¿Tiene sentido el “Jubileo” de las prostitutas, los sicarios o los bandidos?
Iudicamedomine/Especial para AD.- ¿Tiene sentido el “Jubileo” de las prostitutas, sicarios, bandidos, etc.? No, es una contradicción en términos. No puede aspirar al Jubileo el que no reniega de su vida de pecado. Propiamente hablando, el Jubileo es solamente de los fieles católicos arrepentidos que detestan el pecado y quieren emprender una vida de santidad.
Puede haber Jubileo de una parroquia, diócesis… en incluso, si queremos ser folclóricos, mecánicos, profesores, pilotos,… o cualquier otra profesión limpia y honrada – siempre dando por hecho la catolicidad de los que acuden. No lo puede haber, por lo tanto, de una profesión inicua, en definitiva de aquellos en los que se presupone una continuación de acciones y creencias réprobas. Tampoco puede haber, ¡faltaría más! – pero espero que no de alguna idea -, el “Jubileo de los musulmanes, protestantes, judíos, etc”.
Bien, estos días podíamos observar el “Jubileo de los Rotarios”, concretamente el sábado pasado. Antes que nada, observemos por un momento su logo: no lleva ninguna cruz; la cúpula no está coronada con la cruz tampoco, por lo que podría ser cúpula de otras religiones y “creencias”, como islámica, budista, o lo que sea. Por último, los colores de la franja semicircular se parecen mucho al de un arcoíris.
Naturalmente, los rotarios van en sintonía con su(s) creencia(s). No me voy a entretener a realizar un análisis detallado del por qué un cristiano no puede ser un rotario. Basta traer a memoria que se trata de una organización humanista, filántropa, o como quiera llamarse, cerrada a la trascendencia. No se puede tocar el tema de la religión en sus actividades, amén que no puede participar en un apostolado católico. Por lo tanto, si uno quiere conservar la fe, no debe pertenecer a los Rotary.
Naturalmente, quedan otras tantísimas cosas que representan razones añadidas en contra de esta organización. Empezando a que fue fundada por un masón al comienzo del siglo XX, hasta sus prolijas actividades actuales en el campo de la planificación familiar. Léase: la promoción de la contracepción y el aborto. Pondremos un par de reseñas de estos proyectos (Conocimientos, actitudes, y prácticas en la salud sexual y reproductiva, gracias a Rotary Club Quito Occidente; Frágil Planeta Tierra, por Agrupación Rotaria para Crecimiento & Desarrollo Sostenible de la Población):
¿Esto le importa a Francisco? Viendo lo que le importaba elogiar a la activista abortista Emma Bonino por su aportación en el campo de la “justicia social”.
A estas alturas, pienso que si uno dijera que le sorprenden las acciones de Francisco, será porque no quiere verlas tales y como son.
Y en cuanto al “Jubileo de los rotarios”, tal vez lo peor es que fueron invitados por el mismo Francisco. ¡Es él el que quiere que vengan al Jubileo!
Faltaría más que quisiéramos que toda la masonería mundial viniese en peregrinación a Roma… suplicando el perdón por su desvarío. Y allí está todo: ¡que dejen de ser masones, y que vengan al Jubileo! ¡Que dejen de ser rotarios, y que vengan como penitentes! ¡Problema ninguno!
Pero no es eso lo que ocurre. Ocurre justamente lo contrario: el Presidente de Rotary International, Ravi Ravindran, pone la persona de Francisco como ideal para un rotario (según él, es un “modelo para los rotarios”). Decía además que “él está haciendo exactamente lo que cada rotario debería hacer. Por lo que estamos viendo una gran sinergía de pensamiento con este Papa, y estando aquí, recibiendo su bendición, pienso que es algo maravilloso para nosotros”.
Así que, esta es la enseñanza de este fin de semana: los católicos pueden ser rotarios, y los rotarios católicos. Y el que diga que no, recibirá la respuesta del ejemplo y la enseñanza de Francisco.
Naturalmente, los que no admitimos las enseñanzas de Francisco como Vicario de Cristo, porque es imposible que Dios nos pida esto y tantas otras cosas suyas, nos sumergimos en el Magisterio perenne de la Iglesia, y buscamos la respuesta. No tenemos otra opción. Pero esa monstruosidad de reconocerlo como el que tiene las llaves de Pedro, y luego, a pesar de lo que él diga o enseñe, digamos: “hasta esta página de su exhortación tenemos el Magisterio, pero de esta otra hasta aquella, no”; no, por allí no pasamos.
O, enséñame, tú que eres tan bueno, ¿cómo entender el mensaje a Bonino a la luz de la doctrina de siempre? Porque todo eso son enseñanzas. El Magisterio Ordinario es también enseñanza, y además infalible; porque el Magisterio presupone querer enseñar a los que debo, y en virtud de autoridad recibida de Cristo, no puede tener error. Ex cathedra no es solamente un pronunciamiento solemne y extraordinario. El Magisterio Ordinario también es ex cathedra. Recordemos a Pío XI, Mortalium Animos (1928, así como otros tantos textos análogos de otros pontífices sobre el particular):
“Pues, el Magisterio de la Iglesia (observación: no se distingue entre “ordinario” o “extraordinario”) el cual por designio divino fue constituido en la tierra a fin de que las doctrinas reveladas perdurasen incólumes para siempre y llegasen con mayor facilidad y seguridad al conocimiento de los hombres aun cuando el Romano Pontífice y los Obispos que viven en unión con él, lo ejerzan diariamente(observación: esto es de tremenda importancia: diariamente), se extiende, sin embargo, al oficio de proceder oportunamente con solemnes ritos y decretos a la definición de alguna verdad, especialmente entonces cuando a los errores e impugnaciones de los herejes deben más eficazmente oponerse o inculcarse en los espíritus de los fieles (observación: es decir, no se trata de verdades de mayor o menor categoría, eso acabó de denunciar el Pontífice, sino se trata de la necesidad de confirmar con más seguridad a los fieles frente a algunos errores que les podrían hacer daño), más clara y sutilmente explicados, puntos de la sagrada doctrina.
Mas por ese ejercicio extraordinario del Magisterio no se introduce, naturalmente ninguna invención, ni se añade ninguna novedad al acervo de aquellas verdades que en el depósito de la revelación, confiado por Dios a la Iglesia, no estén contenidas, por lo menos implícitamente, sino que se explican aquellos puntos que tal vez para muchos aun parecen permanecer oscuros o se establecen como cosas de fe los que algunos han puesto en tela de juicio”. (PICHE PARA VER EL VIDEO).
¿Y qué es lo que dice el mismo Francisco, para que no lo interpretemos nosotros a nuestro gusto, como los protestantes interpretan todo lo que les venga en gana? Recordemos su propia advertencia:
“He escrito una encíclica, la exhortación apostólica Evangelio Gaudium, continuamente estoy haciendo declaraciones, dando homilías y eso es magisterio. Eso que está ahí es lo que yo pienso, no lo que los medios dicen que yo pienso”. (Entrevista a La Nación, 07/12/14, reproducido en la Cope)
¿Qué sentido tiene entonces y en definitiva, como otros teólogos han dicho que la exhortación tiene elementos no católicos (pero se presupone la catolicidad de su autor)? Si me tienen que amputar una mano y voy a la operación y me quitan una pierna, ¿de quién es la culpa? ¿De la operación, o del cirujano?
Cuántos elementos no católicos tiene Francisco en sus escritos y gestos, se pueden consultar en este mismo medio. ¿La culpa es de la operación o del cirujano? ¿Del proyecto del edificio con graves defectos, o del arquitecto?
Tal vez el que ha ido más allá entre los pensadores más conocidos y serios, vinculados honestamente a la Iglesia Católica, es el brillante filósofo alemán, Rober Spaemann. Abiertamente afirma, vistiendo al rey desnudo, que la Exhortación Amoris Laetitia contradice el Magisterio anterior. Pero también se queda a la puerta de la pregunta más grave y necesaria para todos los católicos: ¿qué se hace con su autor? ¿Cómo te atreves a desafiar a un papa, si realmente lo consideras como tal? Y si no es papa, lo más urgente para la Iglesia es enseñarle la puerta. Porque no puede haber un magisterio con error. Porque contradecir el magisterio anterior, estimado Robert, es contradecir la verdad, lo cual es una falsedad; el que tiene autoridad para enseñar, y enseña el error, es porque no tiene tal autoridad. Tú lo podrás elegir en un cónclave, pero eres tú, y tú no mandas en Dios. Esa elección es solamente condición necesaria para tener un pontífice hoy en día, pero no suficiente. Si enseña el error, es porque Jesús no le ha dado las llaves del Reino de los Cielos. Y eso es lo esencial para ser Pedro: la entrega de llaves de Pedro por parte de Jesús mismo, no de la Iglesia, como heréticamente enseñaban los padrecitos del Conciliábulo de Pistoya (1786).
¡A ver si alguna vez me sale algún artículo corto! Pero procuraré terminar enseguida.
Sigamos la instrucción de Francisco:
“He escrito una encíclica, la exhortación apostólica Evangelio Gaudium, continuamente estoy haciendo declaraciones, dando homilías y eso es magisterio. Eso que está ahí es lo que yo pienso, no lo que los medios dicen que yo pienso”.
Empapémonos de su pensamiento. Francisco no irá con los rancios organizadores del Family Day en Roma que protestaron enérgicamente contra la legislación pro lobby gay en Italia. Francisco miserablemente se quedó detrás de su puerta; él, al que tanto le gusta aparecer (¡ojo!, yo no hablo del papa). No hubo ni una palabra desde el Vaticano al respecto. Esto provocó indignación de tantos:
“¡Ofendes a Dios gravemente al hablar así!”, algunos me dirán. “¿Cómo te atreves a insinuar siquiera que no es papa, tú quién eres, cómo puedes cuestionar al legítimamente elegido en un cónclave? Algunos añadirán incluso temeraria y equivocadamente: “¡Insultas al elegido por Dos para ser sucesor de Pedro!”.
Te mostraré algunos de los que lo eligieron (gracias a Dios todos no son así, pero estos tienen mucho peso, y explica muchas cosas):
A Kasper no hace falta presentarlo mucho.
Para resumir: Kasper, con un estilo típicamente modernista, pone en duda, cuando no la niega, la Resurrección de Jesús, la Virginidad de María, los milagros de Jesús, la inspiración de los Evangelios (son frutos de la fe de la primera comunidad…).
De Gesù, una buena noticia: “El término” apariencia “en el sentido ordinario de hoy introduce la idea de algo parapsicológico y espectral. De hecho, las historias que leemos, son sustancialmente experiencias vividas de Cristo en el nivel de la fe o de discípulos individuales (tres apariciones privadas) o comunidades enteras (cinco ‘apariciones oficiales’). Los críticos radicales del siglo XX, en la práctica, identifican estos eventos con la misma Pascua de Jesús. Así que el famoso R. Bultmann, uno de los más grandes (y más polémicos) estudiosos del Nuevo Testamento, afirmaban que Cristo se levanta simplemente siempre que, en la fe, un hombre acepta el rescate de muerte de Jesús en la cruz. W. Marxen, uno de sus discípulos, pensó que la resurrección no era más que la llegada a la fe de Pedro. Cuando creo en Él, se eleva a Cristo; aquí es un resumen de la tesis de estos eruditos”. (p. 151)
Ravasi cita a Bultmann… ¿todavía estamos con eso? Luego añade: “la monición de los ángeles es la invitación de liberarse de una visión demasiado materialista de la resucurrección, como si fuera una reanimación de un cadáver y no el pleno misterio de la encarnación de Dios y la salvación del hombre”.
Scola, del que incluso yo mismo esperaba tanto en su momento, ahora ha claudicado.
Y es que los pecados públicos requieren previamente un arrepentimiento público; si no, aún en un suponer de que el hombre se ha arrepentido y confesado, debe hacerlo saber para no escandalizar. Añadiendo a ello una vida que corresponda a la supuesta conversión.
Silvio Berlusconi, por ejemplo, que se jactaba sin rubor de ser un mujeriego, hace muy poco declaraba con frivolidad no arrepentirse de su estilo de vida.
Y terminaré con el actual “salador de la ortodoxia”, Muller:
– Vinculado a los modernistas Von Baltasar, Jean Daniélou, Henri de Lubac. Colaborador estrecho de uno de los creadores de la Teología de la Liberación, Gutiérrez.
– Nombrado en 2012 como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Presidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”; de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional.
– 1. Ninguna virginidad de María.
En su libro “Dogmática católica: estudio y práctica de la teología” (Friburgo, 2003, quinta edición), Müller niega el dogma de la virginidad de María. Para él la virginidad no tiene que ver con las “características fisiológicas en el proceso natural del nacimiento de Jesús (como la no-apertura del útero, la incolumidad del himen o la ausencia de las contracciones), sino con el influjo salvífico y redentor de la gracia de Cristo para la naturaleza humana”.
– 2. Ninguna transubstanciación.
En 2002 Müller publicó el libro “La Misa, fuente de la vida cristiana” (St. Ulrich Verlag, Ausburg) en el cual habla del Santísimo Sacramento. Pero desaconseja el uso de términos “cuerpo y sangre” para los dones eucarísticos. Según Müller estos términos podrían producir “malentendidos”:
“Cuerpo y sangre de Cristo no significan las partes físicas del hombre Jesús durante su vida o en su cuerpo glorificado”, el obispo explica: “Cuerpo y sangre significan aquí específicamente una presencia de Cristo en el signo mediato del pan y del vino”.
La Santa Comunión expresa, según Müller, “la comunión con Jesucristo, mediante la consumación de pan y vino”.
“La esencia del pan y del vino debe ser definida en un sentido antropológico. El carácter natural de estos dones (pan y vino) como frutos de la tierra y del trabajo humano, como productos naturales y culturales, consiste en la designación del alimento de las personas y de la comunidad humana en el signo de una comida común (…). El ser natural del pan y del vino es transformado por Dios en el sentido que este ahora demuestra y realiza la comunión salvífica”.
– 3. Los protestantes “ya son parte de la Iglesia”.
Durante un discurso en honor del obispo luterano Johannes Friedrich, el 11 de octubre de 2011, monseñor Müller presentó un texto de su eclesiología. Extractos:
“El Bautismo es el carácter fundamental que nos une sacramentalmente en Cristo, ante el mundo en una sola Iglesia visible. Nosotros como cristianos, católicos y protestantes, estamos por lo tanto ya unidos en aquello que llamamos la Iglesia visible. En un sentido estricto existen, por lo tanto, no muchas Iglesias, es decir una junto a la otra, más bien existen divisiones y desuniones al interior de un único pueblo y de una única casa de Dios”.
La comprensión frecuente que la “Dominus Iesus” haya confirmado que los protestantes no son propiamente una iglesia, es para monseñor Müller un “malentendido”:
“Es teológicamente incorrecto traducir la afirmación que las [communitates ecclesiales] que no han preservado un episcopado válido (…) no son iglesias (¡plural!) en un sentido propio, con: ‘La iglesia evangélica no es propiamente una iglesia’. Porque el plural significa las iglesias como iglesias locales, constituidas en torno a un obispo”.
Müller continúa: “El punto no es el carácter eclesial de las iglesias salidas de la Reforma sino la pregunta si el oficio sacramental episcopal es constitutivo para la conformación de una iglesia local, es decir de una diócesis, o no. Aquí, la diferencia entre una iglesia territorial protestante y una diócesis católica está descrita, no evaluada. El magisterio católico está lejos de negar a las ‘iglesias separadas y a las comunidades eclesiales de occidente’ la eclesialidad o su ser iglesia”.
Según Müller, la esencia del ecumenismo consiste en lo siguiente: “Nosotros definimos nuestra relación recíproca ya no sobre la base de las diferencias efectivamente existentes en la doctrina, en la vida y en la constitución de la Iglesia, sino sobre la base de cuánto tenemos en común. Este es el fundamente sobre el cual nos movemos”. (PINCHE AQUÍ PARA VER EL VIDEO: GIANFRANCO RAVASI PARTCIPANDO EN EL CULTO A LA PACHA MAMA).
Con estos electores, ¿es raro que haya salido elegido Francisco? No solamente eso, sino que su pensamiento no dista mucho de algunos de estos. Por eso, cuando Francisco hace declaraciones a Scalfari (publicado el 1 de octubre de 2013 en La Repubblica):
«Yo creo en Dios, no en un Dios católico; no existe un Dios católico, existe Dios. Y creo en Jesucristo, su Encarnación. Jesús es mi maestro, mi pastor, pero Dios , el Padre, Abba, es la luz y el Creador. Éste es mi Ser».
Como el proyecto de una casa refleja el pensamiento del arquitecto. El que dice esto, no cree en la divinidad de Jesucristo (se refiere de forma separada a Jesús y a Dios). Como hay otras tantísimas declaraciones suyas en las homilías y pronunciamientos oficiales (incluidas exhortaciones e incluso Laudato Si) con graves defectos en el eje fundamental Jesucristo-Iglesia-gracia.
Francisco sigue el típico estilo modernista radiografiado por Pío X en Pascendi. Si esperas que contradiga abiertamente una declaración dogmática, nunca lo verás. Sin embargo, lo contradictorio a la fe se deducirá a cada dos pasos que de, alternando siempre con declaraciones ortodoxas.
De esa forma crea la “confusión” entre tantos buenos católicos. Por un lado ven soltar auténticos misiles, por otro declaraciones acordes con la doctrina de la fe. Pero al mismo tiempo, dejando a sus anchas a los heterodoxos que se pasean por la Iglesia como el Perico por su casa.
(PINCHE AQUÍ: VIDEO DEL PAPA SOBRE LA MUJER EN LA SOCIEDAD)
Los buenos perseguidos, los heterodoxos “tolerados“: Esto no empieza más bien ahora. Un sacerdote austriaco, que condenaba fuertemente la homosexualidad y el islam, es amonestado, apartado de la labor pastoral y retirado enseguida.
Pero en la catedral de Viena, ya por el 2006, se “bendecían” parejas homosexuales.
Sin embargo, eso es condenable y execrable. Porque precisamente en virtud de su autoridad, un papa debe definir los conceptos con precisión. Porque querer enseñar lo implica, lo exige.
Veamos la misma definición del concepto “Definición” de la Real Academia Española:
Acepción nº 2: “Proposición que expone con claridad y exactitud los caracteres genéricos y diferenciales de algo material o inmaterial.”
Acepción nº 3: “Decisión o determinación de una duda, pleito o contienda, por autoridad legitima.” Y el Diccionario añade un ejemplo muy clarificador, como debería ser: “Las definiciones del concilio, del papa.”
Es decir, el que tiene recibida la autoridad, cuando enseña, lo hace con autoridad y esta es, por definición, mediante comunicaciones precisas e inconfundibles. En consecuencia, si no procede de esta forma, es porque no la tiene. No que usa mal de ella, porque esta autoridad es de tal forma que no puede fallar – Jesus dixit.
Luego, siendo esta autoridad de naturaleza única – Dios mismo la estableció para el bien y guía de la Iglesia -, cuando en su lugar viene el que no la tiene, no podrá hacerlo para el bien. Lo hará para hacer daño al rebaño.
Estará allí para otras cosas.
Totalmente de acuerdo
No hay nada tan miserable, como ser un católico antipapista, que Dios os perdone, yo no puedo
Nota del administrador: Aunque su salud nos importa nada, pero le aconsejamos la ingesta diaria de pastillas antes de introducir algún nuevo comentario.
O los católicos antipapistas sois en el fondo unos cachondos mentales, o, muerto el antisemitismo, andaís a la busqueda de un enemigo que os devuelva el sentido de identidad…