Los políticos colocados en Abengoa provocan su quiebra
Asistimos, en directo, a la mayor quiebra de una empresa en España. Abengoa lleva el mismo camino del rescate de las cajas de ahorro que fueron salvadas con miles de millones de todos los españoles para que no cerraran y salpicaran a los políticos que durante décadas las habían saqueado.
Y el problema, como en las cajas, es que en sus consejos de administración pastoreaban políticos premiados por haberles facilitado subvenciones mil millonarias cuando desempeñaban cargos públicos.
Porque, sépalo todo el mundo, españoles y foráneos: de lo que vivía Abengoa, empresa dedicada a las energías renovables, era del erario público, y de los concursos que le adjudicaba el Boletín Oficial del Estado y, sobre todo, del dinero de la Junta de Andalucía.
Y ya sabemos que en Andalucía lleva reinando el PSOE desde que se le concedió la autonomía un 28 de febrero de 1980 por la vía rápida del artículo 151. Almería votó no en el referéndum y en Jaén los chicos de Alfonso Guerra hicieron un recuento cocinado para que no se confirmara el no.
En Abengoa no sólo se lo han llevado crudo, con sueldos de infarto los Benjumea, que con su ingeniería contable han mosqueado a banca y nuevos inversores. Toda una legión de políticos, desde el ex ministro socialista Josep Borrel a Alberto Aza, ya saben, quien fuera Jefe de la Casa Real, representando las acciones regaladas a Juan Carlos a cambio de sus gestiones, han estado en la nómina como consejeros y asesores para cobrar no miles de euros, sino millones, sin hacer nada.
Bueno, sólo hacían una cosa, y la hacían con bastante desparpajo y entrega: hacer de correos entre la empresa y la Administración para llevar y traer expedientes con el fin de que las millonarias subvenciones siguieran fluyendo sin problemas. O llamando al teléfono privado del banquero, como acostumbraba el Rey emérito, mientras cobraba de Abengoa, para que los créditos siguieran llegando a la empresa de la familia Benjumea.
Porque en Andalucía los empresarios conectados con la Junta se lo han llevado crudo. Facturar, solicitar dinero a la Administración Autonómica, por supuesto que regando de comisiones al personal, ha sido el santo y seña durante estos treinta y cinco años que han hecho ricos a muchos sinvergüenzas a costa de que siga siendo la región con más paro de España y casi de Europa.
Son varias generaciones de políticos andaluces las que se han amamantado a las ubres de “mamá Junta de Andalucía”, que ha subvencionado hasta los potitos, por poner un ejemplo. Y mientras se cabreaba a los catalanes y otras autonomías que veían atónitos cómo el dinero del fondo de solidaridad autonómica se lo repartían los de siempre de forma descarada.
Ahora que Abengoa huele a quiebra todos los políticos que estuvieron, o están, en su nómina, gritan y se pelean con los suyos con el argumento de que no se puede dejar caer a una empresa de tanto prestigio y nivel tecnológico.
Vamos, esto lleva el mismo camino que las cajas de ahorro. Peperos y socialistas podrán doscientos mil millones de todos los españoles para que unos cuantos benjumeas, solanas y borreles sigan viviendo como cardenales a costa de todos. Es la ventaja de contar en nómina con los políticos del bipartidismo que se han repartido el pastel durante cuarenta años.
Un lector aporta este interesante listado:
¿Solo ve una bancada el articulista? Veamos:
Josep Borrell (P$oe) y Ricardo Martínez Rico (PP y ex socio de Montoro en el despacho Equipo Económico).
En Abengoa USA:
Javier Rupérez (PP) y Juan Verde (Ex asesor de Obama), Luis Solana (P$oe).
Nómina desde el comienzo de su pelotazo:
José Luis Méndez (ex director general de Caixa Galicia), Ignacio Polanco (Prisa), José Terceiro Lomba (político entre 1981 y 1982 y consejero de Prisa), Carlos Sebastián (hermano del ex ministro de Industria), Kemal Dervis (ex ministro de Asuntos Económicos de Turquía), Jerson Kelman (primer presidente de la Agencia Nacional del Aguas), Nicholas Stern (ex vicepresidente senior y economista jefe del Banco Mundial y asesor económico del gobierno británico), Pamposh Bhat (prestigiosa química, es Consejera de Perenia Carbón en India, y Consultora de Naciones Unidas para la Energía Renovable y el Cambio de Climático), Ricardo Hausmann (economista y académico venezolano), Bill Richardson (político del partido Demócrata norteamericano, secretario de Estado de Energía de 1998 a 2001 con Clinton y ex Gobernador de Nuevo México), Pedro Marín (P$oe ex secretario de Estado de Energía con Sebastián), Rafael Escuredo, José Rodríguez de la Borbolla y Cándido Velázquez (P$oe), José Manuel Fernández Norniella y Manuel Olivencia, suegro de Javier Arenas (PP), Alberto Aza (ex Casa Real), Carlos Borbón, (primo del Rey), Álvaro Fernández Villaverde (duque de San Carlos y marqués del Viso) y Carlos Fritz-James Stuart (duque de Huéscar).
Unos siguen, otros no.
Por cierto ABENGOA, teniendo sede social en Sevilla, al Manchester United le regaló toda la instalación de su Estadio y de su Ciudad Deportiva con energías alternativas y a los equipos de Sevilla no les ha regalado nunca ni las gracias.
ABENGOA es el prototipo de empresa cazasubvenciones:
Alcolea del Río construye la primera planta solar de España sin primas ni subvenciones
Los políticos provocan la quiebra allá donde se instalan. Da lo mismo que sean empresas privadas, públicas, así como organismos de gobierno e instituciones. Basta ya de políticos. Ya han demostrado lo que son y para lo que sirven. Ni los queremos y mucho menos los necesitamos. Con un gobierno patriota supervisado por el ejercito de la nación volveremos a ser libres y fuertes Por no hablar del coste ínfimo en comparación con el disparate actual. Perdamos el miedo a ser políticamente incorrectos. Las encuestas sitúan a los políticos como el primer problema de España. Por encima del paro y… Leer más »
Cuanta razón tiene.
y, ahora, en pocos días tenemos en la mano hacer realidad lo que Vd. dice y yo pienso.
Pero sospecho lo que va a hacer el “sabio” pueblo español, en la tele, ya nos lo dan hecho y pensado. Incluso, nos envían las papeletas y los sobres. ¡es tan fácil! ¿cuantos resistirán la tentación?
Pocos nos damos cuenta de que lo fácil es, casi siempre la chapuza.