Debe aumentar el empleo indefinido. Los contratos temporales son la inmensa mayoría, y esto supone que el mercado laboral se basa en la precariedad de los trabajadores. A mi juicio, lo decisivo es que el estado dé subvenciones suficientes a las empresas que creen empleos estables y de calidad. También deben de ser mucho más numerosas y cuantiosas las ayudas económicas a los proyectos de inversión y, por supuesto, a los emprendedores. La creación de riqueza es lo que hay que priorizar.

Otras medidas adicionales posibles serían: impulsar la libre competencia empresarial, sin posiciones monopolísticas, o, al menos, con un control riguroso, mejora de las infraestructuras, mayor capacitación de las personas que trabajan, etc.

La lucha contra el fraude fiscal debe ser, más intensa todavía, para que el dinero recaudado a través de los impuestos sea bastante mayor del que ya es. Lo que redundará en una mejora considerable de la asistencia social, y en un incremento sustancial de los fondos económicos de la dependencia, las prestaciones de desempleo, las pensiones, sanidad, educación, etc.

Llama la atención que la tasa de trabajadores con contrato temporal en España duplique la de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.

Respecto a los contratos a tiempo parcial son apropiados para situaciones especiales, pero no deben ser muy abundantes y servir de comodín, porque precarizan a las personas. Indudablemente, otro de los grandes problemas del mercado laboral español es que, cada vez más ciudadanos, no pueden vivir adecuadamente con salarios bajos que casi no dan para vivir. Por tanto, en mi opinión, el salario mínimo debe ser considerablemente más elevado.

Otro aspecto importante es que los salarios deben estar más igualados. O, dicho de otro modo, no son justas diferencias salariales desproporcionadas, ya que crean grandes y extendidas desigualdades de ingresos en las familias.

En lo relacionado con el tiempo de trabajo parece claro que la jornada laboral tendría que ser menor, de unas 6 horas para favorecer que haya más personas trabajando, y aumente la población activa. De este modo habría más trabajos para los jóvenes. Y también soy partidario de que la edad de jubilación fuera a los 60 años para todos. De esta forma aumentarían los puestos de trabajo significativamente. Todo esto que estoy planteando puede parecer muy utópico e irrealizable, pero ya estamos en la sociedad digital y del conocimiento, y es lo que corresponde hacer. Con Internet las jornadas laborales maratonianas ya no tienen sentido. Existe también el teletrabajo, la flexibilidad laboral para la conciliación de la vida familiar con el horario de trabajo, algo reconocido por una sentencia firme muy reciente en el caso de un trabajador de nuestro país, etc.

Es verdad que el mundo digital en el que vivimos ha reducido el número de trabajadores necesarios en muchas empresas, pero también ha creado nuevos yacimientos de empleo, y ha aumentado la calidad de vida de las personas.