Las imágenes de Bagdad arrasada tras los atentados terroristas del Estado Islámico
Los atentados de hoy en Bagdad demostraron la capacidad de los terroristas yihadistas de montar ataques significativos a pesar de sufrir grandes pérdidas en el campo de batalla, en particular en la ciudad de Faluya, la cual fue declarada “totalmente liberada” del Estado Islámico (ISIS) hace poco más de una semana.
El ataque más mortífero ocurrió en Karada, una concurrida zona comercial del centro de Bagdad, donde un atacante suicida hizo estallar su camioneta cargada de explosivos fuera de un centro comercial lleno de gente. Al menos 125 personas murieron allí y otras 150 resultaron heridas según un policía, quien agregó que entre los muertos hubo 15 niños, 10 mujeres y seis policías.
El sangriento atentado se produjo casi al final del mes sagrado del Ramadán, cuando las calles estaban abarrotadas de jóvenes y familias que habían salido tras el ocaso.
Los yihadistas de ISIS reivindicaron la autoría del ataque en un comunicado publicado en internet, apuntando a que se atacó deliberadamente a musulmanes chiítas, aunque la nota no pudo ser verificada de forma independiente.
Los bomberos continuaban trabajando para extinguir las llamas al amanecer del domingo, mientras se seguían recuperando cuerpos de entre los edificios carbonizados. Muchos de los fallecidos eran niños, y podía oírse a ambulancias llegando al lugar horas después del atentado. Un testigo dijo que la explosión provocó incendios en tiendas de ropa y celulares cercanas.
Horas después del ataque el primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, visitó la zona. Imágenes de video publicadas en redes sociales mostraban a una multitud enfurecida, con la gente acusando al premier de “ladrón” y chiflando a su convoy.
En el segundo ataque, un dispositivo improvisado estalló en el este de Bagdad matando al menos a cinco personas e hiriendo a otras 16. Ningún grupo se atribuyó de inmediato la responsabilidad del incidente.
Momento clave
Los ataques se produjeron poco más de una semana después de que las fuerzas de Bagdad “liberaran por completo” la ciudad de Faluya, que estaba controlada por el Estado Islámico. En el último año, las fuerzas iraquíes han ganado terreno ante los extremistas, al retomar la ciudad de Ramadi y los pueblos de Hit y Rutba, todos en la provincia de Anbar, al oeste de la capital.
A pesar de las victorias del Gobierno en el campo de batalla, el grupo extremista ha demostrado varias veces que continúa siendo capaz de lanzar ataques en territorio iraquí lejos del frente.
Antes del inicio de la operación para recuperar Faluya, el primer ministro de Irak enfrentaba un creciente descontento social y la capital registraba protestas contra el Gobierno provocadas por la indignación popular ante la falta de seguridad.
En un mes, la Zona Verde de Bagdad, un sector muy protegido donde están los edificios del Gobierno y las misiones diplomáticas, fue asaltada en dos ocasiones por manifestantes contrarios al Poder Ejecutivo.
El ISIS todavía controla Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, así como importantes territorios en el norte y el oeste del país.
En su momento de mayor poderío, en 2014, la milicia radical le arrebató a Bagdad el control de casi un tercio del país. Pero ahora se calcula que los extremistas controlan apenas 14% del territorio iraquí, de acuerdo con la oficina del primer ministro del país.