Por José L. Román.- Los cambios experimentados durante las tres últimas décadas en la forma de redactar las noticias de prensa, no hacen más que corroborar la pérdida de aquel estilo propio y personal que exhibían redactores y cronistas de otras épocas, con una manera tan singular de ejercer el periodismo.

Por no alejarnos demasiado, a principio de la década de 1980 todavía podía uno deleitarse con artículos de prensa que, sin ser muy extensos, llegaban magistralmente al fondo de la noticia, y además, estaban redactados con tal etilo y genialidad, que animaba a los lectores a leer los escritos hasta el último párrafo.

“El Caso”, semanario español especializado principalmente en sucesos, y que vuelve a ver la luz tras su desaparición en 1997 bajo la dirección de Joaquín Abad, colaborador de esta casa, podría servir de ejemplo. “El Caso”, ofrecía noticias magistralmente expuestas; aquel era un periodismo de investigación en estado puro, con enjundia, estilo y profesionalidad. Sus artículos, crónicas y fotografías, junto a una redacción exquisita, eran documentados hasta con el más mínimo detalle a pesar de las dificultades de entonces para cubrir los crímenes que tenían lugar en cualquier parte del territorio nacional.

Pues bien, voy a reproducir literalmente uno de los miles de artículos publicados por el “El Caso”, relacionado con un altercado entre vecinos que tuvo lugar en la provincia de Barcelona, y que fue noticia a principio de la década de 1980. El escrito muestra la maestría con la que el periodista cuenta lo sucedido de una forma amena e impecable.

Seguidamente, haré lo propio con otra noticia sobre un hecho casi calcado, y que ha tenido lugar muy recientemente (2016).

Los lectores podrán hallar entre ambos escritos dos diferencias muy notables. Por un lado la manera de redactar y contar los hechos, y por otro, la noticia en sí; el modo de reaccionar de las personas ante un conflicto entre vecinos. Dos hechos muy similares no se saldaron de la misma forma. Uno, se resolvió a golpes, puñetazos, arañazos y algún que otro estacazo; el otro, el más próximo, se saldó con un tiroteo en plena calle, donde dos personas resultaron heridas de bala. Veamos las noticias:

1981.- Texto literal de una noticia publicada por el semanario español “El Caso”:

“BARCELONA: Dos familias se agredieron violentamente, causándose lesiones graves.

Guerra por dos pedos

“El pasado día 23, ante la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Barcelona, se vio el recurso de apelación interpuesto contra una sentencia del pasado mes de abril, en la que la que el matrimonio recurrente compuesto por Manuel Guerra y Rosario Doménech, vecinos de Navarclés (Barcelona), fueron condenados como autores de lesiones graves a la pena de tres meses de arresto mayor y multa de 20.000 pesetas.

Los hechos de autos tuvieron lugar una calurosa noche de verano. Rosario estaba sentada a la puerta de su casa tomando el fresco, cuando salió de la casa contigua su vecino Antonio Martínez, que soltó un sonoro cuesco, pedo, ventosidad, o como quiera llamarse.

Rosario, indignada, se levantó, entró a su casa, y contó lo sucedido a su marido, Manuel. Este salió rápido y llamó guarro, al musical vecino, al tiempo que amenazaba con denunciarle al Ayuntamiento por mala educación. Todavía estaba increpándole cuando Antonio elevó el muslo, al tiempo que se inclinaba para hacer mejor fuerza y puntería, y soltó otro cuesco, aún más seco y sonoro que el anterior.

Al mismo tiempo que Rosario llamaba sinvergüenza a Antonio, salió de su casa la esposa de éste, Remedios Cánovas, quien como es natural, tomó partido por su marido. En un momento, el aire se llenó de gritos y de insultos, seguidos por una general reyerta, en la que también tomaron parte un hijo y una hija de trece años del matrimonio compuesto por Antonio y Remedios.

Estacazo

Las sillas plegables volaron sobre las cabezas de los contendientes. Manuel entró a coger un palo, con el que amagó un fuerte golpe a la cabeza de Remedios, que estaba agarrada a la cabellera de su esposa. Pero Remedios apartó la cabeza, y el estacazo fue a dar contra el cráneo de Rosario.

Cuando al fin fue hecha la paz, todos tuvieron que ser atendidos de arañazos y hematomas. Además, Rosario, de las lesiones causadas por el estacazo equivocado de dirección que le asestó su esposo. Remedios, de fractura de los huesos del carpo de una mano con la que paró otro golpe. Su hija, de trece años, padece desde entonces hace ya dos años, crisis de terror nocturno y neurosis de angustia, motivadas por el susto sufrido.

Como Remedios estuvo treinta y cinco días impedida para hacer los trabajos caseros, las lesiones fueron consideradas graves, y de ahí, la sentencia contra Rosario y Manuel. El recurso se basa en la alegación de que los hechos no fueron descritos con exactitud en la sentencia.

Es la primera vez que dos pedos, alcanzan tanta resonancia”.

2016. Texto literal de una noticia en un periódico de tirada nacional:

”Un pedo fue el detonante de un tiroteo en Torrent con cuatro heridos

Una discusión por una simple flatulencia fue el origen de la trifulca entre clanes rivales que acabó con tres arrestados

“Una discusión banal entre dos jóvenes por una simple flatulencia fue el origen de la trifulca entre clanes rivales que acabó a tiros en el barrio del Xenillet de Torrent el pasado domingo por la noche y que se ha saldado con cuatro heridos, dos de ellos de bala, y tres personas arrestadas. Uno de los dos heridos alcanzados por los disparos, padre e hijo, se encuentra todavía en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de Valencia. Ramón G. M., de 57 años y más conocido como «el Mone», recibió tres impactos de bala, uno de ellos en el abdomen y que le ha afectado el riñón. Su hijo, de 29 años, también fue alcanzado en una pierna aunque su estado no reviste gravedad.

Las disputas entre estas dos familias de Torrent, cuyos domicilios están separados por apenas unos metros, vienen de tiempo atrás y los ahora arrestados, tres hermanos del clan de «Los Marcos» ya protagonizaron el pasado verano otro tiroteo en este mismo municipio.

La refriega comenzó minutos antes de las doce de la medianoche del domingo cuando uno de los hospitalizados se encontraba en la calle Xenillet de Torrent junto a un joven miembro de la familia rival. Al parecer, a éste se le escapó una flatulencia que fue correspondida por el otro muchacho y que dio pie a una discusión entre éstos. A la misma se sumó la mujer de uno de ellos, quien a su vez manifestó que había sido insultada y se enzarzó con otra mujer. Así, lo que comenzó como una simple tontería fue adquiriendo tintes demasiado violentos y acabó a tiros.

Para evitar posibles represalias varias calles de Torrent fueron tomadas ayer por más de 50 agentes”.

Como podemos comprobar, aquellos profesionales de la información que cubrían los sucesos hace más de tres décadas, cuidaban muchísimo la redacción al escribir, y exhibían además un estilo propio. En cuanto a los hechos descritos en ambas noticias, éstos muestran claramente cómo ha evolucionado nuestra sociedad a lo largo de los últimos treinta y cinco años; un altercado entre vecinos por una simple grosería, ya no se resuelve llegando a las manos con tirones de pelo, puños y palos, sino de un modo muy democrático y europeo, o sea, al más puro estilo calabrés o siciliano.