Pablo Iglesias, a la derecha, con kipá.

Por José L. Román.- Ellos controlaron las universidades imponiendo su ley; solo su voz se dejó oír durante años; consiguieron becas del dinero de los contribuyentes españoles sin que éstas saliesen a concurso y no les dieron el fin para el que les fueron otorgadas, sino que las utilizaron para hacer política en pro del marxismo Y, al final, no han tenido que emigrar para conseguir un empleo porque la democracia ha permitido que se coloquen en la ubre nacional en nombre de una doctrina ideológica criminal y sanguinaria, gracias a la complicidad de los medios informativos de Vasile y Berlusconi.

Es indescriptible la impotencia de cualquier ciudadano que cumple con el orden constitucional establecido, y ve como sus hijos, a pesar de prepararse concienzudamente, son incapaces de alcanzar un puesto de trabajo tras presentarse una y otra vez a todo tipo de entrevistas y oposiciones, mientras la democracia permite que “matones” criados en una universidad, que pagamos todos, haciendo proselitismo de una doctrina criminal y sanguinaria, y sin necesidad de superar oposiciones, no solo han conseguido llegar al Parlamento, sino que pueden ser apoyados por el secretario general del PSOE para que dirijan, la nave nacional, hasta el más vertiginoso de los precipicios.

Es indignante que siendo marxistas revolucionarios se proclamen de izquierdas y progresistas, y que se rasguen las vestiduras ante comportamientos racistas, mientras permiten que en Cataluña, los andaluces y extremeños sean tildados con desprecio e indiferencia de “charnegos”, y cientos de miles de ciudadanos sufran agravios comparativos por sentirse españoles, y sus hijos discriminados en las escuelas.

Son los mismos que no hacen ascos a dinero manchado de sangre, o miran para otro lado cuando los protagonistas de crímenes contra la humanidad son dictadores marxistas como Kim Jong-un en Corea del Norte, Maduro en Venezuela, Raul Castro en Cuba, o ante regímenes teocráticos donde el fundamentalismo islámico somete a las mujeres desde que nacen hasta que mueren, ahorca a los homosexuales, o tortura hasta la muerte a las declaradas “adulteras”.

No podemos permanecer callados e inamovibles ante lo que en nombre de la democracia, están maquinando Pedro Sánchez y los marxistas podemitas. Por lo tanto, es necesario que gritemos bien a las claras, que estos personajes tan miserables y siniestros, defienden y sostienen la misma doctrina ideológica que hizo posible que Lenin ocupara el poder en 1917; que Stalin se adueñara de la Europa del Este y de una parte de la Europa Central, en 1945; que Krufchev sofocara con los carros de combate el alzamiento húngaro en 1956; que Brefnev aplastase las ansias de libertad de la primavera de Praga en 1968; que Ceaucescu en Rumania, ejerciese la más brutal de las tiranías, hasta el punto, de tener que ser fusilado por su pueblo; que Honecker, en la Alemania del Este, reprimiese con todas sus fuerzas a todo aquel que intentase buscar la libertad tras el muro de la vergüenza; que en Polonia, Jearulzesky mucho más tarde, silenciase con las armas el grito desgarrador de los mineros de Gedans; que en China, miles de jóvenes fueran aplastados por los tanques del ejército comunista, cuando pedían libertad en la plaza de Tiananmen; que en Colombia los guerrilleros de las FARC en nombre del comunismo, hayan dado muerte a miles y miles de campesinos; y que en España, fueron los primeros en alzarse en armas contra la II República en Asturias y en Cataluña, en quemar templos e iglesias, en asesinar a sacerdotes y religiosas en todos los pueblos, en las “sacas” de las cárceles madrileñas, en los famosos “paseos”, y en los fusilamientos de Paracuellos. Y, para poner el broche a toda su bacanal de sangre y de terror, los asesinos vascos de la ETA en nombre del marxismo y ahora amigos inseparables de los podemitas, y para vergüenza del sistema, han llegado a las instituciones después de asesinar a cerca de un millar de inocentes por ser españoles, y de dejar una larga lista de heridos y mutilados por todo el territorio nacional.

La Historia, a tenor de los acontecimientos y de su fracaso estrepitoso, castiga al marxismo en el mundo entero a llevar la etiqueta que muestra la composición del producto caducado. Sin embargo, ¿que sucede en España que se auspicia y enaltece? ¿Quiénes son los responsables de que se silencien en España todos estos episodios históricos de crímenes contra la humanidad? ¿Quién está detrás de ese posible pacto entre Pedro Sánchez y los marxistas podemitas?

Es evidente que la caída del bloque soviético, al menos en Europa, hizo que la masonería, desembarazada en parte de ese enemigo, tenga, en los campos político y económico, más despejada su histórica meta de destruir el cristianismo, por lo que son bien visibles sus avances acelerados en España y en el resto de Europa.