Érase una España en la que el despilfarro de dinero público no tenía fin, incluso se veía con buenos ojos. Era símbolo de desarrollo y prosperidad, hasta que un buen día la burbuja estalló y los cadáveres comenzaron a salir a flote. Fue entonces cuando conocimos la verdadera cara de las élites extractivas de este país.

Cientos de ayuntamientos repartidos por toda la geografía nacional, tienen “su recuerdo” de aquellos maravillosos años: la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, el Fórum de Barcelona, los aeropuertos de Huesca, Ciudad Real o Castellón, o la Caja Mágica de Madrid son solo algunos de los ejemplos más notorios y conocidos. Pero hay otros casos que quizá son menos conocidos, pero no por ello menos graves, fruto de decisiones políticas vergonzantes y calamitosas.

El tremendo déficit público que arrastra España es, en gran medida, fruto de estas políticas corruptas y electoralistas. Algunos cara duras se empeñen en hacernos creer que la culpa es de los españolitos de a pie porque –según ellos- “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” y por eso nos castigan como a niños pequeños recortándonos derechos fundamentales como la Sanidad y la Educación. Desde luego algunos sí que han vivido muy por encima de sus posibilidades, con tarjetas black y otras tantas infamias, pero no el español medio y trabajador.

En definitiva, aquí va nuestro particular top ten de los disparates públicos habidos en nuestro país durante la época de bonanza, aunque por supuesto hay muchos más.

Agora de Valencia

1. El Ágora de Valencia
Aunque el edificio se inauguró en noviembre de 2009 con el torneo ATP de la Comunidad Valenciana, actualmente se encuentra cerrado y su deterioro podría conducir a su derrumbe final. De hecho, el propio Calatrava redactó recientemente un escrito donde denunciaba la suspensión de las obras y la inclusión de elementos por parte de la Generalitat ajenos a su diseño inicial. Y en esas están unos y otros, tirándose piedras a la cabeza.El Ágora es una cubierta grandiosa diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava situada en el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. De estructura metálica y revestida de trencadís azul y cristal (un tipo de cerámica muy exclusiva), tiene una altura de 80 metros y ocupa una superficie de 5.000 metros cuadrados.

En definitiva, un proyecto que tenía un presupuesto inicial de 40 millones de euros y que acabó costando el doble. Un magnífico ejemplo de buena gestión y honestidad pública, irónicamente hablando claro.

Ciudad de la luz

2. Estudios cinematográficos Ciudad de la Luz, Alicante
La Ciudad de la Luz es uno de los grandes fiascos del gobierno valenciano y uno de los paradigmas de fracaso en lo que gestión pública se refiere, pues costó 265 millones de euros y tan solo acogió el rodaje de una película (Lo imposible). Cerrado a cal y canto, todo parece indicar que no generará los ingresos suficientes para mantenerse operativo.La Ciudad de la Luz Estudios abrió sus puertas en 2005 con el objetivo de convertirse en un referente de la industria audiovisual a nivel internacional. Ubicado en Alicante, está dotado de las últimas tecnologías y dispone de 11.000 m2 de platós de rodaje, 12 hectáreas de zona de rodaje en exteriores con foso de rodaje de 8.000 m2, más de 11.000 m2 de almacenes y talleres y edificios de producción.

Precisamente, el pasado mes de julio el Consejo de Administración sacaba a subasta el complejo cinematográfico Ciudad de la Luz, pero quedaría desierto al presentarse solamente una oferta que para colmo no cumplía con los requisitos exigidos. Otra perla del gobierno Paco Camps y sus cachorros.

Palacio de los deportes de Cartagena

3. Palacio de los Deportes de Cartagena
Más de una década ha pasado desde que dieran comienzo las obras de construcción de esta instalación deportiva pública que inicialmente estaba presupuestada en 13,2 millones, pero que finalmente le ha costado al Ayuntamiento de Cartagena la friolera de 21 millones de euros, de momento.

Y decimos de momento porque el nuevo alcalde lo ha denominado el ‘Palacio de los Horrores’ por el sinfín de deficiencias en su construcción. Y todo eso después de que la obra fuera recepcionada por el anterior equipo de gobierno (PP) sin ninguna queja a la constructora.

Entre otras carencias, el edificio carece de acometida eléctrica, en trámite desde hace varios meses; no se pueden realizar pruebas de la maquinaria como depuradoras, climatización, calderas y deshumectadoras; el edificio no es sostenible y tiene déficit energético; el nulo aislamiento de la piscina; el parquet utilizado en las pistas no es apto para la práctica de deporte; hay un gran número de maquinaria y elementos del pabellón que se encuentran oxidados; problemas de accesibilidad al edificio con pavimento irregular y charcos generalizados, con peligro de caídas, etc, etc.

Parque acuático de Jaén

4. Parque Acuático de Jaén
Un proyecto ideado y financiado a la sombra del Plan E de la Administración Zapatero que supuestamente iba a revitalizar la capital jienense y que iba a dinamizar todo el entorno. Ahí es nada.Un buen día, el Ayuntamiento de Jaén en sesión plenaria decidió llevar el mar hasta su municipio. Así nació la que iba a ser la playa de Jaén con un parque acuático incluido. Todo por la módica cantidad de 9 millones de euros, aunque a día de hoy está abandonado y ha sido objeto del saqueo indiscriminado: se han llevado los azulejos, los sanitarios, todo el cobre, las placas de escayola, los aires acondicionados, los calefactores, … ¡hasta los mondadientes de la cafetería!

5. Mirador de Moncloa
Bajo el nombre oficial de Torre de la Iluminación y las Comunicaciones, este gafe de la construcción tiene su miga. El entonces alcalde de la capital de España, José María Álvarez del Manzano, se la encargó al arquitecto Salvador Pérez a principios de los 90 como mirador, plataforma para antenas de transmisión y centro de tráfico e icono de la ciudad, aunque apenas ha servido de mirador en contadas ocasiones.

Mirador de Moncloa

El propio Álvarez del Manzano inauguró la obra en 1992, pese a que el gobierno de la Comunidad de Madrid (entonces del PSOE) había recurrido el proyecto en los tribunales. A los pocos meses de su entrada en servicio, varias planchas metálicas de la estructura se desprendieron, aunque por fortuna no provocaron daños personales. La barandilla de la escalera interna daba calambre debido a la carga magnética de la estructura y a los fallos de asilamiento.

Alberto Ruiz-Gallardón se encontró con el marrón y clausuró la torre de manera indefinida tras varios amagos, ya que incumplía ampliamente la normativa de seguridad. A continuación, invirtió 4,5 millones de otro Plan E para rehabilitarlo, aunque el presupuesto final fue de 5,6 millones. Gallardón lo inauguró nuevamente en 2011, antes de unas elecciones y pese a que los trabajos no habían terminado, pero quedó cerrado inmediatamente después. La torre fue reabierta en primavera de 2015, pero duró tres días abierta por filtraciones de agua que afectaron a los ascensores.

El coste total para las arcas públicas del Ayuntamiento de Madrid ha sido de casi 10 millones de euros. Raquel López, cabeza de lista de IU en las pasadas elecciones del 24M, afirmó en su día “que los fallos estructurales del Faro no acabarán ahí: después de más de 10 años, lo que vemos es que las prisas electorales dan lugar a estas chapuzas y causas unos daños muy onerosos a las arcas de Madrid Destino y al bolsillo de los madrileños. Han tenido el faro siete años cerrado y lo abren deprisa y corriendo al borde de las elecciones. Madrid se merece un Ayuntamiento más serio, y que piense en las personas, no en el ego ni en las ambiciones de sus líderes políticos”.