El incierto futuro de Donald Trump
Wright Millsen su libro “The Power Elite” (1.956), indica que la clave para entender la inquietud norteamericana se encontraría en la sobre-organización de su sociedad. Así, establishment sería “el grupo élite formado por la unión de las sub-élites política, militar, económica, universitaria y mass media de EEUU”, lobbys de presión que estarían interconectadas mediante “una alianza inquieta basada en su comunidad de intereses y dirigidas por la metafísica militar”, concepto que se apoya en una definición militar de la realidad y que habría transformado la economía en una guerra económica permanente y cuyo paradigma serían los Rockefeller al participar en los lobbys financiero, industria militar y judío y uno de cuyos miembros, David sería el impulsor de Trilateral Comission” (TC) o Trilateral(1973). El actual sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas, teniendo como pilar de su sistema político la sucesiva alternancia en el Poder del Partido Demócrata y del Republicano, ambos fagocitados por el lobby judío.
Trump y el cambio cualitativo
El concepto de estabilidad o equilibrio se refiere a un sistema que permanece estable aunque registre un cambio, principio que trasladado a la esfera política de EEUU y a las próximas Elecciones Presidenciales de EEUU, se traduciría en la presencia de candidatos auspiciados por la dirección de los Partidos hegemónicos en EEUU (Demócrata y Republicano) para perpetuar el estatus quo dominante, cuyas figuras visibles serían Hillary Clinton y Ted Cruz. En la orilla antónima, encontramos el concepto de cambio cualitativo o discontinuidad que se produce cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que modifica su situación de equilibro interno y se crea una situación nueva, tesis representada por los iconoclastas Trump y Sanders.
Sin embargo, la sorpresiva irrupción en el campo republicano de un candidato independiente y refractario a la disciplina de partido como Trump, habría desatado las alarmas en el seno de las cúpulas dirigentes por lo que será asociado por el aparato mediático del sistema dominante (mass media) con el advenimiento del caos. Por caos (Khaos o “vacío que ocupa un hueco en la nada”) entendemos algo impredecible y que se escapa a la miope visión que únicamente pueden esbozar nuestros ojos ante hechos que se escapan de los parámetros conocidos pues nuestra mente es capaz de secuenciar únicamente fragmentos de la secuencia total del inmenso genoma del caos, con lo que inevitablemente recurrimos al término “efecto mariposa” para intentar explicar la vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que terminarán por configurar el puzzle inconexo del caos ordenado que se estaría gestando en EEUU y que por efecto mimético se extenderá al resto del mundo.
El citado” efecto mariposa” trasladado a sistemas complejos como la Demoscopia tendría como efecto colateral la imposibilidad de detectar con antelación un futuro mediato pues los modelos cuánticos que utilizan serían tan sólo simulaciones basadas en modelos precedentes, con lo que la inclusión de tan sólo una variable incorrecta o la repentina aparición de una variable imprevista provoca que el margen de error de dichos modelos se amplifique en cada unidad de tiempo simulada hasta exceder incluso el límite estratosférico del cien por cien, de lo que sería paradigma la próxima nominación de Trump como candidato oficial del Partido Republicano y su posible elección como Presidente de EEUU en las Presidenciales de Noviembre.
Las clases medias y el retorno del White Power
Según el Pew Research Center, la clase media (con unos ingresos anuales de 73.400 $) ya no sería el segmento poblacional dominante en la sociedad estadounidense actual al sufrir una lenta pero progresiva caída en las últimas 4 décadas. Así, según el Pew, en 1971, la clase media representaba el 61% de la población (unos 80 millones de habitantes) mientras que en la actualidad no alcanzaría el listón del 50% (49,9%) debido a la crisis de las subprime, estallido de la burbuja inmobiliaria y posterior crash bursátil del 2008.
Conviene resaltar que entre los “perdedores de la crisis” además de afroamericanos y latinos aparecen por primera vez jóvenes universitarios endeudados y adultos blancos de más de 45 años sin estudios universitarios y con empleos de bajo valor añadido que tras quedar enrolados en las filas del paro, habrían terminado sumido en un círculo explosivo de depresión, alcoholismo, drogadición y suicidio tras ver esfumarse el mirlo del “sueño americano”, lo que habría tenido como efecto colateral la desafección de dichos segmentos de población blanca respecto del establishment tradicional demócrata y republicano. Así, según una reciente encuesta de la NBC, el 54% de la población blanca estaría “enfadada con el sistema”, frente al 43 % de los latinos y el 33% de los afroamericanos que siguen confiando en el sueño americano, lo que habría llevado a los votantes blancos a apoyar posiciones políticamente incorrectas y refractarias a los dictados del estabishment tradicional demócrata y republicano y que se habrían canalizado en el apoyo masivo de los jóvenes universitarios lastrados por una deuda media de 50.000 $ al demócrata Sanders y de los indignados blancos mayores de 45 años a Trump.
Por otra parte, la nominación de Hillary Clinton como candidata oficial del Partido Demócrata a las Presidenciales de Noviembre diluirá la apuesta social propugnada por el candidato demócrata Sanders, por lo que Trump aprovechará la ocasión para absorber buena parte del voto de los jóvenes universitarios seguidores de Sanders lo que sumado al voto seguro de los indignados blancos de mediana edad y al voto forzado de las clases altas de raza blanca, instaurar el White Power en una sociedad en la que la evolución demográfica provocará que la población blanca será minoritaria en el escenario del 2.043. Así, según la Oficina del Censo de EEUU, hacia el 2043 los blancos dejarán de ser la mayoría de la población estadounidense y serán desplazados por la suma de la población hispana que aumentaría de 53,3 millones en la actualidad a 128,8 millones en 2060 y la afroamericana, que pasaría los 41,2 millones actuales a los 61,8 millones previstos por las proyecciones.
¿Complot contra Trump?
En una reciente entrevista a la cadena estadounidense ABC, el futurible candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump expresó sin ambages la idea de que la “OTAN está obsoleta, no sirve para combatir el terrorismo y cuesta demasiado a EEUU”, por lo que exigió a los países europeos integrantes de la OTAN “ pasar por caja” , pues la aportación económica de dichos países europeos sería de un exiguo 2% del PIB nacional, quedando el grueso de la financiación en manos de EEUU (el 70% de cerca del Billón $ del total del presupuesto). Asimismo, en una reciente conferencia pronunciada por Trump en la sede de la influyente revista política “The National Interest”, Donald Trump expuso las líneas maestras de su política exterior que podrían sintetizarse en su lema “Estados Unidos lo primero”, lo que de facto supondría suponer un retorno a la Doctrina Monroe (América para los americanos) el retorno al proteccionismo económico tras cancelar el Tratado de Libre Comercio con Canadá y México (TLCAN) y la intervención de EEUU en el llamado “patio trasero” (América Latina).
Asimismo, Trump denunció la “excesiva cantidad de armamento que circula actualmente en el mundo” lo que supondría la asunción de la Doctrina del Aislacionismo de EEUU en el plano militar y la entronización del G-3 (EEUU, Rusia y China) como “primus inter pares” en la gobernanza mundial. Ello supondría un misil en la línea de flotación del complejo militar-industrial que tiene perfilado para la etapa post-Obama la recuperación del papel de EEUU como gendarme mundial mediante un incremento extraordinario de las intervenciones militares estadounidenses en el exterior (léase Nueva Guerra en Oriente Medio), por lo que no sería descartable la gestación de una trama endógena para mediante métodos expeditivos truncar la carrera política de Trump y tras la nominación de un candidato sorpresa propuesto por el complejo militar-Industria lograr que EEUU vuelva a la senda de las seudodemocracias tuteladas por el verdadero Poder en la sombra de EEUU (Cuarta Rama del Gobierno).
Pues que se anden con cuidado como tratan al Trump.
Los useños ya no aguantarán muchas mas tonterías.
Si a eso le sumas la desconfianza hacia Obama por parte de la población de demás países Occidentales, lo mejor que pueden hacer “el establishment” es estarse quietecitos. Ellos son los que corren peligro, pero como viven en su burbuja, pues, no se enteran del sentir popular.
El cuento de las democracias, libertades, y progresos que impusieron mediante la violencia y la mentira tras la IIGM dura ya demasiado tiempo.