Tripartito de colores
- Parece que César Luena y el equipo negociador del partido socialista consideran que el veto de Podemos a un pacto, en el que esté también Ciudadanos, no es una barrera infranqueable para la investidura del denominado por Sánchez gobierno del cambio.
Evidentemente, entra de lleno en el juego político de la negociación que Luena diga que el veto de Podemos conduce a que siga Rajoy, pero esto no supone que, por decirlo, va a dejar de suceder de modo inexorable. Está claro que la propuesta, de las líneas maestras de su política, para el posible futuro gobierno presidido por Pedro Sánchez, y que va a ser entregada a los partidos, con los que se está negociando el pacto para la investidura, es un acuerdo acerca de unas medidas sociales necesarias para garantizar el Estado del Bienestar en nuestro país.
No es imposible que se pudiera constituir un gobierno tripartito, si tanto PSOE como Podemos y Ciudadanos, aceptaran los planteamientos de un programa social, consensuado entre estas tres formaciones, y aplicable, de forma inmediata, en beneficio de toda la ciudadanía.
Pero, quizás, esperar que esto suceda es ser demasiado optimista acerca de la capacidad negociadora, tal como están las posiciones políticas en estos momentos. Pero, si se asume que todo puede cambiar, sustancialmente, en los últimos días de negociación, nada es imposible todavía, ya que es natural que los dos partidos emergentes, que han roto el bipartidismo, aspiren a gobernar.
Aunque existe un riesgo evidente, y es la repetición de elecciones a finales de junio, si Sánchez no logra ser investido. Y, tal como se están desarrollando los acontecimientos, parece lo más probable.
Aunque Podemos considera que, si se celebran unas nuevas elecciones, subirá en número de votos, se podría decir que perdería una oportunidad de oro, para formar parte de un gobierno que abriría una nueva etapa. Y además podría lograr que una parte de la ciudadanía vea que sus medidas sociales, o su ley de emergencia social no son algo descabellado, sino todo lo contrario.
A los partidos políticos, aunque sean nuevos, hay que darles la oportunidad de que muestren lo que son capaces de gestionar en pro del bien común, y analizar los resultados de sus decisiones políticas y, si no convencen, pues ya se sabe lo que resta por hacer, no seguir apoyándolos con los votos.
El pulso entre el PSOE y Podemos es curioso. Aunque desde el entorno de Sánchez se diga que Podemos debe elegir, si quiere un gobierno progresista, al mismo tiempo es un hecho que, sin el pacto con el partido morado, no es posible que Sánchez sea investido y gobierne. Posee, por tanto, más fuerza política, en el fondo, Pablo Iglesias. Y esto parece que no lo quieren reconocer los de la rosa roja, y tampoco el partido de color naranja.
Todo esto se asemeja, en algunos aspectos, a una partida de póquer. A ver quién resiste más, y tiene las mejores cartas hasta el último y definitivo momento. El problema es que, a mi juicio, España se merece que se llegue a una investidura en las próximas semanas, y no es momento, en mi opinión, para juegos y envites.
es más grave de lo que parece esta situación, la solución no es buena cualquiera de ellas , por eso es una situación tan grave, intuyo que las elecciones con un equilibrio mediático sin dar pábulo al pesebre mediático rupturista y belicista se podría reconducir la nación a la senda de la convivencia y el funcionamiento y en sesiones parlamentarias que es donde corresponde, buscar las mejores soluciones económicas y por ende sociales. Y dejar las ideologías en segundo plano. justificar a los que han violado e insultado a todas las victimas es imperdonable justificando la violencia.
Pronto se verá que electorado ha sido el manipulado, ¿ realmente cuanta extrema izquierda hay ? Cinco millones son muchos millones. Esto apesta a,manipulación que tira para atrás, y viendo los Goya el sábado… ¿ este es tan desprendido como para perder sus privilegios ? Al final todo va a cuadrar por los artículos publicados. Por lo menos no han conseguido tomarnos el pelo a todos. No estaría mal que el electorado que sea pidiese explicaciones y parece que es el electorado que peor lo está pasando, si al final todo resulta menudo chasco.