El oscuro pozo de la droga (4)
Como todos hemos podido ver y comprobar a los largo de los últimos cuarenta años, la adicción a las drogas es una enfermedad progresiva que puede ser mortal. Todavía hablo con personas que piensan que esta adicción aparece como consecuencia de algún problema o enfermedad mental; un trauma sufrido durante la niñez o cosas similares. Pero no es así. Decir que la adicción a las drogas es como consecuencia de haber sufrido un problema psicológico, es una idea anacrónica y equivocada que hace tiempo fue corregida por la ciencia.
Una enfermedad como la adicción al alcohol o a las drogas, puede padecerla cualquier persona sin necesidad de tener o haber sufrido un problema mental o emocional, y deberá ser tratada aceptando el adicto que es un enfermo y, por lo tanto, es obvio que deberá abstenerse de seguir consumiendo este tipo de sustancias.
Sin embargo, la estructura neurobiológica de cada persona la predispone a una serie de consecuencias. Según el doctor don José Miguel Gaona, psiquiatra forense en el centro especializado en adicciones “Neurosalus”, el cannabis por ejemplo, “puede provocar efectos demoledores en alguien con antecedentes de familiares con problemas mentales”. Y añade, “las tres cuartas partes de los episodios psicóticos -parecidos a la esquizofrenia- en jóvenes entre los 18 y 25 años, son producidos por esta droga”. La marihuana actúa como detonante de brotes psicóticos cuando existe una carga genética positiva que, en muchas ocasiones, se desconoce.
Las investigaciones en este campo están tan avanzadas, que ya hay estudios que afirman que existe la posibilidad de saber con antelación si un niño será adicto a algún tipo de drogas en alguna etapa de su vida. Estos eruditos aseguran que desde una edad muy temprana, hay niños que desarrollan un comportamiento como si estuvieran preparando el terreno para desarrollar la adicción al alcohol o a las drogas cuando sean adultos. Hablan de niños que son muy nerviosos, hiperactivos e inestables, pero también concluyen que muchos de estos comportamientos y conductas podrían experimentar un cambio al llegar a la pubertad, y esa supuesta personalidad “preadictiva” o riesgo de convertirse en adictos, desaparecerá para siempre.
La adicción es una enfermedad progresiva porque se va complicando cada vez más, mientras el enfermo no permita ser atendido ni ayudado. Muchos piensan que con impartir charlas y coloquios con el enfermo dándole algunos consejos, esté dejará el alcohol o las drogas y la situación cambiará. Desgraciadamente no es así. Se requiere la ayuda tanto de la familia como de los especialistas, que marcarán la terapia a seguir.
El hecho de que el enfermo deje de consumir la droga durante algún tiempo, o se aleje de ella una temporada como argumento para demostrarse asimismo y a los demás que lo tiene todo controlado y que no habrá ningún problema para dejar de beber o de drogarse cuando se lo proponga, no es un argumento válido. En su foro interno, estará contando las horas y minutos para que el plazo expire, y así volver a consumir la droga de manera ilimitada. Durante ese periodo de abstinencia, su deseo no habrá disminuido, más bien se verá acrecentado, y toda la energía contenida de ese deseo se desbocará en cuanto vuelva a beber o a drogarse.
Lo más triste de todo esto, es que a medida que las personas adictas consuman más drogas o alcohol, corren más riesgo de morir por una sobredosis o por el deterioro progresivo de sus órganos vitales. Sin olvidar, de que no es ésta la única razón por la que esta enfermedad puede ser mortal e incluso provocar la muerte de otras personas, ya que el enfermo puede conducir bajo los efectos del alcohol o de las drogas, o de ambas cosas a la vez; puede perecer como consecuencia de las lesiones en una disputa, como consecuencia de hallarse bajo los efectos de estas sustancias; puede morir también por dejar de ingerir alimentos vitales, ya que las drogas y el alcohol restan apetito al enfermo, y en ocasiones hasta la sed; también pueden perecer mediante el suicidio, al no encontrar sentido a su vida. Y por supuesto, y con esto termino, puede morir por la sencilla razón de que a la mayoría de estos enfermos, les resulta muy difícil cesar en su adicción, y esto irá provocando que su vida se apague progresivamente.
(Continuará)