Los nativos digitales y la desaparición del intermediario financiero
Los tiempos están cambiando para la banca y las finanzas tradicionales, por lo menos en lo que se refiere la forma de tratar con sus clientes. La llegada de internet y, con él, la de los nativos digitales, esos que ya han nacido en un mundo en el que la información está completamente globalizada, va camino de recomponer las estructuras de las relaciones entre las entidades bancarias y financieras con el ciudadano de a pie.
La escena más común hasta hace bien poco era la del agente bancario como una especie de dios financiero todopoderoso. El oficinista bancario o representante financiero hacía y deshacía a su parecer con el dinero de sus clientes, invirtiéndolo en los nichos que a él mejor le parecían sin que las personas para las que trabajaba se llegasen a plantear el destino de su dinero. Eran muy pocos, sobre todo entre las clases media y baja, los que tenían acceso al conocimiento financiero y, por lo tanto, pudiesen rebatir o contrastar las acciones de los expertos. En defintiva, lo importante era el resultado de las operaciones, no los trámites y los procesos por las que ellas atravesaron.
Sin embargo, el panorama ha cambiado por completo. A día de hoy, son muchas las personas que poseen un conocimiento financiero mucho más alto que la media de hace unos años gracias a la globalización de la información y la llegada de internet. Estos sujetos son capaces de realizar operaciones financieras por si solos, sin necesidad de un intermediario y a través simplemente de su propio teléfono móvil. Gracias a aplicaciones ofrecidas por compañías como IG Markets, el nuevo paradigma de actor financiero no necesita de nadie ni nada (salvo su teléfono) para moverse en los mercados financieros, y puede realizar operaciones en bolsa o en Forex con total coherencia y conocimiento. Algo impensable hace una década.
Una de las mayores ventajas que ofrecen este tipo de aplicaciones es un acceso global a cualquier mercado del mundo en tan solo unos segundos. Internet, en cierta forma, ha relativizado el concepto del espacio en las operaciones financieras. Por poner un ejemplo, a día de hoy es posible que, con solo una conexión de datos en el teléfono móvil, se puedan comprar desde cualquier ciudad española acciones en la bolsa japonesa en una cuestión de segundos. Tal es la globalización que ha conllevado esta nueva forma de entender las operaciones financieras.
Además, estas plataformas también suelen incluir algoritmos creados por la propia compañía y que ayudan al cliente a la hora de interpretar cualquier mercado, desde el Forex hasta la Bolsa o el Mercado de Futuros. En cierta manera, estas apliaciones han venido a sustituir a los antiguos corredores de bolsa que invertían el dinero de sus clientes en operaciones que estos desconocían. Ahora los propios clientes toman una parte más activa en el mercado y tienen un mayor control sobre sus operaciones, habiéndose sustituído el clásico corredor por una plataforma que funciona más como una consejera.
En definitiva, el proceso que se está viviendo en el mundo financiero es el de la aparición de un nuevo personaje, el nativo digital, un ciudadano totalmente independiente en los campos financiero y económico, y que parece está destinado a acabar con la clásica figura del intermediario. Si finalmente lo hace desaparecer totalmente o no, es simplemente una cuestión que se resolverá en muy poco
No obstante la finanza seguirá controlada por las élites económicas, por mucho que nos quieran hacer creer que este acceso de los ciudadanos normales a los mercados democratice las finanzas. Y desde luego, ese dominio seguirá en manos de la secta de los de siempre, los que llevan siglos dominando y obrando a su antojo, quebrando las soberanías nacionales e imponiendo su agenda tendente a la gran dictadura mundial: el NOM.
A medio plazo sí pero a muy largo plazo no se sabe.