores, hubiera una para hacer los mismo con los estafadores, ladrones, cuatreros y toda esa ralea. Seguro que la honradez surgiría de sus cenizas como por encanto.

Verdaderamente… ¿existe la honradez en España? Que el lector opine.