Primer caso de ‘dopaje tecnológico’ en el ciclismo con un motor en la bicicleta
La federación belga de ciclismo (RLVB) confirmó este extremo minutos después del comunicado oficial de la UCI. Por tanto, la ciclista belga Femke Van den Driessche, habría incurrido en este fraude tecnológico o ‘dopaje mecánico’ por, supuestamente, haber montado en su bicicleta un motorcillo. Fue descalificada de esta prueba y ahora se expone a una sanción.
Van den Driessche, campeona de Europa, era una de las favoritas, pero no estuvo a la altura esperada e incluso llegó a pie por problemas mécanicos en la última vuelta. Sin embargo, no aparecía en la clasificación oficial pues fue descalificada.
Comunicado de la UCI: “La Unión Ciclista Internacional (UCI) confirma que en conformidad con el Reglamento de la UCI relativo al fraude tecnológico una bicicleta ha sido conservada para exámenes suplementarios tras los controles efectuados en los Campeonatos del mundo de ciclocross 2016 Sub’23 femenino. Esto no afecta a ninguna de las corredores del podio”.
Confirmado: Motor encontrado en la bici. Tal y como publica el portal Ciclo21.com, uno de los comisionados de la federación belga, Jos Semts, confirmó lo siguiente: “La UCI ha inspeccionado la bicicleta de Femke que estaba en el box de material con una especie de tablet. Inmediantamente, la han precintado y se la han llevado. Entonces han intentado desmontar la caja del pedalier, una pieza que normalmente sale muy fácil, pero no se podía sacar. Finalmente, ahí han encontrado el motor”.
¿Un motor en la bici? Otras sospechas recientes y conocidas
Tras el Tour de Flandes de 2010 que ganó Fabian Cancellara, se volvió a hablar con fuerza de esta posibilidad de motores instalados en el interior de una bicicleta. Este sistema, explicado básicamente, consistiría en introducir un motor cilíndrico de un peso inferior a un kilogramo justo debajo del sillín, en el tubo vertical del cuadro. Gracias a una batería generaría una potencia extra en cada pedalada del ciclista, lo que le permitiría alcanzar una mayor velocidad con un menor esfuerzo.
Entonces se sospechó del propio Fabian Cancellara, pero la UCI ya sospechó que se pudieron utilizar anteriormente en el Tour de Francia de 2009. Desde entonces, los comisarios del máximo órgano del ciclismo escanean bicicletas después de cada carrera para tratar de encontrar elementos sospechosos, es decir, fraude tecnológico.
El canadiense Ryder Hesjedal también fue sospechoso de utilizar un motorcillo en su bici en La Vuelta 2014, concretamente en la séptima etapa, cuando se cayó al suelo y su bici quedó girando sobre sí misma, apoyada en una biela.
Ninguno de estos casos citados se ha podido demostrar, y la Unión Ciclista Internacional nunca ha encontrado ningún elemento de dopaje mecánico en las bicicletas hasta el caso de la belga Femke Van den Driessche. Una noticia que podría revolucionar el ciclismo.
Esto del motor en la bicicleta es lo mismo que hacen los sacamuelas de la “Energía libre” para estafar a los pardillos.
Siempre hay un pequeño motor eléctrico hábilmente oculto en sus “ingenios” (que suelen parecerse a los inventos del TBO del profesor Franz de Copenhague. Siempre acaban en “fake”