Garbiñe Muguruza toma el relevo de Nadal y se corona reina de París
La tierra de Roland Garros es sinónimo de éxitos para el tenis español. Primero fue Manolo Santana, después vinieron otros como Andrés Gimeno, Arantxa Sánchez Vicario, Sergi Bruguera, Carlos Moyá, Albert Costa y Juan Carlos Ferrero, hasta llegar a Rafael Nadal.
Garbiñe Muguruza es el último nombre propio que reina en la tierra de la capital francesa. Lo hizo, además, ante Serena Williams, la mejor rival posible, con 21 ‘Grand Slam’ como aval, y la que hacía un año se había llevado su tercer título. Pues fue la española quien levantó el primero, a sus 22 años y 7 meses, tras derrotar a la número 1 de la WTA, por 7-5 y 6-4, en 1 hora y 43 minutos.
La primera pelota de partido fue un revés que Garbiñe estrelló en la red, la segunda un punto de saque para la Williams, la tercera una derecha cruzada ganadora y la cuarta un revés fuera de la española. No fue hasta la quinta tentativa, con un globo en la línea que ni ella creía que había entrado.
Arantxa Sánchez Vicario, última campeona nacional en la edición de 1998, disfrutó de su heredera desde la primera fila del palco de autoridades, donde también estaba Billie Jean King, elegida para entregar el trofeo a la nueva campeona y a la nueva segunda raqueta del circuito femenino a partir del lunes, superando a Agnieszka Radwanska y Angelique Kerber.
La Williams empezó marcando jerarquías, sin ceder un punto con su primer saque. Un punto de servicio, otro ‘ace’, y dos errores no forzados de su rival, uno con la derecha y otro con el revés. Los nervios, inevitablemente, estaban del lado de Garbiñe, 12 años más joven y con el único bagaje de una gran final en sus piernas, la de Wimbledon en 2015, también con la estadounidense en el otro lado de la red.
La climatología había dado una tregua en el cielo de París. Estaba nublado como siempre pero no amenazaba lluvia ni soplaba el incómodo viento. Los saques se imponían a los restos, especialmente la puesta en escena de la pelota por parte de Serena. Llegó a disparar a 189 kilómetros por hora. A muchos hombres les gustaría hacer eso.
Muguruza seguía sin ganar un punto en la devolución hasta que conectó un revés paralelo inalcanzable para la norteamericana. Ha sido su mejor arma a lo largo de todo el torneo. Habían pasado siete minutos de final pero no se habían iniciado las hostilidades. Era una toma de contacto en la que ninguna de las dos quería dar ventaja a su oponente.
Serena lucía toda vendada de los tobillos y unos calentadores en las piernas. Garbi, toda presumida, con su conjunto de Stella McCartney. La estadounidense, que perseguía los 22 ‘Grand Slam’ de Steffi Graf, tope en la Era Open, se fabricó dos opciones de ‘break’ en el cuarto juego.
Las salvó la española siendo más valiente que nunca con su derecha y con un saque directo. Pasados 12 minutos firmaba el empate a dos juegos. Fue el preámbulo de la primera rotura del partido. Llegó con una doble falta de Serena.
En el momento de confirmar la ventaja, Garbiñe se puso como un flan y cometió otras dos dobles faltas. Pasada la tempestad emocional vino la tensa calma. A falta de franceses en las rondas finales, la organización puso a uno de ellos, Pascal Maria, en la silla del árbitro. Lo de ‘Garbi’ ya no era un sueño. Dominaba por 4-2 a una leyenda, campeona tres veces en la tierra parisina y defensora de la corona.
Le ayudó a preparar el partido el precedente con triunfo ante la misma rival hacía dos años. Lo que pasa es que una segunda ronda no es una final. La grada iban tanto con la española que hasta pitaban las decisiones acertadas del juez de silla que no iban a su favor.
La visera Adidas de ‘Garbi’ le permitía no mostrar la angustia en su rostro por la trascendencia de la final y la importancia del escenario. Le encanta no enseñar sus emociones. Serena gritaba como si no hubiera mañana con cada error no forzados. Sabía que se le estaba escapando el primer set. Reaccionó cómo sólo las elegidas saben hacerlo. El empate a cuatro no era un buen presagio para Muguruza.
La Williams volvió a marcar territorio con tiros a 190 kilómetros por hora. En un abrir y cerra de ojos, había encadenado tres juegos. En la primera fila, Arantxa Sánchez Vicario, seis veces finalista y tres campeona, miraba atentamente las alternativas. La noche del sábado le había mandado un mensaje de ánimo a su compatriota.
Garbiñe volvería a tomar la delantera en el undécimo asalto. Después vendría el set. Patrick Mouratoglou, entrenador de la número 1, ya no sabía qué instrucciones dar a su jugadora. Desperdició dos opciones para llevar el desenlace al ‘tie break’.
Sumyk, el entrenador más inexpresivo del mundo, levantaba el puño con fuerza. Muguruza estaba más cerca de la gloria. A Serena le fallaba la movilidad lateral, sobre todo en el lado del revés, y los mejores tiros ganadores de su oponente venían paralelos. Sólo los nervios podían jugar una mala pasada a la tenista nacida en Caracas.
Ha nacido una estrella, es española y se llama Garbiñe con ñ, a pesar de que en el torneo sigue figurando Garbine. Su victoria contrasta con las dos últimas derrotas de la Williams, que sólo había perdido cuatro grandes finales hasta el inicio de 2016.
La jauría de Talibanes adeptos del “pensamiento único judeoprogre” ya han salido en tropel por unas declaraciones de Lobo Carrasco en las que felicita a la tenista hispano venezolana por el triunfo y dice que tiene unas piernas muy bonitas. Críticas a ‘Lobo’ Carrasco por este tuit “machista” sobre Muguruza. http://www.huffingtonpost.es/2016/06/04/lobo-carrasco-muguruza_n_10296632.html Aunque nunca he sido partidario del piropo a la mujer ya que creo que esto lleva a muchas a pensar que son princesitas y que cualquier hombre debe besar por donde ellas pisan, esto ya es una distorisón de la realidad totalmente orwelliana. Estos enfermos mentales ven machismo hasta… Leer más »
Por cierto, olvidé felicitar a Muguruza.
Enhorabuena y que ganes muchos más.
Esta hispanovenezolana, tiene un gran futuro, enhorabuena Garbiñe!
Aupa Garbine! Enhorabuena.
Yeah!!!. Ganar un Roland Garros ya es la leche, pero ganarlo contra la Williams vale por tres. Suerte que no he apostado porque hubiera perdido seguro!
Muchas muchas felicidades señorita.