Venezuela se queda sin dinero para pagarse a sí misma
Maribel Rodrigo.- La mayoría de personas estaremos de acuerdo en que Venezuela es un país singular, gustos aparte. Gran productor de petróleo, afortunado en recursos naturales y paraíso para el turismo, Venezuela vive unos de los momentos más tristes de su historia: ya no tiene siquiera dinero para pagarse a sí misma.
Venezuela ha emitido miles de millones de nuevos billetes, como consecuencia de la inflación galopante que vive el país, señala Bloomberg. Los precios suben sin control y el dinero es como papel mojado: pronto no servirá prácticamente para nada. Hace unas semanas el Fondo Monetario avisaba de que los precios subirán este año en el país alrededor del 720% y el que año que viene la inflación rondará entre el 1.650% y el 2.200%. En esta situación, cincuenta puntos porcentuales arriba o abajo es lo de menos.
Para entender el problema con un poco de perspectiva, basta señalar que en España tenemos deflación, es decir, los precios han bajado en el último año un 0,8%, y que no se espera que ningún país llegue al doble dígito este año dentro de la Unión Europea.
El país lleva ya varios meses sin suministro de cosas tan esenciales como pañales, piezas de recambio para los coches o aspirinas. Ahora Venezuela entra en riesgo de quedarse sin dinero para pagar por su propio dinero.
De momento, el Gobierno de Maduro está luchando para imprimir nuevos billetes lo suficientemente rápido para mantenerse al día con el intenso ritmo de aumento de los precios. Pero la mayor parte del dinero en efectivo, como casi todo en el país, es importado. Y con las reservas de divisas hundidas hasta niveles críticos, el banco central está repartiendo sus pagos tan lentamente a los proveedores extranjeros que algunos ya no quieren recibir pedidos de Venezuela.
Si las cosas siguen por ese camino, es posible que pronto no tenga dinero suficiente ni siquiera para pagar sus emisiones de moneda. La historia comenzó el año pasado, cuando el gobierno del presidente Nicolás Maduro intentó contrarrestar la creciente escasez de divisas realizando pedidos de billetes por valor de varios millones de dólares a diversos ‘fabricantes’ de divisas.
La decisión se tomaba antes de las elecciones, cuando los venezolanos se aglomeran en las puertas de los bancos para cobrar sus bonos. Una decisión electoralista, de esas que traen soluciones a corto plazo y problemas a largo. Maduro se está metiendo en un callejón sin salida y no tiene el carisma de Chavez. Le vendría bien contratar a algún técnico que le ayude a encarrilar el país y alejarse de aduladores que le nublan la vista.