Nueva imputación a Bernad por poner una denuncia falsa de abusos sexuales a menores
Miguel Bernad, de 74 años de edad, puede pasar el resto de sus días entre la cárcel y los juzgados. El próximo 20 de junio será conducido, esposado por agentes de la Guardia Civil, desde la prisión de Navalcarnero hasta los juzgados de Plaza de Castilla para ser interrogado por presentar una denuncia falsa en un caso de malos tratos y abusos sexuales a menores, en la que ya es su tercera imputación penal.
Los hechos se remontan al mes de abril del año pasado. Una rica heredera de un grupo inmobiliario se presentó, junto a su actual pareja, en la sede del sindicato Manos Limpias. La mujer quería que Manos Limpias denunciara a su exmarido por abusar sexualmente de los tres hijos de la pareja. La heredera ya había interpuesto la denuncia en su nombre, pero esta había sido archivada por carecer de fundamento.
Según las fuentes consultadas, recurrió a Bernad para que denunciara de nuevo los mismos hechos y le ofreció a cambio una contraprestación de índole económica. Bernad consultó con varias personas de su entorno, quienes le instaron «tajantemente» a no inmiscuirse en un asunto que ya era cosa juzgada y que «en absoluto afectaba al interés general».
No era un caso de corrupción, ni un fraude contra la Agencia Tributaria, ni un ataque la unidad de España. Nada relacionado con los fines de Manos Limpias. Por contra, se trataba de un litigio entre particulares que, para más inri, afectaba a algo tan delicado como los abusos sexuales a menores. Aun así, Bernad «hizo lo que le dio la gana», dicen fuentes conocedoras de los hechos, pese a que era consciente del hecho determinante: esa denuncia ya había sido archivada. La mujer quería que Manos Limpias volviera a denunciar el caso y lo filtrara a la prensa, para hacer el máximo daño posible a su exmarido (incluso llevó un vídeo a Bernad grabado con un teléfono móvil en el que, según las fuentes consultadas, no se apreciaban abusos).
Nombrarlo consejero
El precio no era el problema. De hecho, la motivadora de las acciones prometió a Bernad hacerlo consejero de sus empresas si ponía esta denuncia y también le ayudaba en los litigios de índole económica que mantiene respecto a la gestión de su herencia. Además, hay que añadir que la denunciante ya estaba condenada por fabricar denuncias falsas contra su expareja, con la custodia de los menores como objetivo de fondo. Pese a todo esto, Miguel Bernad interpuso una querella en los juzgados contra el exmarido de la heredera, encabezada con un «Manos Limpias, en nombre de…». Una vez puesta la demanda, la filtró a un periodista de su confianza quien, «absolutamente de buena fe» -aseguran a este diario fuentes conocedoras de los acontecimientos-, la publicó, con el riego que eso suponía para los tres hijos de la pareja, menores de edad, en un caso que los tribunales ya habían archivado. La denuncia de Manos Limpias fue archivada en cuanto el juez que la recibió comprobó que era cosa juzgada.
El exmarido decidió actuar judicialmente contra la que fuera su esposa y contra Bernad, que tuvo una presencia más que activa en los hechos. El Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid admitió a trámite la querella por denuncia falsa y citó a declarar a Bernad y a la rica heredera para el pasado 23 de mayo. Las declaraciones fueron pospuestas por problemas médicos de la mujer y por el hecho de que Bernad había sido detenido y encarcelado unas semanas antes por su participación en la trama de extorsión que lideraba el presidente de Ausbanc, Luis Pineda. La juez dictó un nuevo señalamiento para el próximo 20 de junio y lo notificó al centro penitenciario de Navalcarnero, donde Bernad cumple prisión preventiva y donde acaba de ser reingresado tras una operación de desprendimiento de retina.