Los narcos mexicanos apuntaron con un láser el avión del Papa Francisco
Los narcos mexicanos apuntaron con un láser el avión del Papa Francisco durante la maniobra de aterrizaje en el Aeropuerto de la Ciudad de México, como “aviso” para que abandone su proyecto de acabar con el narcotráfico en Latinoamérica y la violencia que genera. Desde la llegada del primer Papa jesuita a la cúspide de la Iglesia Católica, el Vaticano apoya el plan de la ONU para despenalizar, con restricciones, el consumo de drogas a partir de 2019.
La compañía Alitalia, utilizada habitualmente por el Estado Vaticano para los viajes oficiales de los Papas, confirmó el 17 de febrero que el avión en el que viajaba el Papa Francisco fue sometido a peligro durante la maniobra de aterrizaje en el Aeropuerto Ciudad de México cuando unos desconocidos dirigieron el rayo de un puntero láser contra el aparato. La compañía explicó que la tripulación de cabina del vuelo AZ4000 notó que el láser venía de tierra y que otros aviones que estaban llegando también se vieron involucrados en el incidente.
“El capitán informó inmediatamente a la torre de control de lo que había visto, de acuerdo al procedimiento normal (…) el incidente no provocó lesiones a los que iban a bordo, y las maniobras de aterrizaje se desarrollaron normalmente, en plena y total seguridad”, explicó Alitalia en un comunicado. La prensa mejicana señala que el rayo láser podría haber cegado al piloto durante la maniobra de aterrizase y puesto en peligro el Airbus A300 en el que viajaba el jefe de la Iglesia Católica procedente de La Habana.
Duras críticas de Francisco
Durante su visita a México (12 a 17 de febrero), la primera realizada a este país por el Papa Francisco, el jefe de la Iglesia Católica tuvo palabras duras contra la violencia que “ahoga tantas vidas, sea la vida de quien muere como víctima, sea la de quien delante de Dios tendrá siempre las manos manchadas de sangre, aunque tenga los bolsillos llenos de dinero sórdido y la conciencia anestesiada”, en referencia a las víctimas del narcotráfico. Dirigió, asimismo, un mensaje de apoyo a “tantas madres, padres, abuelos que han visto cómo sus hijos les eran arrebatados criminalmente”.
Durante los seis días de estancia en suelo mexicano en medio de actos multitudinarios, Francisco denunció una sociedad “de pocos para pocos” que no demuestra solidaridad “para solucionar la situación de aquellos a quienes aún no ha llegado el pan de la cultura o la oportunidad de un trabajo honorable, (…) no puede quedar insensible mientras las nuevas generaciones no encuentren el cauce para hacer realidad sus legítimas aspiraciones”. En el segundo país con más católicos de Latinoamérica (93 millones sobre una población total de 112 millones), el Papa cargó contra los narcotraficantes al denunciar que “es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte”.
Cólera de los narcos
La previsible dureza del Pontífice católico enardeciendo con sus palabras a millones de mexicanos han encolerizado a los cárteles de la droga que basan su poder en la estrategia del miedo y en la compra de voluntades, señalan fuentes diplomáticas latinoamericanas. De ahí que las exhortaciones de Francisco al pueblo mexicano, y en especial a los jóvenes, a superar la espiral de la violencia, representa un ataque directo contra los capos de la droga que basan su “autoridad” en el miedo de la población.
Los cárteles de la droga mexicanos podrían estar viviendo su declive después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) autorizase en noviembre de 2015 el cultivo de marihuana para consumo personal y sin fines de lucro. La revolucionaria medida abre la puerta a una ley federal que regule el consumo de drogas, lo que, de un plumazo, acabaría con el multimillonario negocio del narcotráfico en un país en el que el tándem droga y violencia han causado más de 100.000 muertes desde 2006.
El viaje del Papa a México se ha producido en un momento clave y con un evidente trasfondo geopolítico: acabar con la violencia y el “poder paralelo” de los cárteles del narcotráfico en toda Latinoamérica, mediantela legalización del consumo de la marihuana y la cocaína con ciertas restricciones, propuesta por la ONU.
Por vez primer en su historia, Naciones Unidas propuso en marzo de 2014 que “el consumo de drogas deje de ser un delito penal y el usuario no sea considerado un criminal, sino un paciente que requiere tratamiento”. El documento elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) establece 2019 como fecha para que los países que lo suscribieron “eliminen o reduzcan significativamente los cultivos ilícitos de opio, coca y cannabis; la demanda ilícita de narcóticos y psicotrópicos y drogas relacionadas al riesgo de salud y social; la producción, manufacturación, marketing y distribución y tráfico de sustancias psicotrópicas, incluyendo las drogas sintéticas; el desvío y tráfico ilícito de precursores; el lavado de dinero vinculado al narcotráfico”. Con la llegada del primer Papa jesuita a la cúspide de la Iglesia Católica, el Vaticano se ha convertido en defensor de la doctrina de Naciones Unidas la despenalización del consumo de drogas.
La detención de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, formaría parte de este incipiente nuevo escenario promovido por el primer Papa latinoamericano. El principal problema con el que choca la legalización de la droga es convencer a la parte del sistema bancario que obtiene enormes beneficios con el blanqueo del dinero procedente del narcotráfico, que la situación ha cambiado y nos encaminamos a un nuevo orden económico. En este escenario de cambio, no es de extrañar que los cárteles mexicanos intentarán dar un “aviso” al Papa Francisco enfocando con un puntero láser el avión de Alitalia momentos antes de tocar suelo mexicano. “Un aviso claro y sin riesgos”, subrayan las fuentes diplomáticas.