Convención Republicana: Donald Trump alza el lema “ley y orden” frente al caos multirracial y la amenaza terrorista islámica
La Convención Republicana había comenzado en Cleveland como la gran puesta en escena que suele ser: con pastores que rezan en el escenario, un minuto de silencio para los policías caídos y la jura a la bandera. En el inmenso estadio local, los más de 2.000 delegados de cada estado se acomodaban en el recinto y los texanos, con sus sombreros y votas vaqueras, aportaban como siempre el toque de color. Se escuchaba fuerte el rock de una banda local en vivo, mientras se sucedían los oradores al comienzo de la tarde y todo marchaba por los carriles habituales. Hasta que el escándalo estalló.
En una escena insólita para estos encuentros, un puñado de delegados anti–Trump comenzó a abuchear a las autoridades del partido por haber organizado una votación a viva voz de las reglas de la convención. Por un momento el recinto se colmó de gritos, gestos vehementes, cantos contra los funcionarios. Varios delegados tiraban sus credenciales contra el piso en señal de protesta, otros se retiraron. El moderador golpeaba el martillo en el atril y pedía orden. “Esto es surrealista”, decía Mike Lee, senador por Utah.
En pocos minutos, la rebelión anti–Trump fue sofocada y todo volvió a la calma. Precisamente “ley y orden” es lo que exige el candidato a Estados Unidos y, con obvias reminiscencias de la serie de televisión, éste se ha convertido en el último slogan de la campaña republicana. El domingo se lo exigió a Barack Obama tras el asesinato de tres policías en Baton Rouge. Por eso ayer el tema principal del día en la convención fue “Estados Unidos seguro otra vez”. Esto sucede en medio de las tensiones por los atentados terroristas islámicos en el mundo, pero también por el clima enardecido que se vive estos días en el país tras el asesinato de varios policías en manos de afroamericanos y por el exceso de violencia policial en contra de las minorías.
Para apuntalar la idea desfilaron por el escenario veteranos de guerra, líderes militares, un sheriff, líderes civiles comprometidos en proteger al país “asegurando las fronteras, venciendo al terrorismo y apoyando a las fuerzas de seguridad que mantienen nuestras comunidades seguras”, según reclamaron. Todos criticaron las políticas del presidente Barack Obama y de Hillary Clinton.
Mark Geist, un sobreviviente del atentado a la embajada en Bengazi en Libia, dijo que “Hillary Clinton fracasó en defender a su gente en el terreno”. La candidata demócrata era entonces secretaria de Estado. “Ahora tenemos la ocasión de elegir a quien hará que este país sea seguro otra vez”. También habló Rudolph Giuliani, un ícono de la mano dura en Nueva York y de la recuperación tras el 11–S.
El delegado Glenn Rakawag, de 70 años, se paseaba por el recinto con jean, sombrero vaquero, botas y camisa con los colores de la bandera de Texas. Dijo a Clarín: “Tenemos gente allí afuera disparando a nuestra policía. No puedo imaginar porqué el terrorismo está avanzando”. Respecto de los inmigrantes, señaló que “Estados Unidos no necesita inmigración ilegal. Los inmigrantes deben entrar por la puerta de adelante: ¿Por qué cruzar el río o pasar la frontera?”.
En las calles de Cleveland, mientras tanto, centenares de manifestantes que venían de todo el país repudiaban las políticas de Trump sobre inmigración y matrimonio gay. “No nos vamos, de aquí no nos vamos”, gritaban varios hispanos. “Resistamos el racismo”, clamaban algunas pancartas. En una plaza cerca del estadio un republicano con gorra de béisbol y traje verde oliva sostenía un desafiante cartel: “Homosexualidad es pecado”. Una simpatizante anti–Trump encaró al grandote y le preguntaba casi cara a cara: “¿Qué les importa nuestras vidas privadas?”. Decenas de policías controlaban la escena.
Trump se empeñó también ayer en mostrar al partido y los votantes que él tiene un lado más amable y que no es un empresario irreflexivo, que degrada a las mujeres, como muchos lo acusan. Así, la familia de Trump está interpretando un papel protagonista. En una aparición muy esperada, su esposa, la ex modelo eslovena Melania Trump, de 46 años, habló anoche sobre las cualidades de su marido. Hoy diseñadora de joyas y de bajo perfil, si Trump gana sería la primera en habitar la Casa Blanca sin haber nacido en los Estados Unidos.
Los tres hijos mayores del empresario hablarán entre hoy y el jueves. El nominado no suele aparecer en las convenciones hasta el último día pero, acostumbrado a romper las reglas, fue el propio Donald Trump quien presentó anoche a su esposa
Trump for president. El triunfo electoral de Trump puede propiciar un cambio de paradigma con el final de la corrección política y de la hegemonía de los marxistas culturales. Me entra una sana envidia cuando veo que los gringos se sienten seducidos por un multimillonario que habla sin complejos y se jacta de que su espectacular mujer se pasea en tanga por su casa. En cambio aquí en España una parte importante del electorado más joven se identifica con la mugre y la degradación de los podemitas. Qué pena. Ha convertido España en un país de jóvenes zombis y niños,… Leer más »
En condiciones normales la corrupta de Clinton no tiene nada que hacer. El loby gay, la Unión Soviética de Europa, el tinglado inmigracionista y el diabólico edificio construido tras Pekin 95 empieza a temblar.
Primero plantaron cara los paises del Este, después el Brexit, ahora Trump, luego Le Pen (si dios quiere)…………
Al sisrema piramidal depredador le está entrando el pánico.La FUNCIONARIOCRACIA solo le queda la zancadilla política , el soborno o el atentado.