Miles de fieles aclaman a Jesús de Medinaceli en la gran procesión de Madrid
El Cristo de Medinaceli, «señor de Madrid», por primera vez en su historia vestido con túnica blanca, ha sido hoy el principal foco de atracción de las seis procesiones que recorren el centro de la capital y que han congregado a miles de fieles y turistas. Las imágenes han podido salir en procesión en este Viernes Santo en el que las cofradías han mirado de reojo al cielo, sobre todo después de la fina lluvia que ha caído a primera hora de la tarde.
De la Basílica del Cristo de Medinaceli de los Padres Capuchinos -plaza de Jesús, 2- ha salido a las 19.00 horas la procesión de Nuestro Padre Jesús el Nazareno, el Cristo de Medinaceli, una talla anónima sevillana de finales del siglo XVII que congrega a miles de fieles en su recorrido. Catorce portadores y una guía han dirigido el trono sobre ruedas del «Señor de Madrid», al que varios fieles han dedicado saetas a su salida del templo y también durante el recorrido.
El Nazareno no ha lucido este Viernes Santo su túnica tradicional de color morado, como corresponde a esta imagen, sino una blanca, por el «guiño» que los cofrades han hecho a la celebración en 2016 del año de la Misericordia. Decenas de miles de fieles y turistas han abarrotado la carrera de San Jerónimo, la calle de Alcalá y el Paseo del Prado para acompañar en su recorrido a la talla que más devoción despierta entre los madrileños, que ha salido en procesión con la banda de música Asociación Musical La Lira de Pozuelo y la banda de cornetas y tambores Virgen de Ocaña de Toledo.
Detrás de esa imagen, en la misma procesión, circulaba la talla de Nuestra Señora de los Dolores en su Mayor Soledad, obra de Rafael García de Iruzoqui en 1948. Al son de los pífanos y los tambores ha iniciado su recorrido a las 19.00 horas el Santísimo Cristo de los Alabarderos desde la Puerta del Príncipe del Palacio Real a lomos de 44 anderos, en la única procesión castrense de la capital.
En ella se ha podido ver a la Infanta Doña Elena, Hermana Mayor Honorífica de la Congregación, que ha dado la orden de una levantada del paso. Una única imagen, la del Santísimo Cristo de la Fe -esculpida en 2007 por Felipe Torres Villarejo- sale en procesión, flanqueada por la Guardia Real y acompañada en su recorrido por la calle Mayor y aledaños por los pífanos y tambores de esta guardia.
A las 20.00 horas, más tarde de lo inicialmente previsto, la imagen del Santísimo Cristo de la Fe -obra de José Capuz Mamano- ha echado a andar desde la iglesia homónima -calle de Atocha, 87- hacia las calles del histórico barrio de las Letras, donde hace una parada frente al convento de las Trinitarias.
También desde la calle Atocha han salido en procesión a lo largo de la tarde tres cofradías distintas, la primera de ellas la del Divino Cautivo, con la imagen de Nuestro Padre Jesús del Divino Cautivo esculpida en 1944 por Mariano Benlliure, seguida de María Santísima de los Siete Dolores -de Faustino Sanz Herranz- y de la procesión del Santo Entierro, con las tallas del Santísimo Cristo de la Vida Eterna -de Jacinto Higueras, fechada en 1941- y María Santísima de la Paz -talleres Agustín López Miraz-.
Pasadas las 21.00 horas, la Virgen de los Siete Dolores -acceso por la calle del Codo- y el Cristo de los Alabarderos -entrada por la calle del Cordón- se han encontrado en la plaza de la Villa. Además, está previsto que al paso del Cristo de Medinaceli por la iglesia de las Calatravas, en la calle Alcalá, los cofrades de Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo saquen a la puerta del templo la imagen de la Virgen para imponerle una medalla, símbolo fraterno del hermanamiento entre ambas cofradías.
Las procesiones continúaron por las calles del centro de Madrid hasta la medianoche en este Viernes Santo, mientras que hoy, sábado Santo, a las 16.30 horas, les tomará el relevo la procesión de la Soledad. Las mejores rutas para evitar el núcleo de Madrid serán las rondas de Segovia, Toledo, Valencia y Atocha, la Cuesta de San Vicente, la avenida de Menéndez Pelayo y los bulevares (Alberto Aguilera, Sagasta y Génova).