La muerte de Abraham Martinez no solo está siendo llorada por sus amigos y familiares. Hay alguien más que le echa de menos, y no entiende por qué no va a volver. Y jamás lo entenderá. Su perro Jax, un pastor alemán, lleva días sin moverse del salón, como si fuera una alfombra. Está tumbado frente al altar que los Martinez han dedicado a su hijo. La imagen del momento se ha convertido en todo un fenómeno viral y en el mejor ejemplo de cómo nos aman los animales: sin límites.

Abraham falleció el pasado 10 de mayo en un accidente de tráfico. “Mi familia está en completo estado de shock, tristes, furiosos, frustrados y profundamente heridos”, resume Alexandra, la hermana del joven de 21 años a Buzzfeed. El coche de Abraham fue golpeado a gran velocidad por otro vehículo cuando salía de un garaje, y terminó empotrado contra una mediana. El golpe lo mató al instante.

“Va a ser increíblemente difícil llenar este vacío”, explica la joven. Uno de los que más está sintiendo la pérdida es Jax. El perro, que llegó con seis semanas de edad al hogar, eligió como dueño a Abraham. Dormía con él en la misma cama y le seguía a todas partes. Si el joven arreglaba su coche, el perro se le quedaba mirando en el jardín. Si se ponía a ver la tele, se recostaba con él en el sofá.

“Jax se dormía apoyado en la cabeza de mi hermano hasta que se hizo demasiado grande y ocupó su cama por completo”, recuerda Alexandra.