Goleada españolista a los pitos de los independentistas en las gradas del Calderón
A las 9.25 de la noche sonó el himno español en la final de Copa. Se esperaban los pitos de los independentistas catalanes, como de costumbre. Había esteladas, pero se veían menos de las que se auguraban. Y la afición sevillista, que conquistó medio estadio, ganó la batalla contra el abucheo al himno nacional al corear sus sones con potencia y refrendar sus sentimientos con palmas. También con cientos de banderas españolas que vencieron a las esteladas. El cántico de «¡Que viva España!», de Manolo Escobar, fue una rúbrica que se repitió a lo largo del partido, con el postre de «¡Yo soy español, español, español!» cantado también por algunos barcelonistas con la camiseta de Messi que se unieron a los sevillistas.
El estadio Vicente Calderón vivió una situación muy diferente a la presenciada en las finales disputadas entre el Barcelona y el Athletic. Anoche, la afición del Sevilla fue el contrapeso de los independentistas situados en la zona de los seguidores azulgrana, que exhibieron esteladas desde que entraron en la grada y abuchearon el himno de España cuando comenzó a sonar en el coliseo rojiblanco. No todos los forofos del Barça pitaron, por supuesto. Ni mucho menos. Y lo expresaron antes de ocupar sus asientos. Muchos catalanes se sienten españoles y están molestos con esta politización del club. Pero ya se sabe que solo se escucha a quien se manifiesta. Y es cierto que se oyen más las protestas que los aplausos. A pesar de ello, los incondicionales del Sevilla, más de 20.000 en los graderíos del Manzanares, más otros seis mil que no tenían entrada y se quedaron en los alrededores del estadio, vencieron a los silbidos de los independentistas coreando el himno nacional y aplaudiendo en una demostración de sentimiento y de respeto a la música que representa a su país.
Como se permitió la estelada por decisión de un juez, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, asistió al palco del Calderón, al igual que Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, que se había solidarizado con su amiga y homóloga. Allí estaba Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat. Y en el centro del palco, en el centro de todos, el Rey, que vio cómo el sevillismo jaleaba el himno en una vivencia muy distinta a la de otros años.
La bandera española colgaba de muchos balcones en las calles cercanas al estadio Calderón. Y los sevillistas cantaron en las tribunas el estadio desde una hora antes un soniquete que respondía a la polémica de las banderas: «¡Menos esteladas y más Cruzcampo heladas!». Fue su contestación a una situación que volvió a calentarse días antes de una final de la Copa del Rey, en esa búsqueda de los independentistas de una confrontación tan esperada como manida.
La demostración de esa oposición planificada es que en el clásico Real Madrid-Barcelona también se prohibió la estelada en el Bernabéu y ningún independentista ni ningún político catalán se pronunció entonces en contra de la decisión de la Delegación del Gobierno de Madrid.
A la hora de la verdad, hubo bastantes banderas con la estrella azul en el Calderón, pero lucieron muchas más enseñas del Sevilla y de España. Muchas de éstas también colgaban de muchos balcones de las casas adyacentes. La afición del club andaluz emitió su veredicto, el popular, y ganó la batalla en defensa del himno nacional.
Con todo, la jornada discurrió con normalidad y sin incidentes y se pudo palpar el buen ambiente en la grada del estadio y también en el césped, con un doble pasillo histórico ya que ambos equipos quisieron reconocer el mérito del rival. A partir de las 21.30 horas, ya solo se habló de fútbol.
El cuartel tiene que cambiar de camello. Droga mala crapula
Los indepentistas catalanes son la plebe abyecta que sigue a la alta burguesía parasitaria de Cataluña. Charnegos conversos adoctrinados para que crean en el país de las Maravillas. La realidad será muy dura si se independizan; como mínimo dejarán de chupar de la anémica vaca española, que es obligada por los políticos castrados de ceder la taquiyya a los que se creen poderosos. Cortarle el grifo y aguantar el victimismo. Ya dijo el general Espertero que a Barcelona había que bombardearla de vez en cuando. Ahora no estaría de moda, pero sí el cerrar la cartera y dinamizar Aragón.
La aficion cule callo a la sevillista. O sea, todo lo contrario a lo que dice usted. Todo mentira. Pero bueno, ya se encuentran publicaciones ultrafacha como esta, o medios como Atresmedia que enfoquen a las banderas que conviene mostrar. Pena que dais. Este medio falseando la verdad, y los que se lo creen mas tontos aun.
claro, ven la retransmisión/montaje de la realización de la RFEF y se lo creen todo… si miran un poco por internet verán otras versiones del momento de la pitada.
Espero que el observatorio contra la violencia en el deporte tome medidas ejemplarizantes las mismas que pide un chalado por que se siente ofendido por llamar marica a un arbitro.
Creo que vi, una final de copa diferente, los pitos llegaron a los 94 decibelios, en fin, será cuestión de orejas
Sí. Cuestión de orejas… de BURRO!. Porque hay que ser burro para desearle algún mal a tu propio país. Burro, necio y malnacido.
Que mal deseo yo a mi país crápula, hijo de la gran puta, soy el primero jodido por la pitada, eres un subnormal que no entiendes nada
Si que lo es! ya te lo digo yo!
“No me mires así, que yo soy independentista”. Una señora de corta talla física y menor intelecto que porta una estelada se abalanza contra una amiga mía sevillana residente en el País Vasco que, si de algo entiende, es de tacto con sensibilidades independentistas. Un empujón que casi llega a algo más y un desagradable momento de tensión. Obviamente, la tipeja (no mi amiga; la otra) no representa a nadie. Por cierto, es extremeña: ya se sabe que los conversos tienden al extremismo.
https://www.alertadigital.com/2016/05/23/una-de-huevos-esteladas/
Entre los homosexualistas, las feminazis, los xenófilos, los filomusulmanes, los racistas antiblancos, los animalistas, nos vamos al carajo, ¿Desde cuando puede llamarse xenofobia a que un jugador portugués llame marica al árbitro por sacarle una tarjeta? Será una falta de respeto que le costó una expulsión, pero jamás podría considerarse xenofobia, manda bemoles como está la dictadura progre.
Ha sido denunciado ante la Comisión Estatal contra la xenofobia en el deporte
Piden sanción para Carriço por llamar ‘marica’ al árbitro de la final de Copa
https://www.alertadigital.com/2016/05/23/denuncian-al-jugador-del-sevilla-carrico-por-llamar-marica-al-arbitro-de-la-final-de-copa/