Por José L. Román.- La marca Podemos ha logrado llegar al Parlamento. El germen híbrido, la semilla abonada y regada abundantemente por los socialistas en la Universidad Complutense de Madrid, ha germinado con brillante lozanía y sin ninguna dificultad. Nadie ha obstaculizado su crecimiento, hasta tal punto, que la polinización se ha llevado a efecto de forma estrictamente dirigida y ordenada en la mayoría de las universidades del resto de España, con el fin de propagarse después por aldeas, pueblos y ciudades de todo el territorio nacional.

Su líder, Pablo Iglesias, aparte de la educación marxista recibida de sus progenitores naturales, y la formación adquirida después en la universidad pública, fue presentado en sociedad –no hay que olvidarlo-, por las cadenas televisivas “Intereconomía” y “13tv”. Hasta la cadena de Federico Jiménez Losantos llegó a concederle una entrevista a Pablo Iglesias. Más tarde, con el logo de Podemos, tras el que se esconde el estalinismo más estridente, ha tenido una especial acogida en todos los medios informativos controlados por el poder económico y financiero, donde, siguiendo estrictamente la hoja de ruta del mundialismo, le han venido dando jabón y una amplia cobertura para catapultarlo hasta Europa primero, instalarlo en ayuntamientos y gobiernos autónomos después, y en los escaños del Parlamento español más tarde.

Iglesias es junto a Monedero, el promotor de un partido marxista amigo de los terroristas vascos de la ETA, que está siendo investigado por recibir financiación de regímenes fundamentalistas y totalitarios como Irán y Venezuela. Pero, a pesar de que aquel germen fue sembrado por los socialistas en las universidades españolas para formar ideológicamente a las nuevas generaciones de jóvenes, el fruto de aquella semilla socialista ha crecido y se ha declarado marxista leninista, y gracias a la corrupción y al latrocinio del bipartidismo, se ha convertido en la única alternativa de la izquierda, y a su vez, en el instrumento perfecto para que el PP -que no ha permitido con todo el poder en sus manos que ningún otro partido creciese a su derecha-, pueda ser presentado por sus medios afines como el bueno de la película frente al monstruo podemita, que terminará de engullir para siempre al partido socialista.

Ese monstruo marxista democráticamente engendrado, parido, vitaminado y publicitado por los medios, presenta hoy un visible sobrepeso y voracidad, hasta tal punto, que ahora es temido incluso por los que lo presentaron en sociedad.

Durante muchos años, esta banda marxista ha ejercido su totalitarismo en la Universidad sin que ningún Gobierno del PP –también con todo el poder en sus manos-, ni la Fiscalía, le pararán los pies en base al proselitismo de una doctrina ideológica criminal y totalitaria, cuya estela es una interminable lista de crímenes contra la humanidad. Se movían como los “putos amos” por el Campus universitario, y todos lo sabían; rectores, catedráticos y profesores estaban al corriente del matonismo y del estado deplorable de la Universidad que, más que un centro de formación académica, era lo más parecido a una apestosa zahúrda. Todos los gobiernos de la democracia sabían que a estos sujetos les eran otorgadas becas para investigación en detrimento de miles de estudiantes quizás mucho más preparados que ellos, pero sin color político. Nadie hizo absolutamente nada.

Se repartían las partidas presupuestarias para becas de investigación y otros dispendios, y lejos de utilizar el dinero para el fin asignado, lo iban invirtiendo en viajes a Cuba para instrucción y formación, al objeto de consolidar una especie de “empresa de asesoramiento” a dictadores marxistas en Hispanoamérica, para que luego éstos sometiesen a sus pueblos con puño de hierro.

Aquellos asesoramientos para subyugar a los pueblos iberoamericanos han sido de sobra recompensados, hasta tal punto, que estos personajillos que no han trabajado en su vida para la comunidad, ni cotizado jamás a la Seguridad Social española, gracias al dinero de esas dictaduras, a los platós de televisión y a los estudios de radio, han conseguido amorrarse a la teta pública y están a punto de alcanzar el poder en España. Si lo consiguieran, les aseguro que ya no habrá camino de retorno sin que corra la sangre por intentar perpetuarse en el poder, del mismo modo que sucede en Venezuela.

Es cierto que el “bipartidismo” –y lo he dicho muchas veces-, debe ser barrido de la escena política a toda costa por multitud de razones que todos conocemos, lo que no obsta, para estar en total desacuerdo con que estos iluminados con un vomitivo apoyo mediático y dinero manchado de sangre, alcancen el poder y ejerzan sobre el pueblo español una dictadura marxista leninista, provocando una nueva guerra civil entre hermanos.

Existen opciones políticas condenadas por los medios de comunicación al más oscuro de los ostracismos. Esas opciones, que para vergüenza de esos medios tienen las almas, los corazones y las manos limpias, y que están conformadas por personas honestas, con sentido social y con una brillante formación laboral, profesional y universitaria, son opciones perfectamente válidas para el relevo en el gobierno de España si se les diese la oportunidad de aparecer en las pantallas de televisión como a “Podemos” o a “Ciudadanos”.

Cualquiera de esas opciones, insisto, ocultadas de forma malintencionada por las grandes cadenas de televisión, no les quepa a ustedes ninguna duda que plantarían cara a Podemos sin ningún tipo de contemplación, y a su vez, podrían enviar, a los dos partidos que nos han engañado y expoliado pero que siguen enquistados en el poder, a tomar por donde amargan los pepinos.