Libertad de ideas y creencias
En el libro Ideas y creencias de José Ortega y Gasset está magistralmente explicada la diferenciación que se puede establecer entre estos dos tipos de pensamientos. Las ideas son representaciones, conocimientos y noticias que pueden ser verdaderas o falsas, pero que podemos y debemos valorar, criticar y examinar con plena libertad. En cambio, las creencias en muchas ocasiones son inconscientes, porque vivimos en ellas y se instalan en nosotros por el ambiente social en el que estamos inmersos y por la herencia cultural recibida.
Aunque también es cierto que las ideas y creencias pertenecen al mismo género, ya que ambas son pensamientos. De este modo, se entiende que una creencia se puede transformar en idea y viceversa, en función de su significación para la vida de cada sujeto.
Lo que es indudable es que al pensar contamos con unas convicciones que son los supuestos fundamentales de una conducta racional y libre. Como escribió Ortega «En las creencias vivimos, nos movemos y somos». Aunque las ideas pueden cambiar con más facilidad, si se piensa en los avances prodigiosos de las diversas ciencias en nuestra época.
Las creencias nos sirven como base de nuestras argumentaciones. De hecho, a través de la forma de argumentar y de las razones que se dan se pueden deducir las creencias de una persona. Y está claro que existen diversos tipos de creencias: religiosas, filosóficas, estéticas, sociales, políticas, etc.
Un mismo pensamiento es evidente que puede ser creencia o idea. Por ejemplo, en lo relativo a las noticias científicas sobre la Luna en el momento en que un niño las conoce las vive como ideas y con el paso del tiempo serán una creencia más instalada en su mente.
El raciovitalismo de Ortega y Gasset destaca muy acertadamente que debe existir un equilibro entre razón y vida. Está claro que cosas y yo no son elementos independientes, sino que constituyen o conforman la existencia de cada individuo. Cada ser humano concreto hace frente a la realidad de un modo libre y con reflexión y firmeza.
Ortega está de acuerdo con el imperativo del poeta griego Píndaro: «Llega a ser lo que eres». Además, considero que es cierto que la vida es interpretación de la realidad y examinar y juzgar ideas y creencias. Porque es indudable que ante las inexorables circunstancias no queda más remedio o solución que razonar y elegir. Y no optar ya es tomar también una decisión. Aunque lo mejor es decidirse por lo más apropiado en cada caso con prudencia y buen discernimiento.
El perspectivismo es algo clave en la teoría del conocimiento orteguiana. Ya que el mundo sólo se puede conocer desde el determinado y particular punto de vista de cada individuo.
En lo relacionado con el problema de España Ortega fue muy claro. Ya que dice, entre otras cosas, que debe oponerse la racionalidad y la crítica del pensamiento científico al hábito visceral de los españoles que «alabamos o contradecimos con los nervios». En efecto, estoy convencido de que la filosofía, que parte de razones y argumentaciones es uno de los elementos clave para que exista una verdadera y provechosa libertad de creencias e ideas que impulse el mejoramiento continuo del mundo y de la realidad humana.