Cuando la Fiscalía y demás órganos jurisdiccionales hacen la vista gorda ante la sucesión de ataques contra millones de católicos españoles. Cuando la Fiscalía y esos mismos órganos rechazan intervenir ante la exaltación del terrorismo por parte de unos titiriteros. O callan ante los mendaces insultos a las víctimas del terrorismo. O se mantienen al margen cuando se mancilla la memoria de españoles reconocidos internacionalmente con admiración y respeto. O fingen no enterarse de los bramidos de la telebasura en horario infantil. Cuando la Fiscalía ignora las amenazas de dirigentes ultraizquierdistas de “dar caza” a sus oponentes políticos. Cuando se pasa un ‘tupido velo’ a los escraches, los tuits incendiarios, las subvenciones a colectivos proetarras, las llamadas al desorden social… Cuando el derecho a blasfemar parece estar más reconocido que el derecho a mantener una posición crítica con las leyes de género. Cuando no se actúa contra quienes, en nombre del arte, blasfeman contra símbolos sagrados con total impunidad. Cuando se deja sin respuesta legal al alumno de Palma de Mallorca que en un trabajo escolar expresa su deseo de “follarse a Jesucristo”, obteniendo por ello la máxima calificación de su profesora. Cuando se toleran llamadas a la insurrección desde las instituciones catalanas. Cuando homenajear a sanguinarios terroristas sale gratis a sus promotores, mientras que exhibir determinados símbolos o defender ciertas ideas de signo y naturaleza contrarias te expone a un calvario judicial. Cuando la corrección política está casi siempre reñida con el Derecho natural. Cuando el derecho al honor de una feminista radical se antepone al de cualquier mujer que defienda el derecho a la vida y el concepto tradicional de familia. Cuando en nombre de la Justicia se habla de dignidad de las mujeres, ignorando al mismo tiempo a los que vejan, humillan y masacran a sus mujeres en nombre de un dios violento y sediento de sangre. Cuando se amparan y protegen tantas y tantas cosas que colisionan con el decoro y el bien común. Cuando ocurre tales cosas es hora de proclamar, alto y claro, que este sistema nos está dando desencanto, pesimismo, inseguridad y desesperanza que antes, evidentemente, no existían. Y que nunca antes la dignidad de tantos, y no sólo la de unos pocos, había sido tan pisoteada y de manera tan sistemática por quienes deberían representar uno de los poderes arbitrales del Estado.

Diligencias procesales contra ‘La Bamba’

La Fiscalía Provincial de Valencia ha abierto diligencias preprocesales civiles a la discoteca “La Bamba” de Valencia por «publicidad sexista» con utilización de «imágenes denigrantes de la mujer, sin relación alguna con el objeto publicitario».

La cartelería denunciada incluía a una mujer con «bikini, cruces rojas y cofia de enfermera» acompañada de la leyenda «Craziest enfermeras party. Gogos enfermeras que te sanan el corazón». La imagen molestó al Colegio de Enfermería de Valencia que dirigió un escrito de protesta al recinto de ocio en protesta por el uso denigrante de la profesión y de la imagen de la mujer.

De ahí que la Fiscalía haya tomado cartas en el asunto y se hayan involucrado en estas diligencias preprocesales civiles la Sección de violencia sobre la mujer y la de lo mercantil.

El Ministerio Público puede actuar de oficio «frente a la publicidad ilícita por utilizar de forma discriminatoria o vejatoria la imagen de la mujer», según prevé el artículo 6.2 de la Ley de Publicidad de 1988. Además, fuentes de la Fiscalía señalan que la ley considera como publicidad «ilícita, la que atente contra la dignidad de la persona o vulnere los valores y derechos reconocidos en la Constitución».

La investigación para determinar si la discoteca La Bamba ha vulnerado la Ley general de Publicidad prevé tres actuaciones inminentes: requerir al Colegio Oficial de Enfermería de Valencia para que «remita informe y copia de los antecedentes y actuaciones realizadas» sobre la queja realizada por la publicidad sexista del recinto de ocio.

También se reclamará a la dirección general de Comercio y Consumo el «informe y copia de las actuaciones realizadas» respecto a la actuación de la discoteca.