La Asociación de Padres de Familia Separados de las Islas Baleares (APFSIB) quiere salir al paso del ataque gratuito recibido desde el partido Podemos de Mallorca en su blog, y contestar a su autora, que firma el texto publicado bajo el seudónimo de Secretaria de Equidad.

El escrito incurre en falsas acusaciones y errores de interpretación al respecto de un artículo de opinión publicado por el Presidente de la asociación en la sección cartas de los lectores de un periódico local el día 7 de julio, con el título “No fue un acto machista” y que se refería al crimen cometido el pasado 29 de junio pasado, en el que un hombre prendió fuego a su mujer en Alcudia luego de rociarla con gasolina.

La asociación emitió un comunicado de prensa, el 4 de julio, expresando su “condena por la agresión a una mujer en Alcudia” y declarando que “no hay razón alguna que justifique una acción semejante, condenable desde cualquier punto de vista, e inadmisible como reacción a cualquier situación en la que puedan mediar palabras antes que la agresión al otro, y la intolerancia al prójimo.”

Más adelante se afirmaba “Estamos todos de acuerdo en que se trata de un hecho deleznable y condenable pero discrepamos en el tratamiento que se le ha dado considerándola una acción machista porque, si analizamos todo el caso, de lo que se trata es de una agresión individual por una incapacidad del agresor de aceptar que su pareja iba a dejarle”

En ese sentido la carta publicada explicaba de modo más reducido la misma argumentación afirmando, con todo respeto, que la agresión cometida es un crimen pero discrepando “en el tratamiento que se le ha dado considerándolo una acción machista”. También se sugería que se trata de un crimen pasional pero desde el punto de vista de la definición del término como emoción y, según la RAE, como padecer, sufrir o sentir, pero nunca como atenuante del crimen, como pretende hacerse ver en la contestación.

El mismo día de su publicación se recibió una llamada amenazante al teléfono de contacto de la Asociación, y este lunes han aparecido multitud de carteles difamando en público al Presidente de la asociación.

Al día siguiente (8 de julio) fue publicada la contestación a la carta, en términos injuriosos y falaces como que con ese escrito se ha cometido un “ataque machista”, que el Presidente ha utilizado “un cargo concreto en una asociación para difundir toda una serie de tópicos machistas y ‘feminófobos’ (palabra inexistente) trasnochados”, que el objetivo es emitir “elucubraciones sin fundamento que … lo único que hacen es confundir y desinformar”, que se pretende “justificar” sin “paliativos una agresión tan brutal y criminal como la que ha sufrido Xue Sandra Saura”, y que, finalmente acusa a “La Asociación de Padres de Familia Separados” como responsable de las opiniones vertidas por su Presidente, de quien dice que “ningún colectivo ni medio de comunicación debería dar pábulo a conclusiones como las que se vierten en el artículo”. Como decíamos antes, la autora no se identifica ni firma el artículo en el blog.

Todo ello resulta intolerable y constituye una flagrante violación de los derechos de libertad de expresión y opinión presentes en el Artículo 20 de la Constitución Española. Estas acciones se enmarcan en la campaña de desprestigio y amenazas anónimas hacia la APFSIB y su Presidente por las opiniones expresadas, un ataque que viene claramente desde las filas de un feminismo de género radical, recalcitrante y hasta “machista” (hembrista no existe en el diccionario) en contra de lo que no está de acuerdo con su doctrina sectaria y excluyente. Un feminismo que está regado de subvenciones de dinero público pero que con su miope visión no consigue eliminar la violencia contra las mujeres porque no es capaz de distinguir una actitud machista de una que no lo es. La solución a los problemas comienza por entenderlos adecuadamente primero y poner luego los remedios necesarios, no al revés. Mientras tanto el feminismo ultra seguirá justificando su actitud de confrontación desmedida y necia, viendo machismo en el trato, en el lenguaje, en los gestos, en el trabajo, en el ocio, en el cuidado de los hijos y, si se descuidan lo verán por todas partes, debajo de las piedras y hasta en la sopa.