Palabras-policía
León Riente.- “Racista”, “xenófobo”, “homófobo”, “machista”, “fascista”, “nazi”, todas estas palabras tienen en común ser palabras-policía.
Palabras-policía son aquellas que han sido connotadas de tal manera que además de expresar algo, utilidad esencial de cualquier palabra, adquieren dos utilidades suplementarias:
1) funcionan como herramientas de represión de “malos pensamientos”, es decir, de aquellos esencialmente disconformes con la hegemonía o dominio ideológico determinado, y
2) sirven como instrumentos de descalificación radical del oponente discursivo, por lo tanto, como instrumentos de represión del auténtico debate y, por ello, también, de la política.
La primera utilidad actúa en el plano personal mientras que la segunda en el interpersonal.
Las palabras-policía son esenciales para cualquier orden social totalitario que se basa no tanto en la coerción física (que también) como en la psicológica (control del pensamiento, ideologización), caso del orden actual. Tratan de evitar la disidencia antes de que aparezca públicamente (utilidad 1) o antes de que, una vez hecha pública, crezca (utilidad 2).
Muy bueno, “intolerante” también cabe en el primer párrafo.
Y es que la “democracia” (o los que la impusieron y están detrás de ella, esos “elegidos”) también tienen su enemigos.
¿Qué vendrá después de la farsa de “democracia” plutócrata usurera? ¿La tiranía efectiva judía del rey déspota de Sión, o qué?
En menos de un lustro, la respuesta.
Con sangre está claro … está al caer ya. Abróchense los cinturones.