La España de todo el mundo, la de cada uno, la de alguien, y la de nadie
Decía Alfonso Guerra durante la llamada transición política, que cuando los socialistas pasaran por el poder a España no la iba a conocer ni la madre que la parió. Lo que no vaticinaba el entonces conocido por su chaqueta de pana, era lo que después de cuarenta años de régimen constitucional terminaría sucediéndole a su propio partido, como consecuencia de la mala praxis de sus jóvenes promesas. Hoy, los barones del PSOE son los bomberos, y Pedro Sánchez con su cuadrilla, los incendiarios. La historia se repite, o sea, los que un día fueron incendiarios ahora se convierten en bomberos.
Pues bien, cuarenta años de democracia o régimen constitucional, y podemos decir sin lugar a equivocarnos que la clase política que nos ha gobernado y nos gobierna en estos momentos en funciones, no solo nos han llevado a la ruina económica, moral y espiritual más grave de nuestra Historia, sino que han sumido a nuestro pueblo a tal grado de pasotismo, de podredumbre y de falta de interés y de patriotismo, que han hecho de nuestra nación y de sus ciudadanos –mediante una ingeniería social perfectamente maquinada-, la España de todo el mundo, la de cada uno, la de alguien, y finalmente la de nadie
España y los españoles alguna vez fuimos alguien; luego pasamos a ser como todo el mundo; más tarde nos dejaron ser como cada uno; y finalmente no somos absolutamente nadie.
Los padres de la Constitución y los artífices de esta partitocracia, nos convencieron de que en España había un importante trabajo que hacer, y se pidió a “todo el mundo” hacerlo. “Todo el mundo” estaba seguro de que “alguien” lo haría. Para tan importante cometido, “cada uno” podía haber aportado su granito de arena, pero en realidad, “nadie” lo hizo.
Con el paso del tiempo “alguien” se cabreaba porque el trabajo era de “todo el mundo”, pero no avanzaba. La realidad era que “todo el mundo” pensó que “cada uno” se pondría manos a la obra, y, por supuesto, “nadie” dudaba de que “alguien” lo haría.
Después de cuarenta años, “todo el mundo” hizo reproches a “cada uno”, porque “nadie” había hecho lo que “alguien” debió hacer.
Al final “todo el mundo” estaba convencido de que para hacer reproches, primero debería “cada uno” haber cumplido con su trabajo sin esperar a que “alguien” lo hiciese en su lugar, ya que por experiencia, cuando se espera a “alguien”, generalmente no se encuentra a “nadie”.
En resumen, si “cada uno” espera que “todo el mundo” resuelva los problemas de todos, dando la espalda a esos problemas, lo más probable es que todo siga sin resolverse y que cada uno acabe echándole la culpa a “alguien”, sin que “nadie” tenga la culpa de nada.
¿Qué se esconde detrás de todas éstas políticas y de todos estos cambios? Pues se esconde la mano siniestra de los globalizadores que quieren dominar el mundo. Al principio, solo eran ejemplos indiciarios de lo que hoy se corrobora: el deseo de convertir a los seres humanos libres en “robots”, sin libertad, dirigidos, y manipulados a distancia.
En mi opinión magníficamente descrito
Fantástica exposición. Magistral diria yo. Efectivamente estos políticos nos convencieron a una mayoría para que aceptásemos la Constitución que nos trajo lo que hoy se conoce como régimen prostitucional. El artículo, bajo mi punto de vista, expone a la perfección lo que España fue cuando todos los españoles estábamos unidos, y en lo que se ha convertido y es en la actualidad, donde la anarquía nos ha traído una Babel en la que los unos por los otros la casa sin barrer. Y concluyo, todo se resume en este breve escrito, con que “sin unidad de mando no se va… Leer más »
Es la política el alma de todo el armazón del estado de la buena o mala política dependerá nuestro destino,toda politica necesita una verdad para nosotros catolicos,se trata de la verdad absoluta,de una unica verdad que el verdadero Dios nos a revelado,en la que se fundamenta la autentica civilización cristiana. Vivimos en el error y los cobardes se aferran a la mentira,los apostatas y renegados que nos gobiernan se empeñan en construir un mundo nuevo,sin contar con el Dios verdadero y verdaderamente Dios a castigado,la estúpida cobardía humana sembrando la confusión. La política debe encararse con el futuro pero el… Leer más »
No he entendido muy bien el contenido de este artículo; pero quisiera resaltar un párrafo que me ha llamado la atención:
“Los padres de la Constitución y los artífices de esta partitocracia, nos convencieron….”; entiendo que el autor querrá decir que convencieron a algunos, no a todos.
Porque esos padres constitucionalistas, tan aprovechados, tan malvados, que abrieron las puertas a la podredumbre y aire rancio que se respira, solo tenían capacidad de convencimiento para los rojos, para los aprovechados que sabían que iban a sacar tajada y para los ignorantes.