Zlatan Ibrahimovic contó cómo una pelea con un compañero egipcio del Ajax casi termina con su vida
Entre el año 2001 y 2003, el delantero Zlatan Ibrahimovic tuvo que compartir vestuario con el futbolista egipcio Mido en el Ajax de Holanda.
Fue durante ese tiempo cuando ambos futbolistas se trenzaron en una discusión que pudo haber sido más grave, de no ser por la falta de puntería del africano.
Durante uno de los clásicos ante el PSV Eindhoven, Ibrahimovic tuvo que ingresar al campo de juego en reemplazo de Mido, quien en desacuerdo con el cambio no toleró que el sueco le evitase el saludo. Tras la finalización del partido, ambos jugadores se vieron las caras en un vestuario que no gozaba de paz.
“Entró al vestuario y nos llamó miserables cabrones. Le respondí diciendo que el único cabrón que había ahí era él”, relata el ex delantero del Barcelona en el libro Zlatan Ibrahimovic, rabia y venganza.
El egipcio no toleró aquella contestación y atacó a su compañero con unas tijeras que estaban allí cerca: “Se volvió completamente loco. Las tijeras pasaron rozando mi cabeza y se estrellaron contra la pared, provocando una grieta”, relata Ibrahimovic.
Luego de esta revelación, el propio Mido, quien ahora es entrenador del Zamalek Sporting Club en su país, aseguró que aquel episodio fue real, aunque minimizó lo sucedido: “Diez minutos después fui a la ducha e Ibrahimovic estaba sentado en el jacuzzi”.
Además, el finlandés Jari Litmanen, otro de los futbolistas de aquel plantel del Ajax, habló sobre el tenso momento: “Recuerdo la discusión con Mido. Mido tomó unas tijeras y amenazó a Ibrahimovic”, sentenció.
Ambos futbolistas viven realidades diferentes ahora, mientras Zlatan acaba de firmar como nuevo refuerzo del Manchester United, Mido, cuyo verdadero nombre es Ahmed Hossam Hussein Abdelhamid, se retiró en 2013 con la camiseta del Barnsley inglés y ahora disfruta de su carrera como director técnico.
Supongo que ahora será expulsado, como poco, del Zamalek por incompatibilidad de su actuación con el espíritu deportivo. ¿Verdad?
En vez de deportarlo, se le premia con un retiro dorado y una millonaria cuenta bancaria. Por cierto, que nadie piense que el «Brexit» lo expulsará.