El barrio de Molenbeek, vivero inagotable de odio hacia Europa
Cuando Salah Abdeslam, uno de los responsables de los ataques del 13-N en París, regresó al distrito bruselense de Molenbeek en el último capítulo de su huida desesperada de las fuerzas de seguridad cerró el círculo de su historia criminal. De allí salió con el cerebro lavado dispuesto a matar en nombre de la yihad contra Occidente y allí cayó en manos de los agentes cuando, tras casi medio año a la fuga, no encontró más lugares donde esconderse. Su hermano Ismail, que se inmoló en la sala Bataclan, también se había criado en las calles de un barrio que se ha convertido en el principal quebradero de cabeza para los cuestionados servicios de la seguridad belga.
Antes que los hermanos Abdeslam, Molenbeek alumbró otros sanguinarios terroristas. De allí salieron las armas que regaron de sangre la redacción de «Charlie Hebdó» en París y el «lobo solitario» que supuestamente mató a cuatro personas en el Museo Judío de Bruselas. Incluso uno de los integrantes de la célula del 11-M en Madrid había pasado por Molenbeek. Los antecedentes dan idea de por qué los registros policiales se han convertido en habituales en el lugar, aunque estos parecen más un intento tardío por amansar un avispero alborotado. Edwin Bakker, del Centro de Terrorismo y Antiterrorismo de la Universidad de Leiden, dijo a Reuters que «hay partes donde la Policía tiene muy poco control».
Molenbeek, en puridad, hay dos. El alto, que es una zona residencial que nada tiene que envidiar a las de otras capitales europeas, y el bajo. Es en este donde está el problema. De sus alrededor de 100.000 habitantes, 40.000 son de origen marroquí, como los hermanos Abdeslam. Son en su mayoría los hijos de una inmigración que ha ido aglomerándose en el barrio en los últimos 40 años y que sufre una tasa de desempleo superior al 40%. Mucho más que la media de la población belga, que se situó en enero por debajo del 8%. Aquí, en el bajo Molenbeek, el francés es una lengua residual y el árabe domina las conversaciones. De los alrededores de la estación Conde de Flandes cuentan quienes los han recorrido que se parecen más al zoco de cualquier medina del Magreb que a un distrito en la capital de la Europa unida.
El barrio sufre un 40% de paro, mucho más que la media belga
A primera vista, para el visitante no se trata de un lugar peligroso. Durante el día se puede pasear con tranquilidad por sus calles. Solo al caer el sol, el menudeo de drogas callejero se percibe como amenaza. Pero lo peor es lo que no se ve. En Bélgica ha proliferado en los últimos tiempos un contrabando de armas automáticas que tiene en Molenbeek su mercado con más demanda. Su auge se ha visto favorecido por las lagunas derivadas de la descentralización de la vigilancia policial, consecuencia de la división cultural y administrativa entre flamencos y valones, las dos comunidades del país.
También han arraigado en los últimos años centros de predicación salafista en los que las ideas fanáticas de Daesh y otras marcas yihadistas encuentran eco y llegan a oídos de jóvenes de origen magrebí que no se han integrado. Como explicó en las páginas de «The Guardian» el sacerdote Johan Leman, que trabaja en su inserción social, «una muerte heroica les hace, al menos una vez en la vida, ser alguien a ojos de sus camaradas y a ojos de Alá».
Del barrio a Siria
Con once millones de habitantes, Bélgica tiene medio millón de residentes musulmanes. De los que viven en Molenbeek, cuenta Leman, la inmensa mayoría de ellos son gentes de paz que perciben el discurso extremista como dañino para el futuro de sus hijos. Pero, proporcionalmente, la pequeña Bélgica es el país europeo que más carne de cañón aporta al ejército de Daesh. George Dallemagne, diputado belga, describió un circuito que, como la fatal peripecia de Abdeslam, empieza y acaba en el que es hoy el barrio más famoso de la enlutada Bruselas. «Se radicalizan en Francia, van a Siria a combatir y, cuando regresan, encuentran en Molenbeek el apoyo logístico y las redes necesarias para realizar sus ataques terroristas».
A media hora escasa de tren de alta velocidad de París, Bruselas se ha convertido en la mejor plataforma logística para los golpes del califato en la UE. Nunca antes Bélgica había sufrido tanto, pero nadie puede asegurar que no vaya a hacerlo en el futuro. No mientras Molenbeek siga siendo el vivero inagotable del odio.
Fuente: ABC
Esos de la foto, hace unos años llegaron en patera exhaustos, clamando humanidad, hoy exigen y muestran odio a sus bienhechores. Dan asco, simplemente asco.
Cuando salga trump ya sabe donde tiene que dirigir sus bombarderos
Dios te oiga
Lastima de asteroide que los barriera a todos de la faz de la tierra.
Me ha comentado un amigo que en A3 TV (yo hace años que no tengo TV y no veas ,lo bien que me va) han entrevistado a un Coronel y he dicho que está demostrado que en los Países donde más ayuda reciben los inmigrantes (las ratas, los muertos de hambre mal educados y Orcos, todo en uno) más odio y resentimiento se genera hacia la cultura occidental.
Seguro que este Coronel tiene más información que yo.
El mencionado coronel que ayer se paseo por todas las televisiones, no hubo television que no lo entrevistará tambien dice que no debemos caer en la mal llamada islamofobia que es lo que quieren los terroristas, con todos mis respetos cae vd en un error militar de principiante y la historia del caballo de troya no debe ser tenida en cuenta ¿no?, tampoco la reconquista y que nos llevo ocho siglos expulsarlos. Mire vd si el enemigo no esta en nuestro suelo no ataca y ni islamofobia ni leches en vinagre aqui hay un problema y no vale con gastar… Leer más »
Tomad nota, hijos desagradecidos de la civilización cristiana. Pronto esas serán las consecuencias de vuestra estupidez y que sufriréis en vuestros barrios, vuestros pueblos y ciudades. Serán vuestras hermanas, hijas y nietas las que serán usadas como vertedero de semen musulmán. Serán vuestros hijos, hermanos y nietos los que derramarán su sangre a manos de engendros musulmanes. Será vuestra memoria la que será maldecida por vuestros descendientes por los siglos de los siglos.
Es que ahora Crapula no somos Españoles somos mundialistas y como tal debemos acoger a todos aunque no tengamos capacidad ni recursos que esto no es Australia ni EEUU paises enormes con gran capacidad y recursos naturales, estos tios confunden el tocino con la velocidad una cosa es ser tolerante y otra gilipollas no podemos tragarnos todo nos beneficie o perjudique no somos barbaros pero no por ello nos vamos a suicidar poque ONGS que viven muy bien del cuento nos digan que es lo que debemos hacer. El ejercito Belga viendo que la Policia es inoperante debe entrar en… Leer más »