Clinton intenta frenar la caída con un toque a rebato a las mujeres
Nadie podía imaginarse que en la última semana de campaña se observarían más nervios en las filas demócratas que en las republicanas pese a que todos los pronósticos que realizan un cálculo de probabilidades le dan a Hillary Clinton como mínimo el triple de posibilidades de ganar que a Donald Trump. Sólo faltaba que el sondeo del The Washington Post pusiera ayer al republicano un punto por delante de Clinton para que sonaran todas las alarmas en el cuartel general de la candidata demócrata, porque no sólo ha caído la ventaja en los sondeos, también se ha registrado una pérdida de entusiasmo de los votantes demócratas en el momento menos oportuno.
El equipo de Clinton ya había constatado, según las revelaciones de Wikileaks, la escasa capacidad de su candidata en generar entusiasmo, así que no han encontrado mejor argumento para frenar la caída y dejar de hablar de los e-mails que tocar de nuevo a rebato para que las mujeres se movilicen contra el candidato sexista. Y ayer puso en circulación un nuevo spot electoral en el que no aparece su candidata. Sólo aparece su rival… para ponerlo verde, claro, pero el magnate se basta y se sobra él solo.
“Poner a la esposa a trabajar es algo muy peligroso”, dice de entrada. Por supuesto se reproducen los comentarios sexistas y soeces, como aquel de que es capaz de “agarrar a las mujeres por el coño”. Al final se lee: “Cualquiera que crea, diga o haga esto no es apto para ser presidente”. Según informó la propia campaña, el anuncio se publicará en los estados donde se está librando la batalla final: Arizona, Florida, Iowa, Nevada, Nuevo Hampshire, Carolina del Norte, Ohio y Pensilvania. Es para los demócratas como volver a empezar, porque esta estrategia de campaña ya se utilizó en septiembre, cuando preguntaban: “¿Es este el presidente que queremos para nuestras hijas?”.
En los mismos términos se pronunció ayer Clinton en Florida, donde intervino acompañada de Alicia Machado, la ex miss Universo que Trump rebautizó como Miss Cerdita.
Y mientras Clinton se centra en atacar a Trump, ayer el candidato republicano ignoró a su rival por primera vez en un mitin en Pensilvania. Se olvidó de Clinton y de la corrupción. De repente parecía otro candidato, que hablaba con serenidad y profundizaba en los temas. Como si fuera un candidato conservador convencional. Era también una manera de contrastar su tranquilidad con lo nerviosa que se ha puesto su rival .
Y Trump aprovechó para garantizar que si no lo hace antes el Congreso, en cuanto llegue a la Casa Blanca desmantelará el Obamacare, la reforma sanitaria del presidente Obama, que ha permitido a veinte millones de ciudadanos tener seguro médico. Los republicanos aprovechan ahora para denunciar el Obamacare en un intento de capitalizar el descontento por el aumento de las cuotas. Han subido el 27% de media en todo el país. En algunos estados, ciertos usuarios han visto cómo su cuota mensual se ponía al doble. Hasta el propio presidente Obama expresó su preocupación por el fenómeno, que también ha surgido en el momento electoral menos oportuno.