Julio, esto es Patria. Lo vuestro es otra cosa
El amor a la Patria, decía Jovellanos, no es “aquel común y natural sentimiento, hijo del amor propio, por el cual el hombre prefiere su patria a las ajenas”, sino “aquel noble y generoso sentimiento que estimula al hombre a desear con ardor y a buscar con eficacia el bien y la felicidad de su Patria tanto como la de su misma familia; que le obliga a sacrificar no pocas veces su propio interés al interés común; que uniéndole estrechamente a sus conciudadanos e interesándoles en su suerte, le aflige y le conturba en los males públicos y le llena de gozo en la común felicidad”.
Después de haberte oído afirmar que te unías a “Podemos” porque “sois unos patriotas”, tengo que puntualizarte que, el patriotismo, para San Agustín, “es el único amor que merece ser más fuerte que el de los padres”, y en otro lugar señala la gradación justa de los amores de un hombre: “ama siempre a tus prójimos; y más que a tus prójimos, a tus padres; y más que a tus padres a tú Patria; y más que a tú Patria a Dios”.
Patria era entonces la tierra de los padres, a la que se ligaba cada uno y todos entre sí por lazos de sangre, por el mandato de los muertos, de la tradición, y por el propósito de realizar juntos empresas que nutrieran sus vidas. Posteriormente se amplió el horizonte y se expandió este sentimiento, creando apetencias espirituales colectivas y motivos para la vida y la acción común como la unidad religiosa. El fenómeno político del nacimiento de las naciones robusteció y dio nuevas calidades al sentimiento de la Patria. Patria y Nación vinieron, entonces, a superponer sus límites.
Ahora bien: puesto que es seguro, al menos, que la patria es algo más que el suelo sobre el que sustenta la nación, el patriotismo no puede ser sólo la atracción que ejerza sobre nosotros determinada parcela terrestre, que ni eso lo considera tú partido; el patrimonio es algo más que esta querencia: es una ferviente aspiración al bienestar, al florecimiento y a la libertad de la patria; pero es también la solidaridad del individuo con su historia; no puede sentir amor a la patria quien reniegue y se exente de su historia como haces tú; patriotismo es, también, amor al pasado, respeto a las generaciones que nos precedieron, amor al pasado, amor actual y amor al futuro.
Sólo en la moral religiosa puede apoyarse un patriotismo juicioso, respetuoso con la personalidad humana, y sometido escrupulosamente a las leyes divinas.
Con esta limitación al juramento de fidelidad a la Patria que hiciste y que ésta exige de sus hijos, se elevan las obligaciones militares a la categoría de deberes religiosos. Por algo en otro tiempo se llamó al juramento de fidelidad sacramento militar.
Pero, según Vigon, nadie está obligado tan estrechamente al cumplimiento de unos deberes que no conoce bien, lo que pudiera ser un agravante en tú caso que tienes más de treinta y cinco años de servicio en los Ejércitos y, por tanto, conocimiento de su código de conducta. Una vez más, es preciso hacer mención de la Deontología, pero se debe añadir que para con ella es necesario la educación y el entrenamiento patriótico del que tú careces.
Esta es una tarea a la que ha de dar carácter preferente quien haya de orientar la educación nacional que, para el caso, no hay ambiente más adecuado que el Ejército. Cuando los dirigentes políticos fueron extra vertiéndose, europeizándose, y, si se quiere, internacionalizándose en cierta medida, el sentimiento patriótico nacional se fue reflejando sobre esa última línea que es el hombre de la nación. Y como de esta clase se ha nutrido siempre el Ejército, ha sido en ella donde viene a residir el más acendrado sentimiento patriótico.
No es extraño, pues, que, en las ocasiones difíciles, cuando gente de bonísima voluntad de inteligencia brillante equivocan el camino y extravían a sus seguidores, como pudiera ser en el mejor de los casos, sea el Ejército el que acierte a señalar de qué lado está la Patria, con un finísimo sentido histórico; día en el que tu desearías no haber vendido, incluso, a Occidente.
*Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca
Solo en valores religiosos? A partir de ahi su escrito solo sirve para generar odio. Si su patria es la patria del odio, de la exclusión de los que no piensan como usted y de los católicos, puede quedarse con ella. Yo quiero otra
Una vez más son los hombres y mujeres en nuestras Fuerzas Armadas los únicos que sin reservas de ningún tipo me hacen sentir orgulloso de mi Patria, de ser español. Ninguna otra institución del estado lo consigue.
¡Muchas gracias por el artículo Don Enrique!
¡¡¡¡ Articulazo !!!! Gracias, mi Teniente Coronel. Pena de que no se haga eco otra prensa para difusión de esta exposición . Creo que al tal “Julio” le han quedado las orejas tan coloradas como las luces de un semáforo al terminar de leerlo. Una vez más ¡¡¡¡¡gracias !!!!
Es inútil razonar con un esbirro del internacionalismo judío (valga la redundancia). Todos estos esbirros odian las patrias con la misma saña que sus dueños ideológicos odian a los goyim, a los que tratan de esclavizar con mano férrea bajo un solo yugo, como manda el talmud.
Es inútil.
Excelente artículo, debería leerse en todos los colegios.
SI ME PERMITE UN INCISO:
TÚ(PRONOMBRE)CON TILDE
TU(POSESIÓN)SIN TILDE
POR LO DEMÁS EXCELENTE ARTÍCULO
Creo que es un problema del corrector automático. Muchas gracias. Lo tendré en cuenta
Aunque me cueste una reprimenda por meterme donde no me llaman, además de la prepotencia correctiva hay que aclarar (aunque el Tcol. responda con toda educación) , que la escritura con mayúsculas en Internet no es muy… así. Tiene su simbología y es que se “habla a gritos” …
Para aclarar mi comentario :
13. Las letras MAYÚSCULAS se pueden usar para sustituir acentos o para enfatizar, pero NO escriba todo en mayúsculas pues esto se interpreta en la red como que ¡USTED ESTA GRITANDO .
Reglas de Netiquette.
El fascismo es la perversion de todo sano patriotismo… y la gente huye de todo lo relacionado con él.
Lo nuestro es la patria pendiente. Que por cierto: llegará a tiempo de salvar a España de sus peores enemigos.