Una de huevos esteladas
Daniel Pinilla.- “No me mires así, que yo soy independentista”. Una señora de corta talla física y menor intelecto que porta una estelada se abalanza contra una amiga mía sevillana residente en el País Vasco que, si de algo entiende, es de tacto con sensibilidades independentistas. Un empujón que casi llega a algo más y un desagradable momento de tensión. Obviamente, la tipeja (no mi amiga; la otra) no representa a nadie. Por cierto, es extremeña: ya se sabe que los conversos tienden al extremismo. No le concedo una letra más; lo de esta mujer fue una excepción. Pero no es inventado. Intentemos descifrar cómo se generó tal caldo de cultivo para que algo así pudiera suceder.
En la Plaza Mayor de Madrid se cantaba lo de “menos esteladas y más cerveza helada”, muchos sevillistas portaban banderas nacionales como si se tratase de un partido internacional y parecía no quedar lugar para un barcelonista que se considere español y presuma de ello. Alguno hubo que le echó bemoles y portó la rojigualda, justo es señalarlo. ¿Por qué todo esto?
En el fútbol se es de uno u otro equipo por una cuestión identitaria. Alguien puede decir: yo soy sevillista y a los sevillistas les gusta tal cosa sí y tal no, se comportan así o asao. Y yo respondo a esos patrones para arraigar un sentimiento de pertenencia a la manada que en última instancia me sirva para reconocerme. Sé quién soy (lo creo al menos) porque me defino con esta etiqueta de afinidad balompédica. Antropológicamente es así. Por eso me resulta tan inexplicable hablar de amor a unos colores (¡unos colores!) como concepto absoluto y que haya gente que se dé de tortas por eso.
Pues bien, lo de anoche en el Calderón trascendió el ámbito de lo lúdico social (deportivo) para tocar otra fibra del ADN de todo hijo de vecino: su sentimiento nacional.
El FC Barcelona es muy grande, es inmenso. Pero la miopía provinciana de sus dirigentes lo ha encorsetado y convertido en instrumento político. El perenne amagar en el proceder de Rajoy se ha traducido en una alfombra roja para el victimismo: la denuncia de la delegada del Gobierno se quedó en nada mediante decisión judicial y se ha vendido como un ataque a la libertad de expresión. Resulta risible que un club que se negó a jugar la semifinal de la Copa del Rey en el año 2000 (con Guardiola como capitán y posterior medida de gracia de Villar para que no se le castigara), que tiene a tres de sus mejores jugadores condenados por delitos fiscales, algún otro imputado, un Caso Neymar que huele que apesta y un ex presiente presidiario (el Sevilla tiene otro), se permita el lujo de dar lecciones de moral y ética. También los que predican la desconexión con el Estado y la desobediencia denuncian atropello por haber puesto encima de la mesa el asunto de que una bandera no constitucional no tiene sentido en un espectáculo deportivo. El mundo al revés. Pero esto es España: un país cuyo pasatiempo nacional es insultarse a sí mismo.
Conclusión: anoche todo el mundo acabó contagiado. La afición sevillista cantó el ‘Que viva España’ y el ‘Yo soy español, español, español’, algo nunca visto hasta la fecha. Al menos por quien firma estas líneas. Por pura oposición, por sentirse herida por una afición rival que silbó el himno nacional, lo que supone un paso más allá del puro deseo de conformar un país independiente. Eso se llama desprecio.
Otra consecuencia inesperada de este partido tan politizado fue que no pocos béticos desearon la victoria del eterno rival por anteponer su españolidad al cainismo. Y yo mismo he caído en la trampa y he acabado hablando de política y no de fútbol. Mea culpa.
PD: felicitaciones al Barça. Justo campeón que supo jugar muchos minutos en inferioridad y acabó decidiendo con calidad.
Un espectáculo vergonzoso (otra vez) donde el más canalla, indigno y estafador sale contento. El saludito coleguero del cerdo puigdemón y Alicia Camacho, vomitivo y revelador. Lo inexplicable: que no hubiera incidentes.
Los políticos catalanes demandan libertad de expresión cuando los que se sienten españoles no pueden mostrar allí la bandera española. Cuando era pequeño y mi abuelo me regaló el uniforme deportivo de la selección española. Me lo llevé al colegio y recibí una critica feroz. Lo mismo cuando voy a San Mames cuando hay ultras gritando e insultando a los jugadores contrarios, yo me callaba porque no compartía ese sentimiento de odio. En zonas publicas hay que callarse y tener cuidado con lo que se dice. Ese es el país vasco. Solo en casa se puede alegrarse de los éxitos… Leer más »
joder si son todos extranjeros ,como en el comedor de caritas.
cuantos jugadores españoles en total?
yo hace tiempo que me importa ,el barca ,el madrid etc…
Cuatro grandes plataformas feministas, todas con dirigentes vinculadas al PSOE, acaparan en España el flujo de fondos públicos de la estrategia contra la violencia doméstica.
http://hazteoir.org/alerta/90386-no-al-negocio-psoe-violencia-domestica?dr=2199350::86aac319e697923bc8372df154fa934f&utm_source=email&mkt_tok=eyJpIjoiWmpZNVl6bGlNakF5TnpSaiIsInQiOiJSaGI5WEpyN01iTmhGTU9JWjA0Qnl0SnNIZ2ZZUUVpU0JmdmhxZVBITXFYbFRSTndrbkZDWFNBVmN3TTc5UU9WVHV6ZkVhbjJYa3VsWEQyVitoOFlvY1wvWTVIY2kreUxGakFoS0FBT05zN0k9In0%3D
Como sevillista contesto: Lo del Barcelona no tiene mérito; tiene mucho dinero y un plantel de jugadores que es el mejor del mundo y el Sevilla es un modesto que le echó casta hasta reventar. ¿De donde sacan el dinero? ¿Mereció ganar? Claro, fue un combate de un peso pesado contra un peso ligero.
por tener de dirigentes a unos políticos “cagados de miedo” asi nos va. si al frente del gobierno estuviese putin o victor orbán otro gallo cantaría. nunca tanto en mi vida he añorado al generalísimo y a don José utrera molina. saludos amigos de AD
No la llaméis “estelada”, llamarla “La cubana”.
No se merece esa palabra latina.
Saludos a todos los patriotas españoles estéis donde estéis.