Al chollo de disfrutar de unas vacaciones pagadas por el Estado durante un periodo anual, similar a las de los estudiantes españoles, hay que añadir ahora que Sus Señorías, que cobran una media de 5.000 euros mensuales, seguirán percibiendo sus suculentas asignaciones hasta final de año pese a que en octubre sólo habrán trabajado entre cuatro y seis días sin obligación de acudir al Congreso durante los próximos dos meses. Este dispendio costará a las arcas públicas 5.250.000 euros en el caso del Congreso y 3.442.751 euros en el del Senado. Pues bien; ¿Han visto ustedes que algún aforado proteste por esta burla dantesca a los contribuyentes españoles?

Muchos son los artículos a través de los cuales se realizan llamamientos a la reflexión sobre la pobreza, pero pocos lo hacen para que esa reflexión nos haga ver, con una diafanidad y transparencia absolutas, por qué la clase política defiende con uñas y dientes la “parasitocracia”.

Mucha solidaridad, mucha igualdad y mucho partido para pobres, pero todo lo que huele a enfermos terminales sin recursos, necesidad extrema, miseria o indigencia, se deja principalmente y a tenor de las limosnas, en manos de los voluntarios de las parroquias, sacerdotes y religiosas que, a su vez, y como miembros de la Iglesia Católica, son perseguidos de manera visceral -al igual que en su día lo hizo Zapatero-, por el actual líder del PSOE, Pedro Sánchez.

Díganme, ¿cuántas sedes del PSOE o de cualquier partido, pero especialmente del PSOE, ofrecen cama y comida a indigentes, pobres y refugiados? ¡Ninguna! Es muy fácil convertirse en benefactor y salvador de los pobres, pero con el dinero de los demás. Hace falta ser muy miserable y muy malo, para liderar un partido socialista, y arremeter sin sonrojarse y sin sentir vergüenza, contra la Institución que más hace por los excluidos sociales. Hay que ser muy hipócrita y fariseo, para arengar a los obreros y a las clases más desfavorecidas vistiendo trajes de Armani y recibiendo dinero del Estado para financiar su partido, y acusar a la vez a la Iglesia de estar sosteniéndose con dinero público y cuestionar su función por la exención del pago del IBI de sus establecimientos.

Es evidente que a estos “chiquilicuatres de la política”, su hipocresía les sale gratis. Esa hipocresía hedionda de los parásitos de la política, que se jubilan con solo once años en la ubre del Tesoro con la pensión máxima, mientras un trabajador necesita cuarenta años de cotización y sufrimiento, no se castiga en las urnas como debería castigarse, el castigo debería ser una abstención inteligente, firme y abrumadora, que dejase vía libre a la “MERITOCRACIA”, y acabase de una vez por todas con la indeseable, pestilente y odiosa “parasitocracia”.

Sólo un ejemplo entre miles serviría para dar solidez al título de mi escrito. Mucho se está hablando en las últimas semanas del Presidente de la Federación Española de Fútbol, Angel María Villar. La vida y milagros del señor Villar -y esto hay que repetirlo hasta que caiga sobre las conciencias de los contribuyentes como un latigazo-, no es ni más ni menos que el fiel reflejo de sistema de corrupción instalado e institucionalizado en nuestro país, desde que el PSOE se hizo con el poder absoluto en España en octubre de 1982. Aquí empezó la francachela, el jolgorio, la bacanal, el despilfarro y el desmadre. Luego se unieron a la orgía el PP, los nacionalistas, los comunistas, y toda la patulea de estómagos agradecidos que se han dedicado al expolio de lo público dejando España como una viña sin amo.

Ya en 2004, el señor Angel María Villar, percibía un sueldo de la Federación de 104.000 euros en 17 pagas y media, exactamente, 5.938,48 euros. La Federación, además, le pagaba, por gastos de representación 120.000 euros anuales, y además, garaje, chófer, combustible, comidas, guardaespaldas, vuelos en primera clase, hoteles de cinco estrellas, etc. Como Vicepresidente de la FIFA percibía anualmente 215.000 euros por unas dietas de 415 euros diarios y, otros 207,50 euros, si le acompañaba su señora. Como Presidente del Comité Técnico de Arbitros (FIFA), mas dietas. Como Presidente del Comité de Fútbol (FIFA), mas dietas. Como miembro del Comité Organizador del Mundial de Alemania 2006, vocal de un Proyecto para el Desarrollo del Fútbol en el Mundo, y miembro del Comité de Urgencia (FIFA), mas dietas. Como Vicepresidente de la UEFA, percibía en concepto de dietas 161 euros diarios, pero, por beneficios anuales, unos 165.000 euros. Pero hay más; la Federación Española de Fútbol ya le pagaba entonces la Seguridad Social, 2.652 euros al mes. O sea, que entre unas cosas y otras, ya tenía en 2004 unos ingresos de 600.000 euros anuales.

Con ejemplos como este creo que está todo dicho. Mucho ganaría este pueblo, si en lugar de distraerse con mediocridades como “el hormiguero” y el baile de Soraya, fijara la mirada en los hipócritas que se ríen y se burlan de la pobreza. Si se señalara con el dedo índice a personajes de la “parasitocracia” como por ejemplo a la socialista Bibiana Aido, contratada por Unicaja en 2000 (3 meses); por Iturri S.A. en 2000-2001 (10 meses); y por Caja San Fernando en 2001-2002 (3 meses); entrara en el Observatorio de Emprendedores de la Universidad de Cádiz en 2002 (cargo político-9 meses), hasta conseguir un lustroso pezón en la ubre Nacional por el caprichito de ZP hasta que la apearon del machito, para después saltar a “ONU Mujeres” (organización a la que España transfirió más de 200 millones de euros) a razón de 12.000 euros al mes libres de impuestos más manutención, y residiendo en Nueva York como De Niro o DiCaprio, sin que el nombre de esta “miembra” aparezca en ningún organigrama de dicha Organización.

La solución a la pobreza señoras y señores, no pasa por crear comedores sociales de por vida, o por limpiar las calles de indigentes a base de Policía Local para cuidar la imagen de una ciudad, no. La solución a la pobreza pasa por coger los miles de millones de euros que se embolsa esta pandilla de mangantes y parásitos, y ayudar a pequeños y medianos empresarios, y emprendedores, para sostener y fundar empresas que creen riqueza y puestos de trabajo dignos, para que las personas puedan formar una familia, puedan comer, y dar un techo a sus hijos.

La solución a la pobreza pasa por cerrar el grifo del Estado del que manan miles de millones de euros de nuestros impuestos, y que están yendo a los bolsillos de los que viven única y exclusivamente de la política, enriqueciendo a su vez a toda una caterva de privilegiados que de la mano de la “parasitocracia” engordan orondos y gozosos con el vicio y el fornicio, y amasan grandes fortunas mientras millones de trabajadores honrados que han perdido su empleo, no tienen nada que echarse a la boca.