Trump: “Hillary es corrupta como el infierno”
Carlos Esteban.- Trump insiste en que el dinero de los Clinton no es limpio, y va a insistir en ello durante la próxima campaña presidencial, al tiempo que se extraña de que el rival de Hillary en las primarias demócratas, Bernie Sanders, haya dejado de lado esa excelente arma.
Bueno, ya está, ¿no? Trump lo ha ganado todo, se ha quedado sin rivales en las primarias y llegará a Cleveland con más delegados bajo el brazo de lo que necesita para obtener la nominación republicana en la carrera a la presidencia.
Incluso su archienemigo en el partido, el ‘speaker’ de la Cámara Paul Ryan, se ha entrevistado con él y han emitido un comunicado conjunto en el que dicen estar “totalmente comprometidos a trabajar juntos”. Además, afirman, “Estados Unidos no puede permitirse otros cuatro años de la Casa Blanca de Obama, que es lo que Hillary Clinton represents”.
“Por eso es esencial que los republicanos se unan en torno a principios comunes, avancen una agenda conservadora y hagan todo lo que puedan para vencer este otoño”.
Para terminar, las últimas encuestas de intención de voto muestran a un Trump que le ha comido terreno a Hillary, quedando en un virtual empate.
Y sin embargo…
Sin embargo, un enorme número de republicanos siguen empeñados en que Trump no debe ganar. Muchos de ellos ya han declarado que jamás, en ningún caso, votarán por el magnate inmobiliario y algunos que lo harán por Clinton. Un grupo especialmente hostil al probable candidato es el formado por los neoconservadores, los ideólogos de todas las guerras americanas desde la invasión de Irak que siguen teniendo influencia en la Administración Obama y cuentan con Hillary como una de los suyos a efectos de política exterior.
La eminencia gris de la Administración Bush, Karl Rove, está detrás del intento de parar a Trump a toda costa, y asegura a quien quiera oírle que todavía no es demasiado tarde. En marzo se formó un superPAC -un consorcio de donantes- que ha invertido diez millones de dólares en publicidad televisiva contra Trump. La expresión maldita ‘convención negociada’ -robarle la candidatura a Trump- todavía planea, aunque ya con sordina.
Pero la bandera blanca izada por Ryan, unida a la retirada de sus últimos rivales, sugiere que el partido se ha hecho a la idea de que Trump será el candidato republicano, y que al núcleo duro de los antiTrump en el propio partido solo les queda una victoria demócrata como última esperanza.
Y es una esperanza tenue. Frente a un político de partido, un hombre curtido en la política, Hillary tiene todas las de ganar: se conoce todos los trucos y tiene una experiencia imbatible en ese enrarecido mundillo. Pero Trump no es político. Trump es un ‘outsider’ imprevisible que ha demostrado que lo que en cualquiera sería una insalvable metedura de pata, en él es una fuente de votos.
Trump promete golpear fuerte y, de hecho, ya ha empezado. Ayer mismo declaró al portal de noticias norteamericano que Hillary es “corrupta como el infierno” (“crooked as hell”, exactamente). Es la única explicación que se le ocurre para que explicar que ella y su marido, el ex presidente Bill Clinton, estuvieran totalmente arruinados al salir de la Casa Blanca y ahora reúnan una fortunada de cientos de millones.
El apodo con que Trump distingue a la ex primera dama -‘Crooked Hillary’- está cuajando a escala nacional.
Durante toda la campaña, las empresas de demoscopia han descubierto que muchos votantes, demócratas entre ellos, no creen que sea una persona con principios. Hay demasiados puntos oscuros en su biografía, extrañas inversiones en Arkansas, las escandalosas sumas que cobra por decir unas palabras, su insistencia en usar su correo privado, comercial, para comunicaciones de alto secreto durante sus años como secretaria de Estado, su intervención en los líos de faldas de su marido, incluyendo la difamación de varias de las mujeres que le acusaban de abusos sexuales (lo que casa mal con sus actuales declaraciones de que siempre hay que creer a la mujer que acusa). Por lo que sea, “honesta” no es la palabra con que la describirían ni aun sus más acérrimos partidarios.
Trump insiste en que el dinero de los Clinton no es limpio, y va a insistir en ello durante la próxima campaña presidencial, al tiempo que se extraña de que el rival de Hillary en las primarias demócratas, Bernie Sanders, haya dejado de lado esa excelente arma.
“No ha atacado por el asunto de los correos electrónicos ni por el dinero fácil de los Clinton. A menos de que exista algún tipo de acuerdo -lo que sería escandaloso-, me resulta inconcebible que Bernie no lo haya sacado. También es inconcebible que Bernie no haya protestado más por el asunto de los superdelegados”.
El infierno escorrupto??
Qué tonto es este fanático, ¿no puede hablar mejjor?
Lo bueno es que el fichaje estrella de esta campaña de Pedrito Sánchez es…….. tachan..!! Marga Robles, sí la misma, no una prima, no su hija, no, la Margarita Robles de Belloch. Y con nuevos argumentos? no, con la misma monserga pero más ridícula aun, dice que viene a hacer por las mujeres, como Hillary. Ya sabemos, tan corrupta y esta además patética.
Tú sí que eres tonto.
Hay muchísimos intereses creados en contra de gane Trump. Tanto en las filas republicanas como en las demócratas. El que más y el que menos tendrá montados sus chanchullos (más o menos legales) con los ilegales, y disfrutarán de algún tipo de beneficios fiscales en sus empresas. Subvenciones varias sin duda también. Y algunos “pactos privados entre caballeros” que se verían afectados si la política de defensa y comercial, así como los acuerdos establecidos con países del golfo y sus compinches, se vieran alterados. Vigile sus seis, sr Trump. Usted puede ser muy poderoso pero Soros y sus compinches lo… Leer más »
El micropene no tiene nada que perder y mucho que ganar.