Tasa de envejecimiento
La baja natalidad en España y, especialmente, en Asturias es un problema que puede cambiar los modos de vida, de una parte de la ciudadanía, en los próximos años y decenios. Desde las investigaciones y los análisis de los demógrafos la pérdida de población es evidente, y parece que no es solucionable. Son necesarias nuevas políticas económicas y sociales.
El aumento de la longevidad es algo muy positivo, porque significa que de promedio la gente vive una vida más larga. Si bien esto supone que los servicios sociales y la asistencia sanitaria y social debe ser reforzada e incrementada, para atender a más personas que no pueden valerse por sí mismas, de modo autónomo, en muchos aspectos de la vida.
En Alemania y los países nórdicos ya han tomado medidas para intentar fijar la población en territorios rurales. Por ejemplo, para evitar la huida masiva del campo, en estos estados se forman cooperativas de explotaciones ganaderas, para que sean más viables económicamente. Y procuran que estén más diversificadas en sus producciones. El Ejecutivo asturiano tiene en cuenta este modelo, y parece que quiere aplicarlo en la región. Ya que las zonas occidental y oriental de Asturias tendrán, dentro de unos años, una tasa de envejecimiento muy elevada.
Ante esta situación general, en Soria, ya se han puesto en marcha este tipo de prácticas. Así, un grupo de jóvenes se ocupan de acercar la compra diaria a los vecinos más ancianos de los pueblos, y también se encargan de hacerles recados, trámites, y comprar medicinas. De este modo, están fijando población en el ámbito rural, y evitando que los mayores se vayan, a su pesar, de sus tierras.
El Principado buscará soluciones al envejecimiento de Asturias, y dentro de un mes, se iniciará el debate en el parlamento autonómico para lograr la aprobación de un pacto demográfico. Lo que puede servir de plan piloto o iniciativa política y social, a tener en consideración, por el resto del territorio español.
Los expertos estiman que el envejecimiento de la población no ha hecho más que comenzar, y para dentro de unos diez o quince años, si no se toman medidas de apoyo social, puede haber graves problemas, por causa de la dependencia de numerosas personas mayores, que tienen derecho a una atención personalizada.
Y aumentando la natalidad no se resolverían los problemas, porque se ha calculado que, por ejemplo, para corregir la tasa de envejecimiento, cada asturiana debería tener siete hijos. Es una prueba clara de su inviabilidad.
Según las investigaciones que se han realizado referidas a Asturias, el índice de dependencia en las alas del Principado será en 2029 superior al 90%, lo que quiere decir que un porcentaje elevadísimo de los habitantes de estas zonas rurales serán ancianos, con lo que esto supone, de cara a la atención sanitaria, etc.
La tasa de envejecimiento es en España superior al 18%, y en Asturias es del 22%, lo que da una idea de las dimensiones de lo que se avecina. Es evidente que el aumento de la longevidad, que es continuo y constante, es extraordinariamente positivo para todos. Pero el estado español debería tomar medidas racionales, en relación con el sistema productivo, y con el empleo de los impuestos, etc., para garantizar que, tanto en estos momentos como en los próximos años, los servicios sociales y la dependencia dispongan de presupuestos mucho mayores para hacer frente a los gastos, y poder asegurar la calidad de vida a las personas mayores.
Con el globo de pobreza que Rajoy está enviando al futuro, la natalidad disminuirá aún bastante más.