Ni con una armada de siete naciones
Trece años después de su lanzamiento, el tema de White Stripes se empieza a adaptar como un guante a este equipo de Vicente del Bosque que ha comenzado como un tiro la Eurocopa, con un fútbol deslumbrante en muchos momentos y dos victorias que ya le han asegurado el pase a los octavos de final.
De momento, el Seven Nations Army, que utiliza la UEFA tras cada gol y que se ha convertido en un himno en las hinchadas de todo el mundo, es propiedad española. No hay quien cante más ese “lo lo lo lo” sobre la base de bajo de los de Detroit.
Porque si contra la República Checa a España le pudo faltar definición y tuvo que esperar al minuto 87 para que un cabezazo de Gerard Piqué confirmase una victoria que merecía por juego, ante Turquía todo quedó prácticamente decidido antes del descanso.
Para entonces, Álvaro Morata y Nolito, dos de los debutantes en esta Eurocopa ya habían sacado provecho de la negra noche de Mehmet Topal.
El exvalencianista, cuyo concurso estuvo en duda hasta prácticamente la víspera, con molestias musculares en la espalda, es un centrocampista reconvertido por el seleccionador Fatih Terim a central. Y este viernes se notó en exceso.
Midió mal en el primer gol, no llegó a un centro cruzado de Nolito y, oportuno, remató de cabeza Morata lejos de Volkan Babacan (34). Tres minutos después, Topal sí alcanzó a rechazar el balón, pero para que le cayese a Nolito, que no perdonó. El gaditano corrió a la banda a dedicarle el tanto a Iker Casillas, que había pronosticado que marcaría.
Los goles certificaron la fiesta española y una nueva exhibición de Andrés Iniesta. El barcelonista comenzó a ilusionar hace un mes, con su actuación en la final de Copa y lo ha refrendado en este comienzo de la Eurocopa. Da igual lo que diga una fórmula matemática, los algoritmos y probetas que se han utilizado para hacer el primer once ideal de la Eurocopa; la estrella por el momento es el albaceteño.
Por eso un diario de Niza titulaba esta semana: “España a los pies de Iniesta”, y le llamaba “Don Andrés”.
Pues al ritmo de don Andrés se han ido sumando artistas. Está Nolito, barroco en ocasiones pero espectacular siempre, y David Silva, por fin importante en esta selección, y encuentra su sitio Cesc… Un grupo que se queda con la pelota y convierte en zombies a sus rivales, persiguiendo sombras.
Del Bosque, además, ha cerrado el debate de la portería. Confió en De Gea, pese a un escándalo que pudo amargarle la Eurocopa, y ha contado con la ejemplar actitud de Iker Casillas.
También se ha reafirmado Morata, que añadió al gol de la primera mitad otro nada más comenzar, aunque el segundo ligeramente adelantado a la defensa, en una jugada que volvió a comenzar con otro pase magistral de “don Andrés”.
Todo fueron alegrías en la selección de Del Bosque que dio la opción de debutar en una Eurocopa a Bruno, Koke y Azpilicueta, porque sabe que pueden ser importantes a lo largo del torneo.
Y Turquía no existió, como tampoco Arda, que curiosamente acabó denostado por su afición y alentado por la española.
No le gustó a la hinchada otomana un gesto hacia la grada mediada la segunda parte y comenzó a silbarle cada vez que tocó un balón. Y la zona española, que reconoce el arte que ha dejado en su etapa en el Atlético llegó en su ayuda. El mundo al revés.
Quizá sobró el tramo final. Porque Turquía estaba entregada y España se sabía tan superior que no quiso apretar. Fue un plácido camino sin más heridas.
Al equipo de Del Bosque le queda un último paso para asegurar el primer puesto del grupo, el martes frente a Croacia. De momento, nadie le puede quitar el derecho a reivindicar el mejor juego de la Eurocopa. Parece que ni con una armada de siete países, hay quien le quite el balón.