¿Cómo influyen en las elecciones el voto en blanco, el voto nulo y la abstención?
Quedan pocas horas para que se celebren las decimoterceras elecciones de la democracia, las segundas generales en apenas 6 meses. Y cuando las urnas llaman a la puerta, son muchos los que vuelven a preguntarse, como cada vez que toca ir a depositar la papeleta, cómo influyen en los resultados el voto nulo, el voto en blanco y la abstención.
Al voto nulo y al voto en blanco, muchos expertos los consideran una especie de voto «gamberro». Quienes los emiten están lo suficientemente movilizados como para pedir la papeleta o acudir a la mesa electoral a depositarla, pero ya sea porque no han decidido a quien apoyar o bien porque ninguna de las opciones les convence, deciden desmarcarse del voto definido.
Sin embargo, no todo el mundo tiene claro cómo influyen el voto en blanco y el voto nulo, los confunden, e incluso caen en falsos mitos que, a fuerza de repetirlos, pasan ya por verdades.
Diferencias entre voto en blanco y voto nulo
Para empezar conviene establecer como principal diferencia entre ambos que el voto nulo es uno inválidamente emitido y por lo tanto no afecta al resultado final ni al escrutinio de votos. Se considera nulo cuando se introducen dos papeletas de diferentes candidatos en el sobre —si las papeletas pertenecen al mismo, es voto válido—, se hace un dibujo o, por ejemplo, se introducen objetos que no deberían.
El voto en blanco, sin embargo, sí afecta al montante ya que es un voto válido, y por tanto se suma a los obtenidos por las diferentes candidaturas para hacer el reparto de escaños. Quienes lo emiten muestran su acuerdo con el sistema electoral, pero no con los partidos políticos, ya que al introducir la papeleta vacía confirman que no les satisface ninguna de las candidaturas. El voto en blanco crea el espejismo de una participación más elevada, que luego no se materializa en los resultados de las formaciones que concurren a las elecciones.
Pero, sin duda, lo más común es haber escuchado alguna vez que el voto en blanco es una forma de beneficiar a los partidos más votados. Una teoría que, por otra parte, no estan cierta como la mayoría piensa.
Mitos del voto en blanco
Sí es cierto que ese «bulo» que circula en los corrillos tiene su base. España se rige por el sistema de cálculo de la ley D’Hondt, que excluye de la obtención de escaños a las candidaturas que no hayan conseguido, al menos, el 3% de los votos válidos emitidos. Si tenemos en cuenta que el voto en blanco sí se incluye en el recuento de papeletas, una candidatura necesitará conseguir más papeletas para lograr el escaño. Por tanto, aunque no beneficie ni perjudique a nadie «directamente», sí afecta a los partidos que concurren, sobre todo a los pequeños, para los que resulta más difícil reunir los votos necesarios para obtener ese escaño en juego.
¿Y cómo influye la abstención en los resultados finales de unas elecciones? La abstención consiste en no acudir a las urnas y, por tanto, al no haber voto, ni suma ni afecta al resultado electoral.
Puede decantarse por la abstención quien no tenga claro a qué cadidatura prestarle su voto, quien mire con escepticismo al partido o al sistema o quien, simplemente, quiera castigar a su partido no apostando por él el día de los comicios.