Cánticos de «¡Florentino, dimisión!» y pitos para Benítez
Reinaba un ambiente muy extraño en el Bernabéu. Enrarecido. Todo el mundo presagiaba lo que iba a suceder, porque los comentarios y las encuestas mediáticas de los dos últimos días centraban el tiro en la gestión del presidente. Era el primer partido del Real Madrid en su estadio después del 0-4 del clásico. El conjunto blanco había ganado en Ucrania al Shakhtar. Después venció en Éibar, 0-2. Y había superado al Cádiz en la Copa, 1-3, cuando la entidad supo en pleno encuentro el problema de la alineación indebida de Cheryshev, ahora en pleito jurídico, que ha caído como otra losa sobre el club por la posible eliminación copera, una polémica sumada al 0-4 del Barcelona en el tramo de dos semanas de distancia.
Los opositores a Florentino Pérez ya habían advertido que hoy expresarían en el partido frente al Getafe su petición para que deje el cargo. Empezando por los Ultras Sur, diseminados por el estadio, siguiendo por Manos Limpias y terminando por la Asociación por los Valores del Madridismo, declarados adversarios del presidente, los gritos de «¡Florentino, dimisión!» se escucharon en el estadio desde el primer minuto de juego, mientras la Grada Joven de Animación apoyaba al Madrid con cánticos.
Cuando se anunciaron las alineaciones de Real Madrid y Getafe ya hubo pitos al mencionarse el nombre de Rafa Benítez. El entrenador pidió el día antes del encuentro que la «afición apoye al equipo como siempre ha hecho, y eso espero». El técnico y los futbolistas ya sabían lo que podía suceder hoy. Los pitos también podían dirigirse rápidamente contra ellos en cuanto se observara que jugaban mal o que el Getafe les ponía en problemas. El caldo de cultivo estaba preparado. Los murmullos y los silbidos explotaron aleatoriamente cuando algún futbolista o alguna jugada perdía un balón o salía mal.
Un sector del estadio se sumó a los cánticos en contra del presidente, mientras los hombres de Benítez, con alineación de gala, corrían al máximo para robar el balón y gustar al público. La plantilla quería realizar un buen partido y ofrecer un buen espectáculo a los seguidores. Buena parte del público aplaudió al Real Madrid como reacción a los gritos contra el presidente y el ambiente de murmullo. La Grada Joven de Animación no paró de apoyar a sus ídolos. Muchos aficionados se sumaron a ese ambiente positivo incondicional. Hubo una lucha, de cánticos, a favor y en contra, que recordó a los pitos y palmas contra Casillas.