Considero  injusto e inequitativo, por numerosas razones, que la  UE establezca en el acuerdo la elevación de la edad de jubilación a los 67 años para los ciudadanos helenos, y fije la congelación de las pensiones hasta 2021. Porque, para lograr el déficit cero en las cuentas públicas, no todo está permitido.Y en lo relativo al mercado laboral lo planteado por el Eurogrupo en el pacto supone un retroceso, ya que se incluye un endurecimiento en la leyes laborales a aplicar en Grecia. Por si faltara algo, se pretende que el país heleno realice más privatizaciones, por ejemplo, la de la red eléctrica pública de este estado mediterráneo.

Parece ser que toda la noche de negociación ha servido para aumentar considerablemente, la dureza del pacto o acuerdo de la UE con  Tsipras. Ya que, en definitiva, el acuerdo por unanimidad logrado, en realidad, plantea, al menos, dos medidas inaceptables de las cuatro urgentes que figuran en el acuerdo, que son la reforma de las pensiones y la laboral.

Y además el Eurogrupo exige que sean presentadas al Parlamento griego antes de este miércoles por la noche, para que puedan ser iniciadas las negociaciones sobre el rescate. Me parece excesivo, ya que supone que la soberanía política  de Grecia pasa  a la historia.

En mi opinión, si el Parlamento heleno da su visto bueno a estas medidas draconianas, especialmente, a la edad de jubilación a los 67 años, y a la congelación de las pensiones hasta el año 2021, aparte del claro perjuicio para los jubilados griegos y sus familias, supondría abrir la caja de Pandora para el resto de países del sur de Europa, entre ellos España.

La aprobación de estas medidas significaría la supresión de un estado del bienestar para todas las naciones europeas en el presente, y en el futuro. Europa quedaría sometida a la férrea disciplina de la economía de mercado cueste lo que cueste a los ciudadanos europeos.

Primero están los derechos humanos, y una vida digna para todos, y después está el neocapitalismo liberal con sus medidas y exigencias. La solución pasa por un mayor crecimiento económico, y una solidaridad real entre los países, a través de un aumento de las exportaciones y de la productividad dinamizando, de este modo, la economía de los estados europeos de un modo gradual y paulatino. Es la vía efectiva del bienestar.

El acuerdo, aparentemente,  ya está conseguido. De todos modos, no confío en el buen resultado del mismo de cara al futuro. Para la UE, supuestamente, la salida del Euro de Grecia crearía problemas considerables. Esta es una baza negociadora que, quizás, podría ser tenida más en cuenta por los parlamentarios griegos para rechazar las medidas que impone la troika antes de la noche de este miércoles.

A mi juicio, Europa se la está jugando. Si en esta semana los políticos griegos aceptan estas cuatro medidas urgentes para recibir el rescate, harán un flaco favor a la ciudadanía griega. Sería el inicio del fin de los derechos sociales en Europa, y en el mundo.