Preguntas y respuestas (II)
Comentaba en el primer artículo de la trilogía: “Preguntas y respuestas”, que no había nada tan satisfactorio como contestar correctamente a una pregunta, sobre todo, cuando ésta era formulada con ironía, maliciosamente o cargada de intención. A los ejemplos expuestos en aquella primera entrega, me permito añadir otros que también podemos adaptar a las circunstancias ante cualquier pregunta incómoda o comentario inoportuno.
El que fuese presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo, recibió a unas mujeres que fueron a pedirle un favor, al mismo tiempo que éstas se disculpaban por ello:
– ¡Ay, don Antonio! Debe usted de estar harto de nosotras, porque no dejamos de pedirle cosas. El político, conocido también por su fina ironía, contestó:
– Señoras, a mí las mujeres no me molestan por lo que me piden, sino por lo que me niegan.
En cierta ocasión, el Ministro de la Guerra durante la II República española, José María Gil Robles, fue interrumpido por un contrincante político que le espetó:
-¡Su Señoría es de los que todavía lleva calzoncillos de seda! A lo que Gil Robles replicó:
-No sabía que la esposa de Su Señoría fuese tan indiscreta.
En cierta ocasión, el filósofo, jurista y escritor romano Marco Tulio Cicerón hizo el siguiente comentario:
– En toda la Historia hemos tenido sólo un cónsul, tan preocupado por el bien público, que nunca durmió en el periodo de su consulado. Le preguntaron quién había sido ese cónsul. Y Cicerón contestó:
– Caninio Resizio, fue nombrado cónsul por la mañana y destituido esa misma tarde
El político y escritor gaditano del siglo XIX, Antonio Alcalá Galiano se encontró con una mujer conocida a la que no veía desde hacía más de veinte años y esta le espetó:
-Don Antonio, le encuentro muy viejo. El, la observó y contestó:
-Tampoco usted está más joven. Le ocurre lo que a los que se embarcan por vez primera, que cuando el barco comienza su singladura les parece que es la tierra la que se va de ellos, y que ellos no se mueven.
En cierta ocasión, un diplomático que se estaba entrevistando con el Presidente de la República Popular China, Mao Tse-tung, le realizó la siguiente pregunta:
-¿Qué habría pasado si, en lugar de haber matado a Kennedy, hubieran matado a Kruschev? El líder chino contestó:
-Hay una cosa que es segura: Onassis no se habría casado con la señora de Kruschev.
Con motivo de la segunda vuelta de las elecciones del año 2002 a la presidencia de la república francesa, se celebró un debate televisado en el que, los dos contrincantes, Lionel Jospin y Jacques Chirac pondrían sobre la mesa sus diferentes programas electorales. Antes del debate, el candidato socialista Jospin se dirigió a su oponente, haciendo gala de su juego limpio, de la siguiente manera:
– Que gane el mejor. A lo que Chirac respondió:
– Gracias.
El médico, periodista y político izquierdista francés, George Clemenceau tenía una casita de campo donde acudía a descansar en vacaciones. En la casa contigua vivía un sacerdote y en el jardín de éste crecía un enorme y frondoso árbol que tapaba las vistas desde el jardín de Clemenceau. Cierto día, el político solicitó al religioso que cortase el árbol que tanto le molestaba y el cura decía que lo había plantado en su juventud. Era tal la insistencia para que lo cortase que, finalmente, el vecino accedió.
Y, apenado, dijo:
-Que nadie diga que fui un obstáculo para que Clemenceau viera el cielo, aunque fuera de lejos.
Durante la crisis económica española de mediados del siglo XIX, un acreedor ansioso por cobrar la deuda que había contraído el gobierno con él le dijo a Ramón María Narváez, Presidente del Consejo de Ministros:
-España cuenta con hombres insignes, como Cristóbal Colón, que descubrió América ¿Por qué nadie del gobierno descubre la manera de pagarnos? A lo que Narváez le contestó:
-Mire usted, Colón descubrió América porque había una América que descubrir; nosotros no podemos descubrir dinero porque no lo hay.
(Continuará)
En el parlamento uruguayo, hace muchos años un experimentado diputado tuvo el siguiente intercambio con un novel diputado.
Novel Diputado: “El Sr. Diputado X, no da en el clavo. Todas en la herradura”
Experimentado Diputado: ” Y yo qué culpa tengo que el Sr Diputado se mueva tanto”
Genial. Este tipo de anécdotas no tienen precio, sobre todo, en momentos de tensión política como la actual.
Gotas de humor que son necesarias para rebajar el hartazgo y esa tensión que a todos nos afecta de una manera u otra.
¡Enhorabuena!
Saludos desde Campredó
Sr. Román: en este artículo ha hecho usted gala de que entiende el verdadero sentido del humor. No todos lo entienden.
Espero el siguiente “episodio”.
Un abrazo.
¿que?
na
ah, vale.
Me contaron otra:
Visitaba, siendo presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol y siendo recibido por el presidente de la R. P de China, que como se sabe tiene mas de tres mil millones de habitantes. Le dijo el Sr. Pujol muy arrogante y presuntouso, tratando de mostrar la importancia del pueblo catalán.
Somos un pueblo de siete millones de habitantes.
Le respondió el chino.
Y estáis todos en el mismo hotel.
Y estáis todos en el mismo hotel?
Dudo que haya un hotel con tal capacidad, algo no entendiste bien algo.
El periodista José María Carrascal denuncia el lobby que apoya el separatismo catalanista en Washington. Da nombres de algunas personas que promueven el separatismo en Cataluña y que son los mismos que apoyan a las autoridades anti-españolas de Gibraltar así como promueven el colonialismo marroquí en el Sahara Occidental apoyando la anexión ilegal de Sahara por Marruecos. Díaz-Balart como Ros Lethinen son miembros del lobby pro-israelí. Los mismos lobbystas que promueven un referéndum y la autodeterminación de Gibraltar (la Asamblea General de la ONU ha declarado contraria al Derecho Internacional) apoyan que no haya referéndum ni autodeterminación para el Sahara… Leer más »