Indignación en el PSOE por el discurso irónico de Rajoy, que comparó el acuerdo con C’s con el tratado de los Toros de Guisando
El líder del Partido Popular y presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha intervenido en el pleno de investidura al que se presenta el socialista Pedro Sánchez con un discurso socarrón e irónico. Un discurso tan aplaudido por la bancada popular como criticado por los diputados del PSOE.
Rajoy ha comparado el pacto de Sánchez con Ciudadanos como el tratado de los Toros de Guisando, en el que Isabel la Católica fue reconocida como heredera del trono de Castilla, al afirmar que «los niños lo estudiarán en las escuelas». Y lo ha hecho porque, según el presidente en funciones, la candidatura de Sánchez es «ficticia e incompleta», porque no tiene los apoyos suficientes para sacarla adelante.
El «vodevil de la negociación a dos bandas» de Sánchez y Rivera durante las últimas dos semanas han sido una «comedia de enredo» que no ha servido «para nada». «El señor cambio está obsesionado con el señor cambio», ha llegado a decir.
Rajoy ha aludido incluso a «aquella conjunción interplanetaria» que Leire Pajín proclamó cuando José Luis Rodríguez Zapatero y Barack Obama coincidieron como presidente rotatorio de la UE y presidente de Estados Unidos. «España entera quedó estupefacta, pero aquella conjunción interplanetaria comparada con la actual fue muy inocente», remachó.
El líder del PP ha repetido varias veces la frase «Lo van a entender hasta ustedes», algo que ha enfadado a los socialistas. «Verán como lo entienden, a pesar de ser ustedes», ha dicho Rajoy una y otra vez con sorna y tono despreciativo a Sánchez y los suyos.
Aun más, Rajoy ha asegurado que Sánchez y Rivera dan versiones «antagónicas» de su pacto de gobierno y ofrecen un acuerdo «curalotodo, el bálsamo de Fierabrás», que aparece en El Quijote. Un bálsamo que vale tanto para las izquierdas, a quien el candidato del PSOE le pide el apoyo, mientras que «su socio dice que está hecho al gusto del PP».
El presidente del Gobierno ha cerrado su intervención en el debate de investidura de Sánchez considerando la actuación del líder del PSOE como «un bluf», definido en el diccionario de la Real Academia como montaje propagandístico destinado a crear un prestigio que después se revela falso.
Como respuesta a estas burlas, diversos diputados del PSOE han arremetido contra Rajoy, a quien han acusado de haber hecho un discurso más propio del «club de la comedia». «Rajoy cree que está en el club de la comedia. Qué falta de respeto a toda España», ha censurado la diputada por Asturias Adriana Lastra.
La misma comparación ha hecho la excomandante y diputada por Madrid, Zaida Cantera, para quien «el nivel de insultos del ‘señor Bárcenas sé fuerte’ es igual al de la corrupción de su partido». «Payasadas al circo, señor Rajoy, que muchos españoles sufren», le ha exhortado Cantera.
El diputado madrileño Rafael Simancas ha acusado al presidente del Gobierno en funciones de «despreciar el Parlamento y a los españoles» con «un discurso de burlas y chanzas». Para el andaluz Gregorio Cámara, el discurso de Rajoy ha sido «bochornoso» y «se ríe de los demás grupos políticos». «¿Hacia dónde va con tanto sarcasmo?. Poco respeto para el Congreso», le ha reprochado.
En su réplica, Sánchez se ha reafirmado en la oferta que hizo ayer para «desterrar el insulto» de la vida pública y ha acusado al presidente en funciones de hacer un «ejercicio de imposición y soberbia, que es la forma más débil de ejercer el poder».
El candidato socialista ha pedido a Rajoy que no critique a quienes han «puesto en marcha el reloj de la democracia» y han dado «ejemplo de valentía y coraje» y ha calificado de «frívola» su «voluntad de cambio y de acuerdo».
NUEVOS TIEMPOS, MISMAS BRONCAS
Aunque es indudable que los tiempos han cambiado, y mucho, en el parlamentarismo español, el debate de investidura ha demostrado que la capacidad para montar una bronca en el hemiciclo sigue siendo permaneciendo intacta, y sólo hace falta mencionar la bicha o saber adjetivar ocurrentemente al adversario.
La bicha, en este caso, ha sido la cal viva con la que los GAL enterraron a los etarras Lasa y Zabala, antiguo episodio de la guerra sucia rescatado por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, para dirigirse a los socialistas y a su histórico Felipe González.
En un discurso donde Iglesias ha repartido leña a diestra y siniestra, elevando cada vez más la voz y el énfasis mitinero -ha dejado claro que se dirigía a los ciudadanos a través de la televisión, más que a los diputados- ha aludido al pasado “manchado de cal viva” de un consejero de Pedro Sánchez, que en su réplica final ha identificado claramente como Felipe González.
Y si hubo protestas de los socialistas en su primera alusión, en la última se ha montado gorda, con sonoros gritos de “fuera, fuera, fuera” que Iglesias ha aprovechado para encararse con ellos y pedirles respeto, gracias a que tenía el micrófono abierto, poniendo a prueba al presidente del Congreso, Patxi López.
Así ha terminado, entre gritos y ruido, como en los viejos tiempos del acoso al PSOE por los GAL, su estreno en el pleno, no exento de otros momentos estelares, el mejor de todos el beso que ha dado en la boca, en medio del hemiciclo, al diputado de En Comú Podem, Xavier Domènech.
Nunca se había visto en el hemiciclo tanto cariño entre correligionarios, con el líder de Podemos bajando escalones a toda pastilla al encuentro del catalán, quien al acabar su discurso recibía una gran ovación de la bancada podemita, hasta culminar la escena con ósculo y abrazo fraterno.
A más de un observador la imagen resultante le ha recordado otra foto histórica, aunque en blanco y negro: la que en junio de 1979 inmortalizó el beso en la boca entre el entonces presidente de la RDA, Erich Honecker, y el de la Unión Soviética, Leónidas Breznev.
La mañana había comenzado con un hemiciclo abarrotado a la espera del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que se ha hecho esperar unos minutos presto a echar por tierra el envite de Sánchez por un pacto con Ciudadanos que ha calificado de “bluf”.
Sus continuas alusiones un tanto despectivas a los socialistas -“ya verán como lo entienden a pesar de ser ustedes”, ha reiterado- no han gustado nada en los 90 escaños del PSOE, pero han encantado a los suyos, que han aplaudido a rabiar y han reído con ganas.
La intervención de Rajoy ha sido aprovechada por Iglesias para repasar el discurso que luego iba a pronunciar, mientras Iñigo Errejón se afanaba en usar su móvil, práctica que ha sido harto frecuente durante la mañana en el ala izquierda del salón de plenos.
Desde la tribuna de invitados, el padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, no se perdía ni una de lo que sucedía metros más abajo, mientras el padre y la novia de Albert Rivera aguardaban el estreno del líder de Ciudadanos.
Cuando Pedro Sánchez ha subido a la tribuna, Pablo Iglesias ha abandonado su ensimismamiento y ha puesto caras y gestos a muchos de sus argumentos, e incluso ha intercambiado mímicas con el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo.
Como ya ocurrió ayer con el discurso de investidura, el lenguaje gestual ha conformado una especie de debate paralelo, con un Rajoy que no ocultaba aburrimiento mientras hablaban Iglesias o Rivera, o con Sánchez enfrascado en tomar notas y consultar el móvil sin mirar en ningún momento a Iglesias mientras intervenía en la tribuna.
Rivera se ha tomado con buen humor los cariñosos apelativos que el de Podemos la ha dedicado insistentemente para descalificar su acuerdo con el PSOE, en especial el que ha identificado a Ciudadanos como “la naranja mecánica” por su color corporativo, pero Iglesias ha echado en cara a Pedro Sánchez que no le mirara nunca.
Ya el usuario Crápula ha dado la clave, acertadamente, y ciertamente. ( Acertadamente es un adverbio, y da error ortográfico ).
*En el diccionario castellano ´ acertadamente ´ significa : de manera acertada.
Ya tardamos..
Pa indignación la de los hombres y mujeres de bien que hemos de contemplar impotentes como un atajo de impresentables, terroristas, masones y ahora hasta perroflautas, nos ningunean, nos expolian, nos dividen, y en definitiva, se ríen públicamente de todos los españoles. Para más inri, toda esta caterva de hijos de su madre, están revestidos con toda la legalidad de una constitución farisea que ya se preocuparon en su día de diseñar a su medida. Que no a la medida nuestra.
Repudiemos todos esta farsa de constitución o lo lamentaremos amargamente.
totalmente de acuerdo contigo, crápula. resistencia pasiva . no votar , que nadie acuda a las urnas a legitmar el latrocinio y el escarnio