Preguntas y respuestas
No hay nada tan satisfactorio como contestar correctamente a una pregunta, sobre todo, cuando la pregunta está formulada con ironía, maliciosamente o cargada de intención. En este caso, ya no es cuestión de tener razón o no, sino más bien tratamos de dejar a nuestro interlocutor en el sitio que le corresponde después de atacarnos verbalmente.
El problema es que a menudo las mejores respuestas se nos ocurren después de que haya pasado el momento para soltar nuestra sentencia. Perder la oportunidad de hacerlo a tiempo, es algo verdaderamente frustrante. De ahí que resulte tan admirable cuando alguien encuentra las palabras exactas para responder y dejar totalmente boquiabierto a quien nos habla con tono chulesco, malicioso y descortés.
Hay ejemplos de respuestas dadas que podemos adaptarlas a las circunstancias y defendernos ante cualquier pregunta incómoda o comentario inoportuno. Ahí van algunos ejemplos:
Cuando le preguntaron a Iñaqui Anasagasti (portavoz del PNV) sobre lo publicado en su libro acerca de la fortuna amasada por la familia Real española, que podría rondar los 1.790 millones de euros según las revistas Forbes y Eurobusiness, Anasagasti contestó:
-Si el rey ha aceptado el regalo hecho por unos empresarios de un yate que lleva el dudoso nombre de “Bribón”, mientras su familia se pasea en el “Fortuna”…
Una reportera de CNN escuchó hablar de un anciano que llevaba muchos años acercándose a orar al “Muro de las Lamentaciones” dos veces al día. La reportera fue a comprobarlo para hacerle una entrevista.
-Disculpe señor, soy Rebecca Smith, reportera de CNN, ¿cuál es su nombre?
-Morris Fishbein. Respondió el anciano.
-¿Cuánto tiempo lleva usted viniendo al “Muro de las Lamentaciones”?
-Alrededor de 60 años. Contestó Morris.
-¡60 años! ¡Es asombroso! Y, ¿por quién o por qué reza?
-Rezo por la paz entre cristianos, judíos y musulmanes. Rezo porque terminen todas las guerras y los odios entre la gente. Rezo para que los niños crezcan como adultos responsables, amando a sus semejantes.
-Y, ¿cómo se siente usted tras estos 60 años?
-Como si estuviera hablando con una pared.
Alfonso Guerra, exvicepresidente del gobierno con Felipe González, respondió a preguntas de los periodistas que le abordaron acerca de una huelga donde los trabajadores –convocados por los sindicatos-, habían interrumpido con barricadas el tráfico ferroviario. Los periodistas le preguntaron:
-Señor Guerra, ¿considera usted que los sindicatos deberían abrir una nueva vía de negociación? A lo que Guerra contestó:
-Sí, pero primero la del tren.
Cuando Mahatma Gandhi estudiaba Derecho en la universidad de Londres, un profesor llamado Peters le tenía animadversión, pero Gandhi nunca bajó la cabeza y eran muy comunes sus encuentros:
Un día el profesor Peters estaba almorzando en el comedor de la Universidad y Gandhi se sentó a su lado. El profesor, altanero, le dijo:
-Señor Gandhi, usted no entiende… Un puerco y un pájaro no se sientan a comer juntos.
A lo que Gandhi le contestó:
-Esté usted tranquilo, profesor, que yo me voy volando. Y se cambió de mesa.
El señor Peters, verde de rabia, decidió vengarse en el próximo examen, pero Gandhi respondió con brillantez a todas las preguntas de la prueba. Entonces el profesor Peters le hizo la siguiente pregunta en presencia de toda la clase:
-Señor Gandhi, usted está caminando por la calle y se encuentra con una bolsa. Dentro de ella está el libro de la Sabiduría y mucho dinero, ¿si tuviese que elegir una sola cosa de las dos, cuál se llevaría? Gandhi responde sin titubear:
-¡El dinero!
A lo que el profesor le dijo sonriendo:
-Yo, en su lugar, hubiera cogido la sabiduría, ¿no le parece? A lo que Gandhi respondió:
-Cada uno toma lo que no tiene.
El profesor Peters, histérico, le devolvió la hoja del examen con la siguiente anotación: ¡Idiota!
Gandhi tomó la hoja y, al cabo de unos minutos, le dijo:
-Señor Peters, usted me firmó el examen, pero no me puso la nota.
El portavoz parlamentario del PNV, Josu Erkoreka, llamó “cabestro” al socialista José Bono. Cuando le preguntaron los periodistas sobre esta cuestión, Bono contesto:
-No sé si soy bravo o manso y, en ese mismo símil taurino, no le voy a decir ni mu.
Alguien preguntó a un guardia civil si perdonaría a los terroristas vascos de la ETA que tantos crímenes habían cometido. La respuesta del guardia civil fue la siguiente:
-Creo que la tarea de perdonarlos corresponde a Dios. La nuestra, es simplemente la de promover agilizar dicho encuentro.
He reservado para el final, lo que José Ramón Perdigón (Greenhills, San Juan del Monte, Filipinas) rescató para las antologías. Se trata de un párrafo del inolvidable Jaime Campmany y Diez de Revenga (1925-2005), periodista, novelista y poeta satírico español, que dice lo siguiente:
“Manuel Azaña mantenía muy discretamente y dentro del ámbito privado sus amores con Cipriano Rivas Cherif, y hasta se casó con su hermana Dolores para disimularlos. Pero le nombró Jefe de Protocolo. Gracias a Marino Gómez Santos sé que en algún periódico, por errata o por malevolencia, apareció que lo había nombrado Jefe de Protoculo. Pérez de Ayala lo contó a Marañón, y Marañón contestó:
-A veces, el camino más corto para llegar a un cargo, es el recto”.
El corolario que se me ocurre después de leer el texto podría ser este: Se puede ignorar la estupidez propia, pero no puedes esconderla. Saludos, señor Román.
Tienen gracia, sobre todo el de Ghandi. Observo que además del periodismo, se le da bien los chascarrillos y las anécdotas.
Un abrazo.
PD: El “tema” sigue gestándose.
Gracias amigo José Alberto. Un abrazo
PD. Le recomiendo el artículo publicado en portada: “La solución al flujo migratorio”.
Señor Román, divertido además de muy interesante artículo. Me han gustado sobremanera las respuestas de Gandhi al profesor aquel. Y es que los idiotas se comportan en todas partes como lo que son, unos pobres necios pero orgullosos de su estulticia. Es cierto que es importante saber dar respuesta adecuada en el momento preciso. Pero en España, creo, gusta más a toro pasado. Cuando ya no hay remedio. En gran parte esto es así porque aquí no se sabe debatir, escuchar al contrario, reconocerle los méritos, ceder si hay que ceder, mantenerse firme cuando hay que hacerlo pero respetando, sin… Leer más »
Efectivamente Ay. Tener la facultad de contestar oportunamente en el momento preciso, reconozco que es una virtud que tienen un determinado número de personas. No todo el mundo está dotado de esa capacidad, cuando es increpado o “chuleado” por alguien, para sentenciar “ipso facto” en el momento preciso y puntual con elegancia y sin “perder los papeles”.
Como siempre Ay, muchas gracias por leerme y por sus comentarios.
Un abrazo amigo.
Estoy con usted Sr. Ay.
Un saludo, señor Cepas, gracias.