China conquista el fútbol a golpe de talonario
Los alrededores del Estadio de los Trabajadores de Pekín se convierten en una feria del forofismo cada vez que juega el Beijing Guoan, el principal equipo de la ciudad. A lo largo de un kilómetro, el verde y el amarillo, colores característicos de la equipación del club, predominan en los puestos de bufandas, banderines y vuvucelas que copan la zona cada vez que hay partido. Miles de aficionados se concentran allí mismo horas antes de cada duelo para esperar a que lleguen los jugadores y animarles con cánticos y aplausos.
Aunque el gasto en fichajes en el fútbol chino ha ido aumentado durante los últimos cinco años, las abultadas cifras de este último mes han hecho que los ojos del mundo giren hacia China. Este invierno ya se han gastado 259 millones de euros en comprar jugadores de las ligas europeas, en un claro cambio de tendencia que se ajusta a las nuevas ambiciones del gigante asiático. Si hasta ahora China era el retiro dorado y millonario para jugadores que ya habían completado su carrera en ligas como la Premier inglesa, la italiana o la española, ahora quienes cruzan medio mundo son estrellas en la plenitud de su carrera.
En las últimas tres semanas, el mercado de fichajes chino ha pulverizado sus propios récords en tres ocasiones. El último en llegar ha sido el brasileño Alex Teixeira, pretendido por el Liverpool y a quien el Shaktar Donetsk transfirió al Jiangsu Suning por 50 millones de euros. Tan solo dos días antes sorprendía la salida de Jackson Martínez del Atlético de Madrid con rumbo al Guangzhou Evergrande previo pago de 42 millones de euros, lo que hasta la llegada de Teixeira lo convertía en el fichaje más caro de la historia del fútbol asiático. Una semana antes, el brasileño Ramires cambiaba el Chelsea por el Jiangsu Suning, equipo para el que ya ha marcado un gol en su debut hace unos días y que pagó por él 28 millones.
Transformación insólita
Para explicar este gasto multimillonario no solamente hay que pararse a pensar en el meteórico crecimiento económico del país de las tres últimas décadas. Hace apenas cinco años, el fútbol chino quedó asolado por escándalos de corrupción por amaño de partidos a cambio de grandes sumas de dinero. En total, 39 dirigentes, presidentes del clubes y árbitros fueron condenados a penas de hasta 12 años de cárcel. Esa vergüenza nacional en un país con gran pasión por este deporte, supuso un punto de inflexión en la regeneración de su Superliga. Siguiendo el modelo del magnate-propietario de Roman Abramovich en el Chelsea, grandes empresarios invirtieron sus ganancias en clubes de fútbol. Un claro ejemplo de esa nueva jugada en la gestión del fútbol chino es el Guangzhou Evergrande, campeón de las cinco últimas ligas y ganador de la Champions asiática. El que era un club modesto de la ciudad sureña de Cantón, se transformó hace seis años, cuando fue adquirido por la inmobiliaria Evergrande. Fue entonces cuando ascendió de Segunda División y esa misma temporada ganó la liga. Después, el gigante del comercio electrónico Alibaba adquirió el 50% del club y atrajo a su banquillo a grandes nombres como Marcelo Lippi, Fabio Cannavaro o Luiz Felipe Scolari. Sobre el campo, hoy destacan Robinho y Jackson Martínez, viejos conocidos en los terrenos de juego españoles.
Una cuestión de Estado
Estas operaciones contaron con el visto bueno del todopoderoso Partido Comunista Chino. El actual presidente del país, Xi Jinping, es un declarado aficionado del fútbol y en varias ocasiones ha manifestado su sueño de que China sea una gran potencia futbolística. El año pasado incluso decretó por ley que el fútbol fuera asignatura obligatoria en los colegios y muchos centros construyeron pistas en azoteas y patios para adaptarse al nuevo currículo escolar. Ex estrellas como Luis Figo o Ronaldo y clubes como el Real Madrid ya han abierto en china sus propias escuelas.
Ante esta pujanza desenfrenada del fútbol chino, ya son varias voces las que han mostrado su sorpresa y su preocupación. «Si los fichajes millonarios de China son instrucciones políticas, la Premier League debe preocuparse», afirmaba hace unos días el técnico del Arsenal, Arsene Wenger. «En verano vamos a ver si los precios de los traspasos suben de nuevo», añadió. Quizás no haya que esperar tanto porque el mercado de fichajes chino no cierra hasta el 26 de febrero y la prensa oficial baraja nombres como Fernando Torres o Dani Alves.
¡QUÉ LEJOS LOS HA LLEVADO EL COMUNISMO Y APUESTA POR EL NIVEL EDUCATIVO Y LA REDUCCIÓN DE LA MISERIA!
¡¡Y A DONDE LOS LLEVARÁ!!