Trump promete “desoxidar” la política exterior de EE.UU. a base de nacionalismo
El magnate Donald Trump trató hoy de superar las críticas que han generado hasta ahora sus ideas sobre relaciones internacionales con un largo discurso en el que prometió “desoxidar” la política exterior de Estados Unidos, ajustarla a sus ideas nacionalistas e inyectarle una buena dosis de “imprevisibilidad”.
En un discurso en Washington, el favorito en la carrera republicana a la Presidencia de EE.UU. trató de aportar seriedad a un área de su campaña, la política exterior, que ha generado nerviosismo fuera del país y en la que se le ha criticado desde su temeridad hasta su tendencia al aislacionismo.
“Es hora de desoxidar la política exterior de EE.UU.” con un nuevo enfoque que “reemplace la aleatoriedad con objetivos, la ideología con una estrategia y el caos con la paz”, aseguró Trump.
“‘Estados Unidos primero’ será el principio predominante de mi Administración”, destacó.
Si se convierte en julio en el candidato republicano, gana las elecciones de noviembre y llega al poder en enero de 2017, el magnate se comprometió a negociar con Rusia y China para dejar de ser “adversarios”, aumentar el tamaño de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y evitar enredarse en “reconstruir otros países”.
Pero sobre todo, abogó por “dejar atrás la falsa canción de la globalización” para que “ningún ciudadano estadounidense sienta que sus necesidades están por detrás de las de los ciudadanos de un país extranjero”, un mensaje nacionalista que encaja con su proteccionismo en el plano económico.
Trump opinó que, después de la Guerra Fría, la política exterior de Estados Unidos “perdió su rumbo” porque “la lógica se reemplazó con la insensatez y la arrogancia, lo que provocó un desastre tras otro”.
El magnate, que ha criticado la decisión del expresidente George W. Bush de invadir Irak en 2003, acusó al actual mandatario, Barack Obama, de continuar con los errores de su predecesor con su intervención en Libia en 2011 y sus políticas hacia Siria y Egipto.
“Cada una de estas acciones han ayudado a expandir el caos en la región y dar al Estado Islámico (EI) el espacio que necesita para crecer y prosperar”, opinó.
“Todo eso comenzó con la peligrosa idea de que podíamos convertir en democracias occidentales a países que no tenían experiencia ni interés en convertirse en una democracia occidental”, agregó.
Por tanto, Estados Unidos “saldrá del negocio de reconstruir naciones y en cambio se centrará en crear estabilidad en el mundo”.
Trump acusó también a Obama de “desagradar a sus amigos e inclinarse ante sus enemigos”, y puso como ejemplo el “desastroso” acuerdo nuclear con Irán y el hecho de que el presidente cubano, Raúl Castro, no fuera a recibirle al aeropuerto de La Habana cuando aterrizó allí en marzo.
“Quizá ese sea un incidente sin precedentes en la larga y prestigiosa historia del (avión presidencial) Air Force One”, dijo.
El empresario aseguró que, si él llega al poder, los yihadistas del EI “desaparecerán muy rápidamente”, pero no explicó cómo lo haría porque eso eliminaría el elemento de “imprevisibilidad” que, a su juicio, es clave tanto en la negociación como en el combate.
“Como nación, tenemos que ser más impredecibles, ahora somos totalmente predecibles”, subrayó Trump.
Ese principio se aplicaría también a sus negociaciones internacionales, con las que espera mejorar la relación con Rusia y China “desde una posición de fuerza”.
“Algunos dicen que los rusos no serán razonables, y yo pretendo averiguarlo. Si en mi Administración no podemos llegar a un acuerdo que sea excelente -no bueno, sino excelente- para Estados Unidos, y también bueno para Rusia, nos retiraremos rápidamente de la mesa” de negociación, afirmó el aspirante republicano.