La corte de los milagros
En París, se llamó “corte de los milagros” a ese submundo de falsos lisiados que mendigaban durante el día mostrando en la calle sus fingidas miserias (eran cojos, ciegos, tullidos…) y, al llegar la noche, se recogían en las cloacas de la gran ciudad, y los cojos volvían a andar, los ciegos veían, los mancos alargaban sus brazos enteros y todos mostraban, ya lejos de las miradas de los extraños, la falsedad de sus heridas.
Algo parecido ocurre en España con ciertos menores de edad como el joven de Barcelona que recientemente y con solo 13 años, eso sí, supuestamente, ha asesinado a un profesor y herido a otros alumnos compañeros suyos en un instituto de la ciudad Condal. Fue portada de periódicos unos días y ya se ha echado tierra al asunto. Ya no se ha vuelto a hablar del tema y, muy discretamente, se ha tendido un tupido velo aprovechando las semifinales de la Champions, y el intento de Susana Díaz por formar gobierno en Andalucía.
Pero, retiremos la tierra nosotros para que un hecho tan monstruoso no se olvide tan fácilmente. Este joven menor de edad, o el “Rafita”, después de violar y asesinar a Sandra Palo, así como otros que han protagonizado hechos similares y de forma premeditada, cuando son sometidos a exploración por los jueces de menores, parece que nunca han roto un plato.
Las Fiscalías de Menores se vienen encontrando con miles de casos de los que informan al gobierno autónomo de turno o a las autoridades competentes en su caso, para que evalúen la situación de riesgo y, si es necesario, apliquen medidas de protección que puedan reconducir su conducta. Sin embargo, existe una diferencia fundamental en este tipo de actuaciones administrativas al margen de la Justicia, se trata de algo voluntario, pues parece ser que no se puede obligar al menor, pero tampoco a sus padres, a que el adolescente se someta a la propuesta de los servicios sociales del municipio en el que reside, ni a los recursos del gobierno autónomo en su caso. O sea, que los unos por los otros la casa sin barrer.
Los centros de rehabilitación y reinserción de menores como democráticamente se les llama ahora, es evidente que no funcionan; no están dando resultado porque la autoridad no existe y la disciplina menos; los jóvenes salen por la puerta o por las ventanas cuando les da la real gana sin control de ningún tipo, porque tienen muy claro que aquello no es un penal ni un centro de reclusión, y que los psicólogos, los educadores y los trabajadores sociales no los pueden retener en contra de su voluntad. El juez de menores de Granada don Emilio Calatayud, no se cansa de repetir por activa y por pasiva desde hace años, que este problema con los menores de edad no se puede abordar únicamente desde un juzgado; no es un tema puramente judicial; es un problema que comienza en los hogares, continúa en los colegios y explota en la calle.
La democracia española solo ha sabido inculcar a nuestros niños y jóvenes infinidad de derechos, pero obligaciones ninguna; ha dejado sin autoridad a todos aquellos que ejercen una acción rectora, desde los padres a los profesores pasando por la Policía; y ha dejado crecer a los jóvenes españoles adoctrinados por la “caja tonta”, y vacíos de valores y principios que son la base fundamental para su formación moral y espiritual.
Estos centros que acogen a menores delincuentes, vinieron a sustituir a aquellos otros que durante el régimen anterior llamaban “correccionales”, “reformatorios”, “preventorios¨ o “centros de protección de menores”, que eran competencia de los Tribunales Tutelares de Menores cuando se trataba de jóvenes próximos a la delincuencia, o de las “Juntas de Protección de Menores” cuando esos jóvenes eran huérfanos de padre, de madre o de ambos, y de familias desestructuradas o sin recursos (véase el NO-DO capítulo número 505 titulado “Vidas encauzadas”).
Los homicidios y los asesinatos cometidos por menores de edad como el de la niña Sandra Palo Bermúdez, o como éste que le ha arrebatado la vida a un profesor en Barcelona entre otros, es la prueba evidente del rotundo fracaso del sistema con estas políticas buenistas y permisivas con jóvenes y adolescentes desde el hogar y la escuela al amparo de los tres principales Poderes. Después están otros supuestos relacionados con delitos como atracos y lesiones por disputas y peleas, así como hurtos continuados. Estos últimos, se concentran en grandes superficies y establecimientos mercantiles. Los daños por actos vandálicos llevados a cabo también por menores, raramente son resarcidos por los padres de éstos, por lo que somos todos los contribuyentes los que debemos hacer frente a la reparación del daño a través del presupuesto.
Otro asunto que tampoco se aborda abiertamente y sin contemplaciones, es la ola de violencia –que más que ola es un tsunami-, que ejercen los jóvenes contra sus propios progenitores. Las denuncias en las comisarías por estos hechos crecen por días; padres que acuden impotentes y atemorizados ante la Policía y la Guardia Civil, dando cuenta de las palizas de las que han sido objeto por parte de sus propios hijos, sin que aquí nadie haga absolutamente nada.
También están los casos de agresiones a profesores que se graban en video y se cuelgan en la Red. Es verdad que nunca como ahora un maestro había quedado tan desautorizado, ninguneado y desconsiderado, pero no es menos cierto que esta situación la trajeron en gran medida esos mismos profesores de la mano del socialismo, cuando con talante democrático implantaron en las aulas ese compadreo existente entre profesor y alumno, que presagiaba los capítulos dolorosos de los que hoy nos lamentamos: “No me llaméis don José, llamadme pepe, que soy un amigo y no el “coco” que se come a los niños”.
La tragedia de Barcelona ha vuelto a reabrir el debate sobre la edad penal, pero no sobre lo que realmente importa que es el origen de esa violencia juvenil en una comunidad, donde se fomenta el odio contra España y los españoles a través de las aulas, los medios de comunicación, el fútbol y las instituciones separatistas. Nadie habla ni entra en profundidad en las causas que puedan llevar a un joven que crece en el seno de una familia perfectamente estructurada y aparentemente feliz, a cometer tan execrable crimen, y sin embargo, cuando alguien llama públicamente cerdos a los que insultan y agreden los símbolos más representativos de la nación española, es tratado por los medios como el promotor de una “intentona golpista”.
Aquí todo el mundo “se la coge con papel de fumar” cuando se trata de abordar algo que el propio sistema ha venido propiciando a través de los medios de comunicación, transmitiendo hasta el hartazgo la permisividad de los padres para con los hijos, de tal manera, que si solapamos esa permisividad con la pérdida total de valores morales en nuestra sociedad, aquí tenemos el resultado. Nunca como ahora se había conocido en España este estado de violencia por parte de menores de edad. Sé que las comparaciones son odiosas, pero es la cruda realidad.
Siento la muerte del profesor asesinado en Barcelona Abel Martínez, por lo que además de transmitir desde aquí mis condolencias a la familia, quisiera rendirle con una corta misiva, un humilde homenaje extensivo también a todos los profesores españoles repartidos por nuestra geografía. A esos profesores convencidos de que el magisterio debe ser elegido por vocación y no simplemente por un sueldo fijo y seguro a fin de mes. Es oportuno, y hasta justo diría yo, que a un profesor enamorado de su magisterio pero olvidado por muchos, se le rinda un merecido reconocimiento. La misiva es de un padre anónimo de cualquier lugar también anónimo, en referencia a uno de sus hijos que cursa sus estudios en una escuela española. Dice así:
“Hoy, he tenido que hacerle un justificante a mi hijo para su maestro del Instituto. MI hijo ha faltado a clase porque tenía que ir al médico.
Evidentemente, lo he redactado correctamente, dirigiéndome a él de usted e iniciando el escrito con un “Estimado señor profesor”.
Cuando mi hijo lo ha leído se ha sorprendido y me ha preguntado porqué escribía un simple justificante con tanta corrección, ya que solamente era para el profe. Y ha añadido:
-Ni que fuera el presidente del gobierno.
A lo que yo le he respondido lo siguiente:
-Hijo mío, posiblemente tu maestro, por su condición, sea una de esas personas a las que debes el máximo respeto, ya que en teoría, de él depende en parte que en el futuro seas una persona educada y con conocimientos.
De un maestro, dependen, también los futuros presidentes de gobierno y cualquiera que desarrolle cualquier trabajo o profesión. Por sus clases pasan todas las personas que nos encontraremos en nuestra vida. En España, aunque parezca increíble, presidente de gobierno puede ser cualquiera, como has podido ver y comprobar en los últimos tiempos. Maestros por el contrario, sólo pueden ser aquellos que superan una oposición y están dispuestos, o al menos así debería ser, a una dedicación plena y a llevar una vida de entrega y esfuerzo, inculcando valores y conocimientos al bien más preciado de un padre: Sus hijos.
Todos los días cedo mí puesto a tu maestro durante gran parte del día para que colabore con tu educación, cosa que JAMÁS permitiría a un presidente de gobierno. Es por eso precisamente, que a tu maestro le demuestro respeto y afecto.
Si este justificante fuera para un presidente de gobierno, posiblemente ni siquiera lo escribiría, porque a un presidente de gobierno, a cualquier presidente de gobierno colocado en la cumbre sin opositar ni necesidad de exhibir historial académico o profesional alguno, y simplemente elegido por voluntad de la mitad más uno o por consenso entre formaciones políticas, le importa muy poco tu educación como también has podido comprobar en los últimos tiempos. Mi hijo me ha mirado sonriendo, y me ha dicho:
-Tienes razón papa”.
Los maestros de verdad; los que ejercen la enseñanza y no el proselitismo político; los que realmente dedican su vida a la educación de nuestros niños, merecen recibir tantos honores como los padres de esos niños, porque sus padres les dieron la vida, pero los maestros los condujeron por el camino de la honestidad para servir al bien común, y les enseñaron el arte de poder hacer un mundo mejor y más justo.
http://www.levante-emv.com/sucesos/2015/05/11/menor-da-paliza-cuatro-policias/1263015.html
MENORES CON PATENTE DE CORSO. Que oportuno su artículo señor Román. Usted nunca da puntada sin hilo y pone siempre el dedo en la llaga. Sus artículo los guardo como oro en paño y se los leo a mis nietos para que sepan en el mundo que viven.
Adjunto un enlace sobre la noticia del día.
Sr. Román: Sigue dejando títere sin cabeza y me parece muy bien.Todo sea por el bien de España y de sus costumbres. En este artículo ha tocado el respeto que todo alumno debe a su profesor. Clave es el asunto, pues sin respeto, hacia los profesores, progenitores, autoridades que se lo merecen, etc. no hay nada que hacer. Nada. Todo se derrumba, pues todo gira alrededor del respeto. Creo que fue Nicolás Sarcozy, en no se que legislatura, el que impuso la obligatoriedad de que los alumnos se pusieran en pie cuando el profesor entraba en el aula. ¿Porque no… Leer más »
Gracias José Alberto por sus palabras. Efectivamente la medida se tomó en Francia, pero lo curioso del caso es que aquí ya se hacia y fue derogado porque lo consideraron una medida franquista. Eso, y muchas cosas más que jamás debieron estar reñidas, cualquiera que sea el régimen, y cualquiera que sea el sistema político y filosófico que nos rija.
Un abrazo amigo
Y no olvidar que nunca han estado tan desamparados los otros menores los que sufren abusos, robos, palizas, violaciones, vejaciones y asesinatos a manos de estas alimañas.
Quién comete asesinato es un asesino tenga ciento veinte años o sea un mierda de trece.
Ningún delito sin castigo, tenga la edad que tenga.
esto me hace pensar en el atentado con gas en la delegación de la Generalitat de Catalunya en Madrid, el llamado centro cultural Blanquerna que entraron una serie de fascistas algunos reconocidos militantes en política, entraron por la fuerza al centro cultural, increpando a los asistentes, insultando y lanzando bombas de gas lacrimógeno, obligando a los asistentes entre ellos el representante de la embajada de los EEUU y otros destacados miembros internacionales como el embajador de Irlanda a abandonar el local… estos “patriotas españoles” siguen en la calle, multa de 300 euros y palamadita patriótica hirieron a una niña de… Leer más »
Eres una mamona
No entiendo porque la gente sigue contestando a semejante subnormal , ningunearlo coño , que vomite lo que le de la gana , pero eso si , sin contestacion de nadie , no veis que no vale ni su peso en mierda .
Su artículo D. José Luis lo incorporo en un archivo en el que almaceno datos que pronto estructuraré para hablar de la Conspiración contra España.
De modo que no sólo le aplaudo, sino que le agradezco la información que espero que se convierta en una pieza de una serie de artículos.
Afectuosamente
Qué grandísimo artículo, señor Román. Ya voy a parecer pesado con tanto elogio, pero es que lo siento así. Este tema es fundamental,no importante, sino el más importante ahora mismo: la educación de los niños y jóvenes. Como ésta viene dando igual a todos los partidos, que la usan como arma arrojadiza, sin preocuparse de que los niños aprendan y que los profesores trabajen con un buen ambiente, con respeto y reconocimiento, como debería ser, pues así nos luce el pelo. Es un artículo valiente y, una vez más, necesario. A nivel personal, le estoy muy agradecido por poder disfrutar… Leer más »
También querría añadir, como contrapunto al primer comentario, que la universidad española tiene un ínfimo nivel, y así como los profesores de secundaria o primaria están, en general, bastante capacitados, no lo veo así en el caso de los universitarios. Se da el activismo político, la clase “consigna”, o el amedrentamiento en caso de no pensar igual que el profesor en materia política, sobre todo en carreras como políticas, derecho, económicas, etc. Los mejores catedráticos suelen tener todos más de 60 años. La formación de una parte del profesorado universitario deja bastante que desear. El ambiente de muchas universidades españolas… Leer más »
Buenas tardes Ay. Para nada puedo pensar que es usted pesado por leer mis artículos, y opinar positivamente sobre ellos. Yo le agradezco inmensamente sus testimonios, porque me animan a seguir escribiendo con libertad en este medio. Intentaré en la medida de lo posible seguir compartiendo con usted y con todos los demás lectores, todo lo que humildemente pueda aportar en pro de una España más unida, más solidaria y más justa.
Un saludo cordial