Día D para Grecia y la UE
El ultimátum dado al gobierno griego por la UE expira el domingo 12 de julio, y de no ser aceptado parece segura la salida del euro del país heleno.Quizás no han pensado los líderes de la Eurozona, suficientemente, las probables consecuencias de la implantación del Grexit.
Y tampoco se contempla la posibilidad especulativa o teórica, al menos, de que al igual que los comunistas portugueses otros partidos políticos, y parte de la ciudadanía de otros países comunitarios, pidan un referéndum para decidir si salen del euro. No es tan difícil que esto suceda, en mi opinión, si no se llega a un acuerdo económico humanitario con Grecia.
Las negociaciones entre la UE y el gobierno griego de las últimas semanas y días han sido, a mi juicio, caóticas, contradictorias y desordenadas. Algo parecido a un zoco, con el debido respeto a los mercadillos árabes, o a una subasta.
De todos modos, le petición de tres años de rescate o préstamo por parte de Tsipras parece razonable, fundamentalmente, para suprimir el corralito, y dar oxígeno a la economía helena. Los 50.000 millones de euros solicitados por el primer ministro griego suponen, parecer ser, un aplazamiento de la deuda, pero a cambio de recortar ya las pensiones. Algo que considero excesivo, ya que casi todas son bajas.
Las reformas fiscales que señala la UE pueden ser adecuadas, si no aumentan la carga impositiva o la eliminan, para los que poseen menos medios económicos, de tal modo que puedan vivir con dignidad en el bello país mediterráneo. El gobierno griego enviará sus medidas para que las estudie el Eurogrupo.
Ante la Eurocámara Tsipras ha dicho palabras duras respecto al proceso de negociación: «Grecia ha sido un laboratorio de pruebas de la austeridad que ha fracasado». Esta afirmación puede ser discutida, si se parte de ciertos planteamientos económicos neoliberales.
Pero existen también prestigiosos economistas y filósofos que dan la razón, en buena parte, a Tsipras. Desde mi punto de vista estoy de acuerdo, con que no se puede admitir un gobierno de banqueros en la Unión Europea, siguiendo la línea argumentativa de Jurgen Habermas. Una actitud redistributiva justa y equitativa de la carga económica debe estar en la base de las reformas en Grecia.
Lo que considero desproporcionado es que los Veintiocho hayan señalado el domingo 12 de Julio como día D para que Grecia se pliegue al plan económico de la UE. Creo que la situación es compleja, y no existe tal apuro en los plazos. Parece más bien una estrategia negociadora ya muy conocida. Es una especie de órdago, por parte del Eurogrupo, ante un país que, a mi juicio, no se lo merece. Y sobre todo después de la victoria del no en el reciente referéndum.
El presidente del Gobierno español espera que la crisis griega quede resuelta el domingo. Lo dudo mucho. Por dos razones principales. Una de ellas es que, si no se logra el acuerdo, el escenario de la salida del euro por parte de Grecia creará una gran desconfianza en los inversores, y en la economía de toda la zona euro. La otra supone que con el mantenimiento del euro en el estado heleno volvería la estabilidad económica, y desaparecería el corralito, pero me parece que esto tampoco va a ser así. Salvo que la ayuda económica a Grecia sea muy considerable, y se extienda en el tiempo durante los años necesarios.