Deberes y hábito de estudio
El debate que se ha generado en los medios acerca del tema de los deberes escolares es interesante y es la expresión de un problema más profundo. Nadie niega que los niños en Primaria y los adolescentes en Secundaria tienen que disponer de un adecuado tiempo diario de ocio, pero tiene que ser compatible con un tiempo de estudio. El hábito de estudiar también es necesario en los alumnos, especialmente, en los de Secundaria. Considero que en los alumnos que cursan su enseñanza en los institutos con que estudien, aproximadamente, entre una hora y media y dos horas cada día de lunes a viernes puede ser suficiente. Es verdad que puede haber casos en que algunos necesiten más tiempo de estudio.
Y estimo que en Primaria con una hora diaria de estudio en casa puede ser suficiente en 5º y 6º. En los cursos anteriores prácticamente con lo que realizan en el colegio puede ser suficiente excepto en algunos casos especiales. Indudablemente, es muy importante que lean todos los días. Aparentemente, con las horas lectivas podría parecer que es suficiente, pero no es así. Las razones de esto obedecen a diversas causas. Por ejemplo, la falta de hábito de lectura, problemas de comprensión lectora, déficits de atención, problemas en relación con la capacidad de escribir y calcular, insuficiente vocabulario, etc. Y no hablemos de posibles problemas cognitivos, afectivos y sensoriales que afectan también al rendimiento académico.
Sucede que el aprovechamiento de las horas lectivas, si fuera lo suficientemente intenso por parte de los alumnos, reduciría algo el tiempo de estudio por la tarde, pero no siempre es así. Por tanto, a mi juicio, pretender que los estudiantes de instituto no tengan que estudiar nada por las tardes me parece excesivo y desproporcionado. Además, cuando lleguen a los estudios universitarios tendrán que estudiar fuertemente, si quieren lograr la titulación que desean tener.
Los alumnos pueden distribuir racionalmente el tiempo de la tarde entre el tiempo de estudio y el de ocio. Lo que me parece un error es que los adolescentes hagan demasiadas actividades y se dispersen demasiado. Es mejor hacer menos cantidad de cosas cada día y hacerlas mejor disfrutando de un tiempo de descanso también. La cultura del esfuerzo que señala la normativa educativa es necesaria, porque nada importante se consigue sin algo de sacrificio, tenacidad, perseverancia y constancia. Y, si los estudiantes creen que con escuchar las explicaciones de los profesores es más que suficiente están equivocados, ya que se requiere también repasar los contenidos impartidos de la materia, etc. Además, también es determinante el nivel de preconceptos de cada alumno y su base de conocimientos a la hora de estudiar y lograr un rendimiento académico adecuado.
Otra cuestión decisiva es la motivación y el deseo de aprender. La curiosidad, las ganas de aumentar los conocimientos son el auténtico motor del aprendizaje. Porque no basta con pensar que en la era digital en la que vivimos con acceder a Internet es suficiente. No, porque es necesario saber discriminar y juzgar la información relevante y saber distinguir lo verdadero de lo falso en la red.
También hay que decir que el presunto ocio ya no es tal y los niños ahora tienen cuatro horas y media de escolarización y otras tantas de natación, inglés, piano, informática o macramé, de todo menos patear una pelota en la calle o pelearse con el vecino, si conviene. Perdón, o aburrirse. Que ahora aburrirse parece que sea pecado mortal y yo echo mucho de menos los aburrimientos soberanos de los sábados por la tarde, hasta que no fui suficiente mayor para salir con los amigos.