Decenas de miles de aficionados madridistas celebran con los jugadores la conquista de la ‘Undécima’
Pese a las muchas horas de retraso, tantas que casi merecía más la pena madrugar que trasnochar, decenas de miles de aficionados celebraron con los jugadores la conqusita de la Undécima del Real Madrid. La plantilla se lo debía a la gente, que aguantó toda la noche, hasta pasadas las siete de la mañana, la ansiada llegada de sus ídolos para colgarle la bandera y la bufanda a la diosa.
Ha sido un año de mucho sufrimiento en el entorno del Bernabéu y la afición tenía ganas de fiesta. Tantas que se juntaron cerca de 40.000 personas nada más terminar el partido de San Siro. El Madrid había ganado su undécima Copa de Europa y tocaba hacerle una visita a su diosa, al grito del habitual «Cómo no te voy a querer…», aunque cambiando ya el final, «… si fuiste campeón de Europa por undécima vez». Había que añadir una más a la lista.
Según pasaban las horas en la plaza madrileña, el cansancio se hacía dueño de los aficionados, pero los más jabatos seguían aguantando y continuaban con los cánticos mientras se iban enterando de las noticias que llegaban desde Milán. Un animador contratado para la ocasión iba informando del paso a paso de la plantilla, al tiempo que los más ácidos se acordaban del rival vencido en San Siro.
Más de uno recordaba el lema rojiblanco de estos últimos días («Nunca dejes de creer») y hacía como propio del conjunto blanco. «Nunca dejes de ganar», señalaban algunos, mientras otros entonaban con cierta sorna un «Juanfran, selección». En realidad, el lateral rojiblanco acudirá a la Eurocopa de Francia. Sonaron petardos y todo era fiesta mientras pasaban las horas y la plaza se empezaba a vaciar, aunque más de 15.000 personas aguantaron hasta el final.
Celebración mañanera
Con la llegada de los jugadores, a las 7.30 de la mañana, llegó el éxtasis a la plaza. La plantilla había llegado a la capital una hora antes y había realizado una parada técnica en el Bernabéu. Ahí cambiaron de autobús para subirse a uno descapotable, ya preparado para la ocasión y decorado con las 11 Copas de Europa del conjunto blanco. Volvieron los cánticos entonces y la fiesta quedó en manos de los jugadores, que llegaron cansados a Madrid pero que quisieron rendirle pleitesía a sus aficionados y a su diosa Cibeles.
Hubo aficionados no solo madrileños. Un costarricense que se declaraba del Madrid «de toda la vida» no quiso perderse la fiesta, ni tampoco un ciudadano chino que pasaba por allí y vio que podía ser una noche inolvidable. Una noche para disfrutar y por eso tantos aficionados aguantaron hasta tan tarde, para ver a Ramos poner, por primera vez, la bufanda a la estatua.
Caía la lluvia pero no importaba. Según se acercaban los jugadores, los cánticos se ampliaban. El «’Decíme’ qué se siente…» también se dejaba oír cuando la plantilla aparecía por la Castellana. La Copa pasaba de mano en mano. Nacho, Casemiro, Jesé, Cristiano, Sergio Ramos… todos querían ofrecer el título a la afición.
Arbeloa mostraba el trofeo desde la pasarela que habían preparado alrededor de la estatua. Se escuchaba el «Campeones, campeones» mientras Sergio Ramos pedía la Copa y subía la escalera hacia la diosa para colgarle la bandera. La bandera, la bufanda y el beso de rigor antes de levantar la Copa y ofrecerla a la afición al son del «We are the Champions».
http://www.diariogol.com/es/notices/2016/05/florentino-perez-ato-la-undecima-en-los-despachos-61967.php
Y mañana otra vez crisis economica!
Sí porque Rajoy lo que tendría que hacer es dedicarse a darle patadas a la pelota en el parque en lugar de lo que hace. Así no haría mal a nadie. Que cualquier inmigrante indocumentado es más espabilado y habla el triple de idiomas que el baboso de Rajoy.