“Allons enfants de la Patrie”. La solución Truman
Los japoneses se presentaron en el Puerto de la Perla de improviso, con seis portaviones y 353 aeronaves de combate, allá por el 7 de diciembre de 1941. Nadie les había llamado para que les dieran las pascuas, pero se las dieron cumplidamente. Hicieron un roto al tigre, que dormitaba contemplando como se atizaban en Europa, despertó, se desperezó, tomó cartas, y dio un paso adelante, entrando en la guerra, acabando con su enemigo, y con el de los otros, y sacando a los europeos las castañas del fuego por segunda vez, ante la mirada de Stalin -el tovarich virueloso, y asesino en serie, que tanto admiran los podemitas salvadores- que veía con horror como se las gastaba el felino democrático y decadente. Como primera providencia, todos los orientales de su territorio, americanos ellos, que eran unos cuantos, al trullo, y después veremos. La prensa, calladita. Roosevelt en silla de ruedas, el hombre.
La segunda guerra mundial, en su última fase, la del Pacífico acabó los días 6, y 9 de agosto de 1945 con dos bombazos. El de Hiroshima (Little boy) y el de Nagasaki (Fat man), decididos y ejecutados por el ya nuevo presidente Harry Truman, sin despeinarse, ni temblores en las manos, ni en las piernas que se sepa. Nadie se acuerda si demócrata o republicano. Seis días después, Japón rendía las armas a Douglas MacArthur, con 246.000 japoneses menos, y USA se ahorraba unas 25.000 vidas de sus soldados. Más o menos, lo que hubiera costado el hacerlo a mano, por medios convencionales. Toda una lección, de cómo proceder contra cosas de esta jaez.
Ahora, estamos de nuevo ante una guerra mundial, y es penoso contemplar la falta de decisión de unos políticos, que no tienen talla, ni lo que tienen que tener. Mejor estarían en cosas de lencería fina y descomprometida. Vamos, que no se atreven a abrir la caja de los truenos –de sobra nutrida- ni reunidos en cónclave. Que se lo expliquen a sus ciudadanos. Es la bajada de pantalones de Chamberlain y Daladier ante el Hitler de Munich, abandonando Checoslovaquia a su suerte, y a quienes Churchill auguró la humillación y la guerra -ante la que cobardeaban- y que como era de prever, sucedió al final. Tuvieron guerra y humillación. Doblete.
Mucha declaración, mucho dron, mucha verborrea buenísta, mucha manga pastelera, cobarde al fin, mucho no vayamos a caer en no se qué imbecilidad, y hale, más europeos asesinados por los musulmanes –no se, ni me importa si galgos o podencos- pero malos, envidiosos, obsesivos, acomplejados, y únicamente tratables como perros rabiosos. A palos. No son hermanos de nadie. Son malditos de Dios. ¿Tendrá que venir Trump a desempolvar el orgullo Enola gay, perdido? En otoño se verá. Empieza a ser necesario alguien con ideas claras.
Mientras, con un tigre perfumadito, y con la raya a un lado, como Holland, Francia , sodomizada, camina hacia la humillación constante, y a mayores bofetadas, como la Europa antitaurina, hasta que, en las próximas elecciones, venga gente decidida a dar la cara. ¿A quién engaña con sus palabritas del niño Jesús? ¿Es que ya no hay lo que tiene que haber?
Valiente cosa les importa, a estos salvajes, las declaraciones de solidaridad, los minutos de silencio, la ética nicomáquea del furriel Rodríguez, o los lacitos en la solapa. Entienden, estos bestias, la contundencia, la bofetada infinita, e incluso son capaces de asociar un atentado con un petardazo inmediato, y poco rentable para ellos, tipo Sodoma. A la segunda claudican, como los japoneses. Lo que no puede ser es que huyendo de la muerte de soldados –que están para eso, y hay una OTAN que cuesta un Congo- contemplemos estúpidamente cómo asesinan niños, mujeres y ancianos civiles, y veamos a los paniaguados caguetas, con problemas de conciencia, y dolores de endometrio.
¿Tendremos que llamar a los niños de la cruzada de los niños, de 1212 –que pasaron por Niza hechos trizas- tras la cuarta de Teobaldo de Champagne, para que nos defiendan, o les entregamos doncellas? Sobre todo, que no se enfaden. Mierda.
¿Llegará algún día el jour de gloire?
Vamos, ¡que hay que tener cuajo!
Allons enfants de la Patrie.
¡Le jour de gloire est arrivé!
Contre nous de la tyrannie
L’étandard sanglant est levé.
Si los pueblos de Europa nos unimos, y tengo el convencimiento que llegara ese dia porque se trata de sobrevivir como civilización, no vamos a necesitar a los americanos que en parte han sido los causantes de la situación en Europa al crear la primavera árabe y derrocar estados que estaban conteniendo a los islamistas. Esos pueblos vivian tranquilos dentro de sus fronteras, hoy no hay fronteras, países, lideres, solo CAOS, si los europeos nos unimos y es la única solución que veo, incluyo a los rusos porque son tan europeos, por cultura, religión, historia, tradición y civilización, como el… Leer más »
Para nada de acuerdo con la primera parte del artículo.
Pues yo de acuerdo en todo.